miércoles, 8 de mayo de 2024

"Ahí tienes a tu Madre" (2004) Película VIRGEN de LUJÁN


Película argentina que cuenta el origen de la advocación de la Virgen de Luján, patrona de la  República Argentina. 

Dirección: Leandro Borrell

 

Virgen de Luján

 


El Milagro de la Imagen:

Corría el mes de mayo de 1630 cuando la milagrosa imagen de la Virgen de Luján llegó a la Argentina.

Antonio Farías Sáa, era un hacendado radicado en Sumampa (Santiago del Estero) que quería colocar en su estancia una capilla para la Virgen. Este hombre le pidió a un amigo que vivía en Brasil que le enviara una imagen que representara la Inmaculada Concepción de María. El amigo le envió dos, la que le había encargado y otra de la Virgen con el Niño Jesús. Cuando llegaron, fueron colocadas en una carreta y partieron en una caravana rumbo a Sumampa. 

La caravana se detuvo a orillas del río Luján a 67 kilómetros de Buenos Aires, en una hacienda, conocida como la estancia de Rosendo. Al llegar el otro día los carreteros iban a proseguir con el viaje, pero la carreta que llevaba la imagen no se movía, intentaron de todas las formas posibles que caminara, bajaron la mercadería, colocaron más bueyes, pero todo fue inútil, las dos imágenes estaban en el fondo de la carreta en dos pequeños cajones. 

Los carreteros retiraron una imagen y no se movió, la subieron y bajaron la otra, y la carreta marcho normalmente. En ese instante los hombres comprendieron que estaba ocurriendo algo milagroso. Al ver que la Virgen no quería marcharse se dirigieron a la casa más cercana, la de don Rosendo.

La familia se emocionó al ver la imagen y la colocaron el su casa, la noticia corrió por toda la región, y se enteraron hasta en Buenos Aires. Las personas empezaron a viajar al lugar, entonces don Rosendo construyó una pequeña capilla, entre los pajonales de la pampa, en este lugar permaneció la virgencita desde 1630 hasta 1674. 

El Negro Manuel:

Este hombre dedicó toda su vida, desde que llegó a la Argentina, a cuidar a la Virgen de Luján. Fue traído de Africa y vendido como esclavo en Brasil. Llego al Río de la Plata a los 20 años de edad, en la embarcación en donde venia la bendita imagen, presenció el milagro en la estancia de don Rosendo. 

Se desconoce quien era su dueño, pero Manuel permaneció en la estancia al cuidado de la imagen, consagrando su vida al atención de la santísima Virgen. 

La tradición nos dice que Manuel, realizaba curas milagrosas con el sebo de las velas de la capilla y relataba a los peregrinos los viajes de la Santa Virgen, que salía de noche para dar consuelo a los afligidos. Manuel guardaba de los viajes de la Señora los abrojos se desprendían del vestido de la Virgen. Con los años, don Rosendo falleció y el lugar quedo casi abandonado, pero éste hombre fue siempre fiel y continuó al servicio de la Virgen.



Doña Ana Mattos:

Doña Ana Mattos, viuda de Siqueyras era una señora que tenia gran cantidad de tierras a orillas del río Luján, ella quería llevar la imagen a su casa y realizarle una capilla, para ello en el año 1674, habló con el Cura Juan de Oramas, administrador de los bienes de don Rosendo y la colocó en su casa, pero la Santa Virgen desapareció y la encontraron en su antigua ermita (capilla), doña Ana volvió a llevar la imagen a su casa y por segunda vez regresó a la estancia de don Rosendo.

La dama consultó entonces a las autoridades eclesiásticas y civiles, quienes viajaron al lugar y examinaron lo sucedido, esta vez la Virgen fue trasladada en una devota peregrinación y en compañía de Manuel. Desde ese momento la imagen no retornó más a su antigua capilla.

Luego de confirmar la veracidad de lo sucedido la Autoridad Eclesiástica, autorizó oficialmente el culto público a la "Pura y Limpia Concepción del Río Luján". Doña Ana donó el terreno para la realización del nuevo templo en el año 1677 lugar en donde actualmente se encuentra la hermosa Basílica de Luján.

Don Pedro de Montalbo:

El clérigo don Pedro de Montalbo estaba muy enfermo y desahuciado, en 1684 viajó a Luján, casi moribundo fue llevado a la capilla. El Negro Manuel le ungió el pecho con el sebo de la lámpara que ardía en el altar y le dio de beber una infusión con abrojos de los que solía desprender del vestido de la Virgen. Don Pedro sano milagrosamente y agradecido se quedo como primer capellán.

El pueblo de Luján:

El lugar empezó a poblarse con los devotos de la Virgen. De esta forma el paraje se convirtió en una aldea que se llamó Pueblo de Nuestra Sra. de Luján, en 1755 se le otorgó el título de Villa.

La devoción por la Virgen fue creciendo año tras año, así como los milagros que ocurrían y el 23 de octubre de 1730, Luján era instituida Parroquia. El cura párroco don José de Andújar deseaba ampliar el templo y junto al Obispo Fray Juan de Arregui, iniciaron la construcción, pero esta no llegó a buen termino porque después de grandes contratiempos terminó por desplomarse.

Don Juan de Lezica y Torrezuri:

Este hombre nacido en Vizcaya, España, estaba muy enfermo y fue curado milagrosamente por la Santísima Virgen de Luján. Don Juan, en agradecimiento se entregó por completo a la creación del nuevo templo y a fines de 1754 se inicio la construcción, en 1763 se terminó felizmente la obra y los cabildantes de Luján eligieron y juraron a Nuestra Señora por celestial Reina y Patrona.

El Padre Salvaire:

Hacia el año 1872, el Arzobispo de Buenos Aires, Monseñor Federico Aneiros, entregó la custodia del templo a los sacerdotes de la congregación de la Misión, conocidos como Padres Lazaristas. En aquel entonces el teniente Cura Jorge María Salvaire fue herido en un viaje por los indios y estuvo al borde de la muerte, en ese momento realizó una promesa a la Santísima Virgen y milagrosamente fue sanado.

La promesa del Padre Salvaire fue, "Publicaré tus milagros..., engrandeceré tu Iglesia" En cumplimiento de este voto, publicó en 1885 la "Historia de Nuestra Sra. de Luján". 

En 1889 fue nombrado Cura Párroco de Luján y dedicó su vida y esfuerzos para edificar la gran Basílica, con el apoyo de Monseñor Aneiros y la colaboración de sus compañeros de Congregación, inició la construcción de la actual Basílica Nacional.

Cuando falleció en 1899, la obra continuo en las manos del Padre Dávani, quien murió en 1922, para ese entonces el Santuario ya estaba terminado en su estructura fundamental.

La Solemne Coronación de la Virgen de Luján:

EL Padre Salvaire, en 1886, presentó al Papa León XIII, la petición del Episcopado y de los fieles del Río de la Plata para la coronación de la Virgen, el Pontífice bendijo la corona y le otorgó Oficio y Misa propios para su festividad, que quedó establecida en el sábado anterior al IV domingo después de Pascua. La Coronación se realizó en mayo de 1887.

La Basílica de Luján:

El Santuario de Luján es de estilo gótico ojival del siglo XIII. Sus dimensiones son: anchura en el crucero, 68,50 m.; longitud, 104 metros; anchura de frente, 42 m.; altura en las dos torres mayores, 106 m. El 8 de diciembre de 1930, el Papa Pío XII, le otorgó oficialmente el título de Basílica.

La Imagen de la Virgen de Luján:

La imagen es pequeña (38 centímetros), está modelada en arcilla cocida (terracota), su rostro es ovalado, de color moreno. Los pies de la Santa Imagen se apoyan sobre nubes, desde las cuales surge una media luna y cuatro cabezas de querubines, con sus pequeñas alas desplegadas. 

Esta cubierta con vestiduras: túnica blanca y manto azul-celeste. Tiene las manos juntas en el pecho.

El Padre Salvaire hizo recubrir la Santa imagen con una coraza de plata para impedir su deterioro. Antes de esta operación se sacaron moldes que permitieron su reproducción auténtica. 

En 1887, el Padre colocó la Imagen sobre una base de Bronce, le adosó la rayera gótica con la inscripción: "Es la Virgen de Luján la primera Fundadora de esta Villa" y una aureola de doce estrellas. Ornamentada en esta forma, fue coronada con la corona Imperial bendecida por León XIII.

El 3 de diciembre de 1871 se realizó la primera peregrinación general al Santuario de Luján, desde entonces millones de personas concurren cada año. Es uno de los centros de peregrinación más importantes de Latinoamérica. Actualmente, la fiesta principal se celebra el 8 de mayo.



Evangelio del miércoles 8 de mayo: Juan 19,25-27.

FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DE LUJÁN - PATRONA DE ARGENTINA


Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena.

Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: "Mujer, aquí tienes a tu hijo".

Luego dijo al discípulo: "Aquí tienes a tu madre". Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa. 

PALABRA DEL SEÑOR.


Es la Madre de nuestra Patria. Hay tanto sufrimiento que este Evangelio nos abre a la esperanza. Nuestra Madre está al pie de la Cruz de cada uno de nosotros. De nuestro pueblo indefenso, sediento de justicia e igualdad, con el 70 % de los niños pobres, con hambre, con falta de paz y alegría. Es tiempo de mucho trabajo para la Virgen de Luján, que camina por todos los rincones de la Patria, consolando, alentando, levantando, al pie de nuestras cruces. Seamos hijos e hijas de la Madre colaborando con ella haciendo de Argentina una Patria de hermanos. En el silencio y la quietud, invocamos el Nombre de Jesús.


Abrazo y bendición!

martes, 7 de mayo de 2024

Evangelio del martes 7 de mayo: Juan 16,5-11.


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:

"Ahora me voy al que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta: '¿A dónde vas?'.

Pero al decirles esto, ustedes se han entristecido.

Sin embargo, les digo la verdad: les conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el Paráclito no vendrá a ustedes. Pero si me voy, se lo enviaré.

Y cuando él venga, probará al mundo dónde está el pecado, dónde está la justicia y cuál es el juicio.

El pecado está en no haber creído en mí.

La justicia, en que yo me voy al Padre y ustedes ya no me verán.

Y el juicio, en que el Príncipe de este mundo ya ha sido condenado." 

PALABRA DEL SEÑOR 


"Y cuando él venga, probará al mundo dónde está el pecado, dónde está la justicia y cuál es el juicio.

El pecado está en no haber creído en mí.

La justicia, en que yo me voy al Padre y ustedes ya no me verán.

Y el juicio, en que el Príncipe de este mundo ya ha sido condenado." Clarísima la misión del Espíritu Santo: nos animará a la transparencia sin ambigüedades: no creer en Jesús, vivir como si no creyera en Él- La justicia es que Jesús es el Señor de cielo y tierra, de nuestras vidas. El juicio es que el mal y su gran actor ya está condenado. No tiene poder sobre los hijos de la Vida Eterna. En el silencio y la quietud, invocamos el Nombre de Jesús.


Abrazo y bendición!

SAN CAYETANO, PATRONO DEL PAN Y DEL TRABAJO

 “Nunca seré feliz hasta que vea a los cristianos reunirse para alimentarse con el Pan de la Vida con avidez y deleite, no con miedo y vergüenza” – San Cayetano.


San Cayetano, un santo venerado en la Iglesia Católica, ha dejado una huella imborrable en la historia de la institución religiosa. Su vida ejemplar y su profundo compromiso con la caridad y la fe lo han convertido en un referente espiritual para millones de personas en todo el mundo. En esta nota al blog, exploraremos quién fue San Cayetano, su importancia y cómo su legado continúa impactando a la comunidad hasta el día de hoy.

Su vida y obra  

San Cayetano nació en 1480 en Vicenza, Italia. Desde temprana edad, mostró una profunda devoción por la fe y una vocación hacia la caridad. Después de obtener el doble doctorado en derecho civil y canónico por la Universidad de Thiene, decidió consagrarse a Dios y se convirtió en sacerdote.

En 1506 se trasladó a Roma, donde al poco tiempo fue nombrado secretario privado del Papa Julio II.

San Cayetano destacó por su dedicación a los menos afortunados y su lucha contra la pobreza y la injusticia social. Fundó la Orden de los Clérigos Regulares Teatinos, cuyo objetivo principal era la renovación del clero y la promoción de la vida espiritual en la comunidad. En este sentido, solía decir: «En el oratorio rendimos a Dios el homenaje de la adoración, en el hospital le encontramos personalmente». Además, se esforzó por fomentar la devoción a la Eucaristía y promover la reconciliación entre los cristianos.


Patrono del pan, del trabajo y de los desempleados

San Cayetano desempeñó un papel fundamental en la Iglesia Católica, especialmente en lo que respecta a la caridad y la atención a los más necesitados. Su vida y enseñanzas inspiraron a muchos a seguir su ejemplo y dedicarse al servicio de los demás. La institución católica ha reconocido oficialmente su santidad, canonizándolo en 1671.

Su legado ha trascendido el tiempo y el espacio. Hoy en día, numerosas organizaciones católicas llevan su nombre y trabajan en favor de los pobres, los desamparados y los marginados de la sociedad. Además, su influencia se hace evidente en la labor de los sacerdotes y religiosos que se inspiran en su ejemplo para guiar a las comunidades parroquiales y brindar apoyo espiritual y material a quienes más lo necesitan.

Incidencia de San Cayetano en Argentina  

En muchos lugares del mundo, se celebra su día el 7 de agosto, donde los fieles acuden a las iglesias para pedir su intercesión y bendición en asuntos relacionados con el trabajo, la salud y la provisión de sus necesidades.

En nuestro país, su festividad es la segunda en importancia, después de la veneración a nuestra madre, la Virgen de Luján. Cada 7 de agosto, miles se congregan de las parroquias que están bajo la insignia de este santo para pedir por su intermediación. En el barrio de Liniers, en Buenos Aires, semanas antes del día en que se conmemora la muerte del Santo, hay personas que duermen en carpas para ser los primeros en agradecer los favores logrados por su intermediación.

El trigo y el trabajo

Según una leyenda popular, un campesino de principios del siglo xix pasó frente a una imagen del santo camino a su casa. Venía de tener un mal día en sus campos de trigo, donde no había podido cosechar nada debido a una sequía que lo abrasaba todo desde hacía meses. El hombre se bajó de su carreta y le rezó a aquella imagen, pidiéndole que salvara sus trigales y dejándole como ofrenda unas pocas espigas que había logrado recolectar.

Le prometió a Cayetano que si recordaba su pedido difundiría su ayuda y daría a conocer quién era. Antes de que llegara a su casa se desató una tormenta, y el anónimo se dejó empapar por aquella bendición y por su promesa.

La difusión del milagro de los trigales fue tan grande que sus fieles comenzaron a ofrecerle el origen del pan, y pasó a ser conocido como el patrono del pan y el trabajo, sólo en Argentina, ya que el santo del trabajo en el resto del mundo es San José.

Signo de esperanza y de fe

San Cayetano, ha dejado una marca profunda en la institución religiosa. Su vida de entrega, caridad y servicio a los menos favorecidos continúa siendo un ejemplo para todos los creyentes.

Que la figura de San Cayetano nos inspire a vivir con caridad, compasión y generosidad, y a buscar siempre el bienestar de nuestros hermanos en Cristo.

Gentileza del Equipo de la Santería oficial del Santuario de Luján


lunes, 6 de mayo de 2024

"Señor, quiero estar con ellos a la hora de la luz. Ayúdame"

 El 50º aniversario del martirio del padre Carlos Mugica, es el tema central de este número de la Revista Comunicarnos.

El padre Mugica después de sufrir el primer atentado contra su vida, en agosto de 1971, decía: "¡Nada ni nadie me impedirá servir a Jesucristo y a su Iglesia, luchando junto a los pobres por su liberación! ¡Si es que el Señor me concede el privilegio, que no merezco, de perder la vida en esta empresa, estoy a su disposición!"  En el anochecer del 11 de mayo de 1974, en la parroquia San Francisco Solano, estas palabras proféticas se cumplieron. El padre Jorge Vernazza en la homilía de la misa de exequias dijo: "La sangre del Padre Carlos –quien, pocos momentos antes, había bebido en el Altar de la Sangre de Cristo- corrió copiosamente, prolongando el sacrificio redentor de su Maestro y Señor. Jesucristo ya nos lo anunció: 'Si me persiguieron a mí, también los perseguirán a ustedes; si el mundo los odia, sepan que antes me ha odiado a mí' (Jn. 15). La devoción que le tenemos al padre Carlos, se apoya y a la vez trasciende su rica biografía. Su sangre derramada fue la consecuencia de un modo de vivir. Ese martirio convirtió su figura en un símbolo, se dio casi espontáneamente, aconteció. El padre Mugica se transformó en símbolo de una vida sacerdotal ofrendada a los más pobres.

                Carlos Mugica nos interpela, como si nos preguntara: ¿Qué pasaría si te pusieras realmente del lado de los más pobres? ¿Qué pasaría si nos tomáramos en serio el programa del Evangelio de Jesús, ese camino que nace en las periferias existenciales y va desde los pobres, y con los pobres, a todos? ¿Qué pasaría si realmente nos cautivara "el entusiasmo por vivir el Evangelio de la fraternidad y la justicia" (EG 179)? El Papa Francisco nos recuerda que "nadie puede sentirse exceptuado de la preocupación por los pobres y por la justicia social" (EG 201). A la devoción creyente que le tenemos al padre Carlos, se suma la luz que arroja su figura sobre todos los que luchan y trabajan por un mundo más justo y humano. Es así que el mejor camino para 'entender' al padre Carlos es amar a los pobres, tener amistad con ellos.

                Ahora bien, no hay que acercarse a la figura del padre Carlos Mugica, como a alguien que actuó aisladamente, sino que Él pertenece al ámbito eclesial y social de su época. Mugica buscó llevar el amor del evangelio de Jesús al ámbito social. Eso es la Doctrina Social de la Iglesia, el amor que llega a las cuestiones del trabajo, la economía, la salud, la educación, etc. El contexto inmediato es que en el año 1965 termina el Concilio Vaticano II. Su aplicación en América Latina se da a través de la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano, en Medellín, en el año 1968, y su aterrizaje aquí en la Argentina, se da con el Documento de San Miguel del año 1969. A su vez, hay que considerar la actualización permanente de la Doctrina Social de la Iglesia. Es así que Pablo VI publica Octogesima Adveniens, a los 80 años de la Rerum Novarum, que había introducido el tema de la cuestión social, en los tiempos modernos. A su vez Populorum Progressio, donde plantea la necesidad del desarrollo humano integral. Influyen en el padre Carlos, esos textos del magisterio de la Iglesia, los lee, los transmite, pero, sobre todo, quiere llevarlos a concreciones, en su querida Patria.

A su vez, el padre Carlos no actuaba solo, pertenecía al grupo de sacerdotes de villas de emergencia, que había sido constituido oficialmente en el año 1969, pero que ya venían trabajando juntos desde hacía unos años. Se acercó así a sus hermanos villeros como integrante de un equipo de sacerdotes. El pueblo que habitaba las villas fue modelando el corazón sacerdotal de estos hombres, les fue marcando un estilo pastoral. La cercanía con los vecinos de la villa, fue permitiendo pasar de lo que a los curas les parecía que necesitaban los pobres, a lo que los mismos pobres verdaderamente demandaban. Junto a ellos fueron tejiendo lo que llamamos la pastoral popular en las villas. La cual no trata de otra cosa que de acompañar la vida y la fe del pueblo. Pastoral popular que tiene bien presente que la vida espiritual no es otra cosa que la vida misma, y que Dios anda metido en todo esto que es la vida de su pueblo.

Estos sacerdotes a su vez integraban el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo que intentaba dar respuesta a otro "movimiento", el del pueblo en sus anhelos y luchas, y que hoy podríamos actualizar en el clamor de Tierra-Techo-Trabajo.

El padre Carlos Mugica, estaba entre los pobres, pero no se la creía. Su oración "Meditación en la Villa" revela su humildad. Es una oración de una profunda mística, que nos muestra que no hay mayor solidaridad que la de Jesús con los últimos de la fila de la vida. Se la compartimos para rezarla.


Padre Gustavo Carrara.

Obispo Auxiliar de Buenos Aires.

Vicario General.



Evangelio del lunes 6 de mayo: Juan 15,26-27.16,1-4a.


En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:

«Cuando venga el Paráclito que yo les enviaré desde el Padre, el Espíritu de la Verdad que proviene del Padre, él dará testimonio de mí.

Y ustedes también dan testimonio, porque están conmigo desde el principio.

Les he dicho esto para que no se escandalicen.

Serán echados de las sinagogas, más aún, llegará la hora en que los mismos que les den muerte pensarán que tributan culto a Dios.

Y los tratarán así porque no han conocido ni al Padre ni a mí.

Les he advertido esto para que cuando llegue esa hora, recuerden que ya lo había dicho.» 

PALABRA DEL SEÑOR. 


Jesús nos habla de la venida del Espíritu Santo que será nuestro defensor. O sea, nos está advirtiendo que por vivir el Evangelio seremos odiados y perseguidos a tiempo y a destiempo. El Defensor es quien nos sostiene para vivir como Profetas, sin miedo a caer en el Camino por dar testimonio del Resucitado. El Espíritu es fundamental en nuestras vidas para mantenernos en fidelidad a nuestras convicciones. En tiempos en que la empatía prácticamente no aparece necesitamos el fuego de la fraternidad que nos comprometa con nuestros hermanos los humanos. Eso será molesto para quienes trabajan para Satán, el Enemigo, el Divisor. En el silencio y la quietud, invocamos el Nombre de Jesús.


Abrazo y bendición!