viernes, 31 de julio de 2020

En "Carta al Pueblo de Dios", 152 obispos critican "incapacidad" de Jair Bolsonaro

El documento está firmado por el ala progresista de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB)

Traducción: Pilar Troya

"Analizando el escenario político, sin pasiones, percibimos claramente
la incapacidad e ineptitud del Gobierno Federal para enfrentar estas crisis",
afirman los obispos - Memória EBC


Hace dos semanas, dos obispos consultados por el reportaje de Brasil de Fato hablaron sobre la existencia de una articulación entre los integrantes del ala progresista de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB) buscando la creación de un frente para que la organización tenga “influencia” en el debate contra el gobierno de Jair Bolsonaro. 

Hoy, 152 obispos, arzobispos y obispos eméritos brasileños divulgaron un documento denominado Carta al Pueblo de Dios, en el cual hacen duras críticas al capitán dado de baja, principalmente ante la pandemia de covid-19, y al bolsonarismo. "Analizando el escenario político, sin pasiones, percibimos claramente la incapacidad e ineptitud del Gobierno Federal para enfrentar estas crisis", afirman en el documento.

“Asistimos, sistemáticamente, a discursos anticientíficos, que intentan naturalizar o normalizar el flagelo de los miles de muertes por la covid-19 (...) y los conchabos políticos que buscan mantener el poder a cualquier precio. Ese discurso no se basa en los principios éticos y morales, tampoco soporta ser confrontado con la Tradición y la Doctrina Social de la Iglesia”, afirman los integrantes del ala progresista. 

De acuerdo con los obispos, esa movimiento no se restringe a la CNBB, sino que ha encontrado eco en parroquias e iglesias por el país, donde padres reclaman la persecución política, debido a sus críticas al gobierno de Bolsonaro en las misas o en conversaciones con fieles.

El texto fue firmado, entre otros, por el arzobispo emérito de São Paulo, Claudio Hummes, el obispo emérito de Blumenau, Angélico Sandalo Bernardino, el obispo de São Gabriel da Cachoeira (Amazonas), Edson Taschetto Damian, el arzobispo de Belém (Pará), Alberto Taveira Correa, el obispo prelado emérito de Xingu (Pará), Erwin Krautler, por el obispo auxiliar de Belo Horizonte (Minas Gerais),  Joaquim Giovani Mol, y por el arzobispo de Manaus (Amazonas) y ex-secretario-general de la CNBB Leonardi Ulrich.

Lea la "Carta al Pueblo de Dios" entera:

"Somos obispos de la Iglesia Católica, de varias regiones de Brasil, en profunda comunión con el Papa Francisco y su magisterio y en comunión plena con la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil, que en el ejercicio de su misión evangelizadora, siempre se coloca en la defensa de los pequeñitos, de la justicia y de la paz. Escribimos esta Carta al Pueblo de Dios, interpelados por la gravedad del momento en que vivemos, sensibles al Evangelio y a la Doctrina Social de la Iglesia, como un servicio a todos los que desean ver superada esta fase de tantas incertezas y tanto sufrimiento del pueblo.

Evangelizar es la misión propia de la Iglesia, heredada de Jesús. Ella tiene consciencia de que “evangelizar es tornar el Reino de Dios presente en el mundo” (Alegría del Evangelio, 176). Tenemos claridad de que “la propuesta del Evangelio no consiste sólo en una relación personal con Dios. Nuestra repuesta de amor no debería ser entendida como una mera suma de pequeños gestos personales a favor de algunos individuos necesitados [...], una serie de acciones destinadas apenas a tranquilizar la propia consciencia. La propuesta es el Reino de Dios [...] (Lc 4,43 y Mt 6,33)” (Alegría del Evangelio, 180). Nace de ahí la comprensión de que el Reino de Dios es , compromiso y meta.

Es en este horizonte que nos posicionamos frente a la realidad actual de Brasil. No tenemos intereses político-partidarios, económicos, ideológicos o de cualquier otra naturaleza. Nuestro único interese es el Reino de Dios, presente en nuestra historia, en la medida en que avanzamos en la construcción de una sociedad estructuralmente justa, fraterna y solidaria, como una civilización del amor.

 Brasil atraviesa un de los períodos más difíciles de su historia, comparado a una “tempestad perfecta” que, dolorosamente, precisa ser atravesada. La causa de esta tempestad es la combinación de una crisis de salud sin precedentes, con un avasallador colapso de la economía y con la tensión que se abate sobre los fundamentos de la República, provocada en gran medida por el presidente de la República y otros sectores de la sociedad, resultando en una profunda crisis política y de gobernanza.

Este escenario de peligrosos impases, que colocan nuestro país a la prueba, exige de sus instituciones, líderes y organizaciones civiles mucho más diálogo del que discursos ideológicos cerrados. Somos convocados a presentar propuestas y pactos objetivos procurando la superación de los grandes desafíos, en favor de la vida, principalmente de los segmentos más vulnerables y excluidos, en esta sociedad estructuralmente desigual, injusta y violenta. Esa realidad no comporta indiferencia.

Es deber de quien se coloca en la defensa de la vida posicionarse, claramente, con relación a este escenario. Las elecciones políticas que nos trajeron hasta aquí y la narrativa que propone la complacencia frente a los desmanes del Gobierno Federal, no justifican la inercia y la omisión en el combate a las desgracias que se abatieron sobre el pueblo brasileño.

Desgracias que se abaten también sobre la Casa Común, amenazada constantemente por la acción inescrupulosa de madereros, garimpeiros, mineros, terratenientes y otros defensores de un desarrollo que desprecia los derechos humanos y los de la madre tierra. “No podemos pretender ser saludables en un mundo que está enfermo. Las heridas causadas a nuestra madre tierra nos sangran también” (Papa Francisco, Carta al Presidente de Colombia en ocasión del Día Mundial del Medio Ambiente, 05/06/2020).

Todos, personas e instituciones, seremos juzgados por las acciones u omisiones en este momento tan grave y retador. Asistimos, sistemáticamente, a discursos anticientíficos, que tratan de naturalizar o normalizar el flagelo de los miles de muertes por covid-19, tratándolas como fruto del acaso o del castigo divino, el caos socioeconómico que se avecina, con el desempleo y la carestía que se proyectan para los próximos meses, y los conchabos políticos que buscan mantener el poder a cualquier precio.

Ese discurso no se basa en los principios éticos y morales, tampoco soporta ser confrontado con la Tradición y la Doctrina Social de la Iglesia, en el seguimiento de Aquel que vino “para que todos tengan vida y la tengan en abundancia” (Jo 10,10).

Analizando el escenario político, sin pasiones, percibimos claramente la incapacidad e ineptitud del Gobierno Federal para enfrentar estas crisis. Las reformas laboral y de las pensiones, tenidas como para mejorar la vida de los más pobres, se muestran como trampas que precarizaran aún más la vida del pueblo.

Es verdad que Brasil necesita de medidas y reformas serias, pero no como las que se hicieron, cuyos resultados empeoraron la vida de los pobres, desprotegieron vulnerables, liberaron el uso de agro tóxicos antes prohibidos, aflojaron el control de la deforestación y, por eso, no favorecieron el bien común y la paz social. Es insustentable una economía que insiste en el neoliberalismo, que privilegia el monopolio de pequeños grupos poderosos en detrimento de la gran mayoría de la población.

El sistema del actual gobierno no pone en el centro la persona humana y el bien de todos, sino la defensa intransigente de los intereses de una “economía que mata” (Alegría del Evangelio, 53), centrada en el mercado y las ganancias a cualquier precio.

Convivimos, así, con la incapacidad y la incompetencia del Gobierno Federal, para coordinar sus acciones, agravadas por el hecho de colocarse contra la ciencia, contra estados y municipios, contra poderes de la República; por aproximarse al totalitarismo y utilizar expedientes condenables, como el apoyo y el estímulo a actos contra la democracia, la flexibilización de las leyes de tránsito y del uso de armas de fuego por la población, y el recurso a la práctica de sospechosas acciones de comunicación, como las noticias falsas, que movilizan una masa de seguidores radicales.

El desprecio por la educación, cultura, salud y por la diplomacia también nos asombra. Ese desprecio es visible en las demonstraciones de rabia por la educación pública; en el llamado a ideas oscurantistas; en la elección de la educación como enemiga; en los sucesivos y groseros errores en la elección de los ministros de educación y de medio ambiente y del secretario de cultura; en el desconocimiento y depreciación de procesos pedagógicos y de importantes pensadores de Brasil; en la repugnancia por la consciencia crítica y por la libertad de pensamiento y de prensa; en la descalificación de las relaciones diplomáticas con varios países; en la indiferencia con el hecho de que Brasil ocupe uno de los primeros lugares en número de infectados y muertos por la pandemia sin, siquiera, tener un ministro titular en el Ministerio de Salud; en la innecesaria tensión con las otras instituciones de la República en la coordinación del enfrentamiento de la pandemia; en la falta de sensibilidad para con los familiares de los muertos por el nuevo coronavirus y por los profesionales de la salud, que están enfermando en los esfuerzos para salvar vidas.

En el nivel económico, el ministro de economía desdeña  a los pequeños empresarios, responsables por la mayoría de los empleos en el país, privilegiando solo los grandes grupos económicos, concentradores de ingresos y los grupos financieros que nada producen. La recesión que nos asombra puede hacer que el número de desempleados sobrepase 20 millones de brasileños. Hay una brutal discontinuidad de la asignación de recursos para las políticas públicas en el campo de la alimentación, educación, vivienda y generación de ingresos.

Cerrando los ojos a los llamados de entidades nacionales e internacionales, el Gobierno Federal demuestra omisión, apatía y rechazo por los más pobres y vulnerables de la sociedad, sean quienes sean: las comunidades indígenas, quilombolas, ribeirinhas, las poblaciones de las periferias urbanas, de los conventillos y el pueblo que vive en las calles, por miles, en todo Brasil.

Estos son los más afectados por la pandemia del nuevo coronavirus y, lamentablemente, no vislumbran medida efectiva que los lleve a tener esperanza de superar las crisis sanitaria y económica que se les imponen de forma cruel.

El Presidente de la República, hace pocos días, en el Plan de Emergencia para Enfrentar la covid-19, aprobado en el legislativo federal, bajo el argumento de que no hay previsión presupuestaria, entre otros puntos, vetó el acceso a agua potable, material de higiene, oferta de camas hospitalarias y de cuidados intensivos, ventiladores y máquinas de oxigenación sanguínea, en los territorios indígenas, quilombolas y de comunidades tradicionales (Cf. Presidencia de la CNBB, Carta Abierta al Congreso Nacional, 13/07/2020).

Hasta la religión es utilizada para manipular sentimientos y creencias, provocar divisiones, difundir el odio, crear tensiones entre iglesias y sus líderes. Resáltese cuanto es perniciosa toda asociación entre religión y poder en el Estado laico, especialmente la asociación entre grupos religiosos fundamentalistas y la manutención del poder autoritario.

¿Como no estar indignados ante el uso del nombre de Dios y de su Santa Palabra, mezclados con discursos y posturas prejuiciosos, que incitan al odio, en vez de pregonar el amor, para legitimar prácticas que no condicen con el Reino de Dios y su justicia?

¡El momento es de unidad en el respeto a la pluralidad! Por eso, proponemos un amplio diálogo nacional que incluya humanistas, los comprometidos con la democracia, movimientos sociales, hombres y mujeres de buena voluntad, para que se restablezca el respeto a la Constitución Federal y al Estado Democrático de Derecho, con ética en la política, con transparencia de información y del gasto público, con una economía que busque el bien común, con justicia socioambiental, con “tierra, techo y trabajo”, con alegría y protección de la familia, con educación y salud integrales y de calidad para todos.

Estamos comprometidos con el reciente “Pacto por la vida y por el Brasil”, de la CNBB y entidades de la sociedad civil brasileña, y en sintonía con el Papa Francisco, que convoca a la humanidad para pensar un nuevo “Pacto Educativo Global” y la nueva “Economía de Francisco y Clara”, así como, nos unimos a los movimientos eclesiales y populares que buscan nuevas y urgentes alternativas para Brasil.

En este tiempo de la pandemia que nos obliga al distanciamiento social y nos enseña un “nuevo normal”, estamos redescubriendo nuestras casas y familias como nuestra Iglesia doméstica, un espacio del encuentro con Dios y con los hermanos y hermanas.

Es sobre todo en este ambiente que debe brillar la luz del Evangelio que nos hace comprender que este tiempo no es para la indiferencia, para egoísmos, para divisiones ni para el olvido (cf. Papa Francisco, Mensaje Urbi et Orbi, 12/4/20).

Despertémonos, por lo tanto, del sueño que nos inmoviliza y nos hace meros espectadores de la realidad de miles de muertes y de la violencia que nos asolan. Con el apóstol San Pablo, alertamos que “La noche va muy avanzada y está cerca el día: dejemos, pues, las obras propias de la oscuridad y revistámonos de una coraza de luz.” (Rm 13,12).

“¡Yahvé te bendiga y te guarde! ¡Yahvé haga resplandecer su rostro sobre ti y te mire con buenos ojos! ¡Yahvé vuelva hacia ti su rostro y te dé la paz!” (Nm 6,24-26).

Edición: Leandro Melito

San Ignacio de Loyola

San Ignacio de Loyola
31 de Julio
Año 1556

San Ignacio: ruégale a Dios por todos los que como tí
deseamos extender el Reino de Cristo,
y hacer amar más a nuestro Divino Salvador.

"Todo para mayor Gloria de Dios" (San Ignacio)

San Ignacio nació en 1491 en el castillo de Loyola, en Guipúzcoa, norte de España, cerca de los montes Pirineos que están en el límite con Francia.

Su padre Bertrán De Loyola y su madre Marina Sáenz, de familias muy distinguidas, tuvieron once hijos: ocho varones y tres mujeres. El más joven de todos fue Ignacio.

El nombre que le pusieron en el bautismo fue Iñigo.

Entró a la carrera militar, pero en 1521, a la edad de 30 años, siendo ya capitán, fue gravemente herido mientras defendía el Castillo de Pamplona. Al ser herido su jefe, la guarnición del castillo capituló ante el ejército francés.

Los vencedores lo enviaron a su Castillo de Loyola a que fuera tratado de su herida. Le hicieron tres operaciones en la rodilla, dolorosísimas, y sin anestesia; pero no permitió que lo atasen ni que nadie lo sostuviera. Durante las operaciones no prorrumpió ni una queja. Los médicos se admiraban. Para que la pierna operada no le quedara más corta le amarraron unas pesas al pie y así estuvo por semanas con el pie en alto, soportando semejante peso. Sin embargo quedó cojo para toda la vida.

A pesar de esto Ignacio tuvo durante toda su vida un modo muy elegante y fino para tratar a toda clase de personas. Lo había aprendido en la Corte en su niñez.

Mientras estaba en convalecencia pidió que le llevaran novelas de caballería, llenas de narraciones inventadas e imaginarias. Pero su hermana le dijo que no tenía más libros que "La vida de Cristo" y el "Año Cristiano", o sea la historia del santo de cada día.

Y le sucedió un caso muy especial. Antes, mientras leía novelas y narraciones inventadas, en el momento sentía satisfacción pero después quedaba con un sentimiento horrible de tristeza y frustración . En cambio ahora al leer la vida de Cristo y las Vidas de los santos sentía una alegría inmensa que le duraba por días y días. Esto lo fue impresionando profundamente.

Y mientras leía las historias de los grandes santos pensaba: "¿Y por qué no tratar de imitarlos? Si ellos pudieron llegar a ese grado de espiritualidad, ¿por qué no lo voy a lograr yo? ¿Por qué no tratar de ser como San Francisco, Santo Domingo, etc.? Estos hombres estaban hechos del mismo barro que yo. ¿Por qué no esforzarme por llegar al grado que ellos alcanzaron?". Y después se iba a cumplir en él aquello que decía Jesús: "Dichosos los que tienen un gran deseo de ser santos, porque su deseo se cumplirá" (Mt. 5,6), y aquella sentencia de los psicólogos: "Cuidado con lo que deseas, porque lo conseguirás".

Mientras se proponía seriamente convertirse, una noche se le apareció Nuestra Señora con su Hijo Santísimo. La visión lo consoló inmensamente. Desde entonces se propuso no dedicarse a servir a gobernantes de la tierra sino al Rey del cielo.

Apenas terminó su convalecencia se fue en peregrinación al famoso Santuario de la Virgen de Monserrat. Allí tomó el serio propósito de dedicarse a hacer penitencia por sus pecados. Cambió sus lujosos vestidos por los de un pordiosero, se consagró a la Virgen Santísima e hizo confesión general de toda su vida.

Y se fue a un pueblecito llamado Manresa, a 15 kilómetros de Monserrat a orar y hacer penitencia, allí estuvo un año. Cerca de Manresa había una cueva y en ella se encerraba a dedicarse a la oración y a la meditación. Allá se le ocurrió la idea de los Ejercicios Espiritales, que tanto bien iban a hacer a la humanidad.

Después de unos días en los cuales sentía mucho gozo y consuelo en la oración, empezó a sentir aburrimiento y cansancio por todo lo que fuera espiritual. A esta crisis de desgano la llaman los sabios "la noche oscura del alma". Es un estado dificultoso que cada uno tiene que pasar para que se convenza de que los consuelos que siente en la oración no se los merece, sino que son un regalo gratuito de Dios.

Luego le llegó otra enfermedad espiritual muy fastidiosa: los escrúpulos. O sea el imaginarse que todo es pecado. Esto casi lo lleva a la desesperación.

Pero iba anotando lo que le sucedía y lo que sentía y estos datos le proporcionaron después mucha habildad para poder dirigir espiritualmente a otros convertidos y según sus propias experiencias poderles enseñar el camino de la santidad. Allí orando en Manresa adquirió lo que se llama "Discreción de espíritus", que consiste en saber determinar qué es lo que le sucede a cada alma y cuáles son los consejos que más necesita, y saber distinguir lo bueno de lo malo. A un amigo suyo le decía después: "En una hora de oración en Manresa aprendí más a dirigir almas, que todo lo que hubiera podido aprender asistiendo a universidades".

En 1523 se fue en peregrinación a Jerusalén, pidiendo limosna por el camino. Todavía era muy impulsivo y un día casi ataca a espada a uno que hablaba mal de la religión. Por eso le aconsejaron que no se quedara en Tierra Santa donde había muchos enemigos del catolicismo. Después fue adquiriendo gran bondad y paciencia.

A los 33 años empezó como estudiante de colegio en Barcelona, España. Sus compañeros de estudio eran mucho más jóvenes que él y se burlaban mucho. El toleraba todo con admirable paciencia. De todo lo que estudiaba tomaba pretexto para elevar su alma a Dios y adorarlo.

Después pasó a la Universidad de Alcalá. Vestía muy pobremente y vivía de limosna. Reunía niños para enseñarles religión; hacía reuniones de gente sencilla para tratar temas de espiritualidad, y convertía pecadores hablandoles amablemente de lo importante que es salvar el alma.

San Ignacio de LoyolaLo acusaron injustamente ante la autoridad religiosa y estuvo dos meses en la cárcel. Después lo declararon inocente, pero había gente que lo perseguía. El consideraba todos estos sufrimientos como un medio que Dios le proporcionaba para que fuera pagando sus pecados. Y exclamaba: "No hay en la ciudad tantas cárceles ni tantos tormentos como los que yo deseo sufrir por amor a Jesucristo".

Se fue a Paris a estudiar en su famosa Universidad de La Sorbona. Allá formó un grupo con seis compañeros que se han hecho famosos porque con ellos fundó la Compañía de Jesús. Ellos son: Pedro Fabro, Francisco Javier, Laínez, Salnerón, Simón Rodríguez y Nicolás Bobadilla. Recibieron doctorado en aquella universidad y daban muy buen ejemplo a todos.

Los siete hicieron votos o juramentos de ser puros, obedientes y pobres, el día 15 de Agosto de 1534, fiesta de la Asunción de María. Se comprometieron a estar siempre a las órdenes del Sumo Pontífice para que él los emplease en lo que mejor le pareciera para la gloria de Dios.

Se fueron a Roma y el Papa Pablo III les recibió muy bien y les dio permiso de ser ordenados sacerdotes. Ignacio, que se había cambiado por ese nombre su nombre antiguo de Íñigo, esperó un año desde el día de su ordenación hasta el día de la celebración de su primera misa, para prepararse lo mejor posible a celebrarla con todo fervor.

San Ignacio se dedicó en Roma a predicar Ejercicios Espirituales y a catequizar al pueblo. Sus compañeros se dedicaron a dictar clases en universidades y colegios y a dar conferencias espirituales a toda clase de personas.

Se propusieron como principal oficio enseñar la religión a la gente.

En 1540 el Papa Pablo III aprobó su comunidad llamada "Compañía de Jesús" o "Jesuitas". El Superior General de la nueva comunidad fue San Ignacio hasta su muerte.

En Roma pasó todo el resto de su vida.

Era tanto el deseo que tenía de salvar almas que exclamaba: "Estaría dispuesto a perder todo lo que tengo, y hasta que se acabara mi comunidad, con tal de salvar el alma de un pecador".

Fundó casas de su congregación en España y Portugal. Envió a San Francisco Javier a evangelizar el Asia. De los jesuitas que envió a Inglaterra, 22 murieron martirizados por los protestantes. Sus dos grandes amigos Laínez y Salmerón fueron famosos sabios que dirigieron el Concilio de Trento. A San Pedro Canisio lo envió a Alemania y este santo llegó a ser el más célebre catequista de aquél país. Recibió como religioso jesuita a San Francisco de Borja que era rico político, gobernador, en España. San Ignacio escribió más de 6 mil cartas dando consejos espirituales.

El Colegio que San Ignacio fundó en Roma llegó a ser modelo en el cual se inspiraron muchísimos colegios más y ahora se ha convertido en la célebre Universidad Gregoriana.

Los jesuitas fundados por San Ignacio llegaron a ser los más sabios adversarios de los protestantes y combatieron y detuvieron en todas partes al protestantismo. Les recomendaba que tuvieran mansedumbre y gran respeto hacia el adversario pero que se presentaran muy instruidos para combatirlos. El deseaba que el apóstol católico fuera muy instruido.

El libro más famoso de San Ignacio se titula: "Ejercicios Espirituales" y es lo mejor que se ha escrito acerca de como hacer bien los santos ejercicios. En todo el mundo es leído y practicado este maravilloso libro. Duró 15 años escribiéndolo.

Su lema era: "Todo para mayor gloria de Dios". Y a ello dirigía todas sus acciones, palabras y pensamientos: A que Dios fuera más conocido, más amado y mejor obedecido.

En los 15 años que San Ignacio dirigió a la Compañía de Jesús, esta pasó de siete socios a más de mil. A todos y cada uno trataba de formarlos muy bien espiritualmente.

Como casi cada año se enfermaba y después volvía a obtener la curación, cuando le vino la última enfermedad nadie se imaginó que se iba a morir, y murió subitamente el 31 de julio de 1556 a la edad de 65 años.

En 1622 el Papa lo declaró Santo y después Pío XI lo declaró Patrono de los Ejercicios Espirituales en todo el mundo. Su comunidad de Jesuitas es la más numerosa en la Iglesia Católica.

miércoles, 29 de julio de 2020

Una “fake new” que cambió la historia

El populismo de Julio era intolerable. Algo había que hacer. La República estaba en peligro. Y se puso en marcha la pesada maquinaria en el Senado. La propaganda, con su gran vocero, estaba aceitada. Y entonces, Julio fue asesinado.

Pero eso no iba a ser tan fácil. Los “hijos” de Julio no dejarían pasar fácilmente el hecho, así que había que huir. Cassio y Bruto, responsables del crimen, huyeron a Grecia. Octavio y Marco Antonio fueron tras sus pasos. El gran publicista, Cicerón, fue asesinado (7 de diciembre del 43 a.C.). La batalla debía comenzar, y los ejércitos se alistaron en Filipos. El 3 de octubre del año 42 a.C. Bruto enfrentó a Octavio en el norte, Casio a Antonio en el sur. Octavio no la tuvo fácil y Bruto parecía vencer mientras Marco Antonio vencía a Cassio. Todo indicaba paridad hasta que un falso informe le dijo a Cassio que Bruto también había sido derrotado. Y, aquí la clave, Cassio se suicida. El 23 del mismo mes se produce una segunda batalla en la que Bruto es derrotado y también se suicida. Así se instaura – conforme a la ley romana – un triunvirato para gobernarla en tiempo de crisis (el segundo). La república de las élites había sido derrotada. Y, ahora, empieza la etapa final… La ambición y astucia de Octaviano logra que Lépido vaya a África y Marco Antonio a Egipto, donde reinaba la última ptolomea, Cleopatra. La lucha por el poder no cesaba y, finalmente, en la batalla de Accio (30 a.C.) se sella la suerte. Derrotados Marco Antonio y Cleopatra se suicidan y Octaviano se proclama Emperador con el nombre de Augusto. El “hijo” de Julio empieza el tiempo de los césares. Empezó el Imperio. Fue cuando una “fake new” cambió la historia.


Eduardo de la Serna

Tomás De Kempis

"El humilde conocimiento de ti mismo es un camino más seguro hacia Dios que el camino de la ciencia"

Tomás De Kempis 

ORACIONES A SAN CAYETANO



ORACIONES A SAN CAYETANO


Oración I


¡Oh glorioso San Cayetano! Aclamado por todas las Naciones; Padre de Providencia, porque con portentosos milagros socorres a cuantos te invocan con fe en sus necesidades. Te suplico me obtengas del Señor oportuno Socorro en las angustias presentes y sea ello prueba de la bienaventuranza eterna. Amén.

Santísima Trinidad ¡Oh Divina Providencia! Concédeme tu clemencia, por tu infinita bondad, arrodillado a tus plantas, a Ti portento de toda caridad, te pido por los míos casa, vestido y sustento.

Concédenos la salud, llévanos por buen camino, que sea siempre la virtud que guie nuestro destino. Tú eres toda mi esperanza, eres el consuelo mío, en Ti creo, en Ti confío. Tu Divina Providencia se extienda a cada momento para que nunca nos falte casa, vestido, sustento y los Santos Sacramentos en el último momento.


Oración II

Glorioso San Cayetano, aclamado por todos los pueblos padre de providencia porque socorres con grandes milagros a cuantos te invocan en sus necesidades: acudo a tu altar, suplicando que presentes al Señor los deseos que confiadamente deposito en tus manos.

(Aquí se expresan las gracias que se desea obtener)

Haz que estas gracias, que ahora te pido, me ayuden a buscar siempre el Reino de Dios y su Justicia, sabiendo que Dios (que viste de hermosura las flores del campo y alimenta con largueza las aves del cielo) me dará las demás cosas por añadidura. Amén.


Oración III

¡Oh glorioso San Cayetano Padre de la Providencia!, no permitas que en mi casa me falte la subsistencia y de tu liberal mano una limosna te pido en lo temporal y humano.

¡Oh glorioso San Cayetano!, Providencia, Providencia, Providencia.

(Aquí se pide la gracia que se desea conseguir)

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

Jaculatoria. Glorioso San Cayetano, interceded por nosotros ante la Divina Providencia.

Novena San Cayetano - Quilmes

1° Día Novena de San Cayetano

Novena San Cayetano - Quilmes

Hoy la Iglesia celebra a Santa Marta, patrona de las cocineras y amas de casa

El 29 de julio la Iglesia universal recuerda la figura de Santa Marta de Betania, hermana de María y Lázaro, patrona de los imposibles, del hogar, de las cocineras, amas de casa, sirvientas, casas de huéspedes, hoteleros, lavanderas y de las hermanas de la caridad.

Es a ella a quien el Señor le diría como narra el Evangelio de San Lucas (10, 41-42): “Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada”.

A Santa Marta se le representa vestida de azul o verde, con una cruz, un delantal y portando unas llaves. Ella está en actitud de servicio y con un dragón a sus pies.

Esta discípula de Jesús es generalmente invocada por los fieles para pedir su protección ante las cosas urgentes y difíciles, pues fue a través de sus súplicas que obtuvo la resurrección de su hermano Lázaro.

La santa que siempre mostró un gran afán de servicio, es también implorada para que ayude a los fieles a desempeñar sus deberes cristianos con diligencia y responsabilidad.

Los santos Basilio y Gregorio Magno la consideran modelo evangélico de las almas contemplativas.


Para conocer más de esta Santa ingrese a los siguientes enlaces:

Virgen Santa Marta







martes, 28 de julio de 2020

Fiesta de San Cayetano

Nos acercamos a la fiesta de San Cayetano y desde los tres Santuarios de la Diócesis de Quilmes, ubicados en Florencio Varela, Berazategui y Quilmes Oeste, piden a la gente que por favor se quede en su casa y se una a las celebraciones a través de las redes sociales.

En este año particular, condicionados por la pandemia, los santuarios animarán novenas para rezar al patrono del pan y del trabajo por Facebook y Whatsapp. Y las misas también se transmitirán en vivo, para que cada persona la pueda celebrar desde su hogar.

Las novenas para preparar el corazón a la fiesta de San Cayetano, del próximo 07 de agosto, comienzan el miércoles 29 de julio y finalizan el jueves 06 de agosto.


Con el lema “Con San Cayetano, pedimos a Jesús: Salud, Fortaleza y Esperanza", el Santuario de Berazategui animará la oración diaria desde el Facebook https://www.facebook.com/sancayetano.berazategui.1 a las 19.00


Con el lema “Que San Cayetano fortalezca la Esperanza, la Salud y la Fe de nuestro pueblo”, el Santuario de Florencio Varela invita a vivir la novena por Whatsapp a las 18.00, suscribiéndose al 11 3002-5139 ó al 11 3054-0613


Y con el lema “San Cayetano, en medio de tanto dolor, danos fe, esperanza y solidaridad”, el Santuario de Quilmes Oeste propone celebrar la oración de la novena a las 18.00 por el Facebook https://www.facebook.com/Parroquia-San-Cayetano-QO-493397847535200


Asimismo, las misas en honor al santo se podrán seguir y celebrar en vivo el Jueves 06 de agosto a las 20.00 a través de https://www.facebook.com/parroquiasantuatrio.sancayetano, a las 23.30 desde https://www.facebook.com/Parroquia-San-Cayetano-QO-493397847535200, y el viernes 07 de agosto a las 09.00 y a las 19.00 desde https://www.facebook.com/DiocesisQuilmes, que serán presididas por el Padre Obispo Carlos Tissera y por el Padre Obispo Marcelo (Maxi) Margni, respectivamente.



A cada hombre, a cada mujer



A cada hombre, a cada mujer
Yo canto para alcanzarte
Atravesando todo el azul
Yo canto para mostrarte que sangro igual que vos
Y está oscuro en esta cárcel
Que soy desde que tengo memoria
Y está ciega mi mirada
Sin tu luz
Yo canto para abrazarte
Porque entenderte ya no me basta
Yo canto para librarme
De las cadenas negras de ideas y palabras
Que trazan una línea en el agua
Dividiendo lo indivisible
Vos y yo
Uno y uno y
Uno en uno y
Uno a uno y
Todo en uno en mí
Uno y uno y
Uno en uno y
Uno a uno y
Todo en uno en ti
Yo canto para escucharte
Porque tu voz es la melodía
Canto para nombrarte
En incontables nombres y rostros

APRENDÍ - Pedro Aznar

APRENDÍ - Pedro Aznar al cumplir 61 años.

MARAVILLOSO TESTIMONIO

Aquí estoy, casi treinta años después de los cuarenta más que me daba ni imaginando lo rápido que pasarían. Ahora pido treinta más porque el viaje lo vale, a pesar de las noches de insomnio, las pequeñas y grandes decepciones, las pinzas del dentista y el reggaetón.

Me preguntaba si habría aprendido algo para ese “entonces” que resulta ser hoy y me respondo que algo sí.

Aprendí que vivir con miedo, escondiendo el corazón o pendiente de agradar, es la mayor traición a la verdadera esencia; que aunque el esfuerzo por tomar el camino más largo y difícil sea agotador, es mucho mejor que morder el anzuelo de lo que te hipoteca el alma.

Aprendí que el amor no puede todo y que por mucho que se ame a veces hay que decir basta y cerrar la puerta de lo que no hace crecer o de lo que lastima; que la pasión que uno trajo al mundo es para darla a manos llenas a los otros, porque ahí está el brillo del espíritu en su plenitud, y que el que lo ostenta como lustre de su ego no entendió a qué vino.

Estos años trajeron angustias y desasosiegos, claro, aunque debo admitir que fueron menos que las alegrías, y que se alimentaron, siempre, de mi miopía, de los árboles que me tapaban el bosque.

Aprendí a ser solo y a estar solo, que no son lo mismo. Estoy solo desde que se fueron mis viejos, esa ancla bendita que lo hace a uno sentir que la gravedad es suficiente para mantener los pies sobre la tierra.

Soy solo ante mí y ante Dios (no importa cómo lo describa o sienta, porque también cambió cómo lo veo y vivo), y esa soledad de vivirme queriéndome (aunque siempre me reproche algo y me esté exigiendo cambios) me abre al otro, a quien no se puede ver cuando se está en guerra con uno mismo.

Aprendí que somos un puñado de aprendices en todo, pero que cuando tendemos la mano todo se multiplica para bien; que las convicciones hay que defenderlas con orgullo siempre y cuando hayamos revisado que aspiren al bienestar de todos, y aún así, dispuestos a volver al tablero una y otra y otra vez porque ninguna verdad es de acero ni ninguna posición debe volverse indiscutible.

Aprendí que lo que queremos puede tardar en llegar o no llegar a verlo nunca, pero que haberlo anhelado y trabajado incansablemente para hacerlo realidad es un sentido de la vida; que tratar de dejar este jardín más bello y fértil que como lo encontramos es una buena guía para andar el camino.

Aprendí de lo oscuro que me habita y a abrazarlo antes que negarlo, ya que ocultarlo siempre lleva a engendrar peores monstruos; que el miedo que me da, hoy, la muerte, es muy distinto, y no pasa por durar en el tiempo sino por la pena de que un día la posibilidad de descubrir y asombrarme y compartir termine, el dolor de una hoja en blanco que ya no se llenará de garabatos para comunicar cómo se ve desde aquí adentro.

Aprendí que hay gente a la que no le importa el otro porque no lo ve y que eso mismo le habilita los circuitos de la mezquindad más peligrosa. Ante eso me levanto y denuncio aunque yo mismo caiga, a veces, en la misma trampa.

Aprendí también a no vivir tan necesitado de respuestas, la juventud me vio pasar con un hambre insaciable de saber, como si hubiera una llave o un mapa del tesoro para encontrar el gran secreto y solo eso fuera a darme paz.

Hoy, con el caballo más manso, alcanzo a vislumbrar una verdad más humilde, más de día a día, más humana, una lucecita que dura lo que tenga que durar en uno, pero que compartida no se muere nunca: una verdad de mi mano en tu mano, de mis ojos enlazados con los tuyos, de poema que danza, de música que sueña, de vino que transmuta una verdad de beso de buenas noches, de caricia a un animal que duerme, de barricada a la injusticia, de canto de amor para la Tierra.


Evangelio del martes 28 de julio: Mateo 13,36-43.

Entonces, dejando a la multitud, Jesús regresó a la casa; sus discípulos se acercaron y le dijeron: "Explícanos la parábola de la cizaña en el campo".
El les respondió: "El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre;
el campo es el mundo; la buena semilla son los que pertenecen al Reino; la cizaña son los que pertenecen al Maligno,
y el enemigo que la siembra es el demonio; la cosecha es el fin del mundo y los cosechadores son los ángeles.
Así como se arranca la cizaña y se la quema en el fuego, de la misma manera sucederá al fin del mundo.
El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y estos quitarán de su Reino todos los escándalos y a los que hicieron el mal,
y los arrojarán en el horno ardiente: allí habrá llanto y rechinar de dientes.
Entonces los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre. ¡El que tenga oídos, que oiga!"
PALABRA DEL SEÑOR.

El que pone la mano en el arado y mira para atrás, no es digno de mí nos dice Jesús. Estar pendiente de la cizaña además de ser algo que no nos compete, es vivir pendiente del atrás. El atraso del odio, el desamor, la violencia para deshacernos de quienes calificamos erróneamente de cizaña. Pretendemos ocupar el lugar del juicio misericordioso de Dios. A un cristiano o cristiana no le corresponde. Nuestra siembra siempre es de paz fraternal desde la diversidad y el respeto al prójim@. No alimentar una "grieta" que en toda la humanidad alienta la desintegración de lo humano y cristiano desde la descalificación, la revancha, acentuar la diferencias. Esa no es nuestra misión. Lo nuestro es la siembra de un nuevo sentido para vivir, el EVANGELIO. En el silencio y la quietud, invocamos el Nombre de Jesús.

Abrazo y bendición!

lunes, 27 de julio de 2020

Van Gogh habla del amor necesario

Vivimos actualmente tiempos sombríos, de mucho odio, ausencia de refinamiento, y especialmente de falta de amor. La historia no es rectilínea ni la propia evolución del universo lo es. Pasa del orden (cosmos) al desorden (caos), de lo sim-bólico (lo que une) a lo dia-bólico (lo que separa), de las sombras a la luz, de thánatos (las negatividades de la vida) a eros (las excelencias de la vida) y de Cristo al Anti-Cristo.

Tales antítesis no son deformaciones de la realidad, sino la condición de todas las cosas. En el ámbito humano decimos que así es la condition humaine. Es decir, hay momentos en que predomina el orden, la armonía social, la convivencia inclusiva, que representan el eros. En otros predomina el thánatos, la dimensión de muerte, de odio y de desgarro. Obsérvese que las dos realidades vienen siempre juntas y están simultáneamente presentes en todos los momentos y circunstancias.

Actualmente a nivel mundial y nacional estamos viviendo duramente la dimensión de thánatos, de lo dia-bólico, de las sombras. Hay guerras en el mundo, racismo, fundamentalismo produciendo incontables víctimas, ascensión del autoritarismo, del populismo, que son disfraces del despotismo. Como si todo esto no bastase, estamos bajo la invasión de la Covid-19, fruto de la sistemática agresión humana contra la naturaleza (antropoceno) y del contraataque que ella está lanzando contra nosotros, poniendo especialmente al capitalismo y a los países militaristas con su máquina de matar, de rodillas.

Todos los caminos religiosos y espirituales dan centralidad al amor. No necesitamos referirnos a Jesús para quien el amor es todo o al texto de inigualable belleza y verdad de san Pablo en la primera Carta a los Corintios, en el capítulo 13: “el amor nunca acabará… en el presente permanecen estas tres, la fe, la esperanza y el amor, y la más excelente es el amor” (13,8-13).

No me resisto a citar el texto sobre el amor de la Imitación de Cristo, de 1441, el libro más leído en la cristiandad después de la Biblia. Como canto del cisne de mi actividad teológica de más de 50 años, lo retraduje del latín medieval, depurándole como mucho de los dualismos típicos de la época. Leámoslo: «Gran cosa es el amor. Es un bien verdaderamente inestimable que por si sólo vuelve suave lo que es penoso y soporta sereno toda adversidad. Porque lleva la carga sin sentir el peso, torna lo amargo dulce y sabroso… El amor desea ser libre, y sin amarras que le impidan amar con totalidad. Nada más dulce que el amor, nada más fuerte, nada más sublime, nada más profundo, nada más delicioso, nada más perfecto o mejor en el cielo y en la tierra… Quien ama, vuela, corre, vive alegre, se siente liberado de todas las amarras. Da todo a todos y posee todo en todas las cosas, porque más allá de todas las cosas, descansa en el Sumo Bien del cual se derivan y proceden todos los bienes. No mira las dádivas, se eleva por encima de todos los bienes hasta aquel que los concede. El amor muchas veces no conoce límites pues su fuego interior supera toda medida. Es capaz de todo y realiza cosas que quien no ama no comprende; quien no ama se debilita y acaba cayendo. El amor vigila siempre y hasta duerme sin dormir… Sólo quien ama comprende el amor» (libro III, capítulo 5).

En los momentos dolorosos que estamos viviendo y sufriendo, tenemos que rescatar lo más importante que verdaderamente nos humaniza: el simple amor. Se siente grandemente su falta en todas partes y relaciones. Sin él nada de grande, de memorable ni de heroico ha sido construido en la historia. El amor hace que tantos médicos y médicas, enfermeros y enfermeras y todos los que trabajan contra la Covid-19, sacrifiquen sus vidas para salvar vidas, y por eso muchos de ellos acaban cayendo víctimas de la enfermedad. Ellos nos confirman la excelencia del amor incondicional. Testimonios de las ciencias de la vida, del arte y de la poesía refuerzan lo que proclaman las religiones. Son convincentes las palabras del genial pintor Vincent van Gogh en una carta a su hermano Théo: «Hay que amar para trabajar y volverse un artista, un artista que pretende poner sentimiento en su obra: primero tiene que sentirse a sí mismo y vivir con su corazón... El amor califica nuestro sentimiento de deber y define claramente nuestro papel... el amor es la más poderosa de todas las fuerzas» (Lettres à son frère Théo, Gallimard 1988, 138, 144). A. Artaud, que hizo la introducción a las cartas de van Gogh, dice de él que rechazó entrar en esta sociedad sin amor: “fue un suicida de la sociedad”.

Consideremos lo que afirman los estudios sobre el proceso cosmogénico y de la nueva biología. Cada vez está más claro que el amor es un dato objetivo de la realidad global y cósmica, un evento bienaventurado del propio ser de las cosas, en las cuales nosotros estamos incluidos.

Ejemplo de eso es lo que escribió James Watson, que con Francis Crick descodificó en 1953 la doble hélice del código genético: «El amor pertenece a la esencia de nuestra humanidad. El amor, ese impulso que nos hace cuidar del otro, fue lo que permitió nuestra supervivencia y nuestro éxito en el planeta. Ese impulso, creo que salvaguardará nuestro futuro… Tan fundamental es el amor para la naturaleza humana que estoy seguro de que la capacidad de amar está inscrita en nuestro DNA. Un san Pablo secular (el mismo que tan excelentemente escribió sobre el amor) diría que el amor es la mayor dádiva de nuestros genes a la humanidad». (J. Watson, ADN: el secreto de la vida, Companhia das Letras, São Paulo 2005, p. 433-434).

Los biólogos chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela mostraron la presencia cósmica del amor. Dicen que los seres, incluso los más originarios, como los topquarks, se relacionan e interactúan entre ellos espontáneamente, por pura gratuidad y alegría de convivir. Tal relación no responde a una necesidad de supervivencia. Se instaura por un impulso de crear lazos nuevos, por la afinidad que emerge espontáneamente y que produce deleite. Es el adviento del amor.

De esta forma, la fuerza del amor atraviesa todos los estadios de la evolución y enlaza a todos los seres dándoles irradiación y belleza.

El amor cósmico realiza lo que la mística ha intuido siempre sobre la gratuidad y la belleza: «la rosa no tiene un por qué. Florece por florecer. Ella no se ocupa de sí misma ni se preocupa de si la admiran o no» (Ángel Silesius). Así el amor, como la flor, ama por amar y florece como fruto de una relación libre, como entre dos personas enamoradas y apasionadas.

Fernando Pessoa expresó bien esta experiencia en los Poemas de Alberto Caieiro: «Si hablo de la Naturaleza no es porque sepa lo que es /sino porque la amo, y la amo por eso,/ porque quien ama nunca sabe lo que ama/ni sabe por qué ama, ni qué es amar/Amar es la eterna inocencia» (Obra poética, Aguilar 1974, p. 205).

Por el hecho de ser humanos y autoconscientes, podemos hacer del amor un proyecto personal y civilizatorio: vivirlo conscientemente, crear condiciones para que la amorización se dé entre los seres humanos y con todos los demás seres de la naturaleza, hasta con alguna estrella del Universo.

El amor es urgente en Brasil y en el mundo. Con realismo Paulo Freire, tan calumniado por los propulsores del odio y de la ignorancia, nos dejó esta misión: forjar una sociedad donde no sea tan difícil el amor. Educar, decía él, es un acto de amor.

Digámoslo con todas las palabras: el sistema mundial capitalista y neoliberal no ama a las personas. Ama el dinero y los bienes materiales; ama la fuerza de trabajo del obrero, sus músculos, su saber, su producción y su capacidad de consumir. Pero no ama gratuitamente a las personas como personas, portadoras de dignidad y de valor. Lo que nos está salvando en este momento de irrupción de la Covid-19 son, exactamente, los valores que el capitalismo niega.

Predicar el amor diciendo: «amémonos unos a otros como nos amamos a nosotros mismos», es revolucionario. Es ser anti-cultura dominante y contra el odio imperante.

Hay que hacer del amor aquello que el gran florentino, Dante Alighieri, escribió al final de cada cántico de la Divina Comedia: “el amor que mueve el cielo y todas las estrellas”; y yo añadiría, amor que mueve nuestras vidas, amor que es el nombre sacrosanto del Ser que hace ser todo lo que es, y que es la Energía sagrada que hace latir de amor nuestros corazones.

Conversación Sinodal con Oscar Campana

 

“La Iglesia es anterior y superior a los propios ministerios. La Iglesia debiera ser capaz de proveer una nueva realidad ministerial frente a la nueva realidad.” 

Compartimos la primera parte de la Conversación Sinodal con Oscar Campana, donde nos comparte algunas reflexiones sobre la Iglesia en este tiempo. 



Escúchala por el canal de la Diócesis.-

jueves, 23 de julio de 2020

Obispa, sacerdotisa o nuncia

Obispa, sacerdotisa o nuncia: siete teólogas presentan sus candidaturas a puestos que la Iglesia veta a las mujeres

"La ausencia de mujeres en cargos de responsabilidad es un escándalo", declararon las siete mujeres en un comunicado en el que explicaron su iniciativa como un "acto de desobediencia al dogma eclesial y a la Iglesia patriarcal"

Seis de las siete mujeres, junto a Anne Soupa, tras entregar sus candidaturas en la Nunciatura francesa Anna Cuxac
Seis de las siete mujeres, junto a Anne Soupa, tras entregar sus candidaturas en la Nunciatura francesa Anna Cuxac

Fue un gesto inédito, y una muestra más de que, en la Iglesia católica, las mujeres siguen sin encontrar las puertas abiertas. A las doce del mediodía de este miércoles, siete teólogas entregaban en la sede de la Nunciatura en Francia sus candidaturas a diversos ministerios en la Iglesia gala, pero se encontraron con la callada por respuesta. No fueron recibidas por el nuncio, Celestino Migliore, y tuvieron que agacharse para depositar, en un buzón a ras de suelo, sus documentos.

El día elegido para hacerlo tenía todo de simbólico. 22 de julio, festividad de Santa María Magdalena, la 'apóstola' por antonomasia. La que, según los relatos evangélicos, fue la primera en ver a Jesús Resucitado. Dos mil años después, las mujeres siguen sin ocupar cargo alguno de responsabilidad en la Iglesia católica, uno de los estamentos más patriarcales creados por el ser humano.

Siete mujeres se rebelaron contra ello. Laurence de Bourbon-Parme, Claire Conan-Vrinat, Sylvaine Landrivon, Hélène Pichon, Loan Rocher, Marie-Automne Thépot y la española Christina Moreira, que han solicitado convertirse en obispas, sacerdotisas, diaconisas y hasta nuncias. Haciendo valer sus currículos y su capacidad, y denunciando "la ausencia de mujeres en cargos de responsabilidad", según apuntaron tras trasladar sus reivindicaciones al buzón de la Nunciatura francesa.

La invisibilidad de las mujeres, "un escándalo"

"La ausencia de mujeres en cargos de responsabilidad es un escándalo", declararon las siete mujeres en un comunicado en el que explicaron su iniciativa como un "acto de desobediencia al dogma eclesial y a la Iglesia patriarcal". Todas ellas siguieron el ejemplo de la teóloga y biblista Anne Soupa, quien en mayo pasado se postuló oficialmente para sustituir al discutido cardenal Barbarin, quien tuvo que dejar la diócesis de Lyon tras un escándalo de abusos sexuales.

Una de las mujeres deposita su candidatura en el buzón de Nunciatura

"Las mujeres son invisibles en la iglesia católica (...). Esto no es posible en una época de paridad, no puede seguir así", destacó Soupa, quien agradeció el paso adelante dado por estas siete mujeres. Cada una de las candidatas entregó a la Nunciatura un documento en el que expusieron su profesión de fe, la función a la que postulan y el tipo de servicio que son capaces de asumir.

En el manifiesto que adjuntaron a la solicitud, las siete denunciaron cómo “la ausencia de mujeres en puestos de responsabilidad no es tanto un escándalo como un contra-testimonio de la Iglesia. Esta inmensa injusticia no es un problema menor, sino que afecta a todo el cuerpo eclesial".

"La discriminación contra las mujeres en la Iglesia es una de las más visibles y violentas. Para que la Iglesia pueda cumplir su misión, debe permitir a las mujeres el acceso a los diversos ministerios ordenados, así como a las altas responsabilidades de la institución", constata el comunicado, que insiste en que no se trata sólo de acceder al sacerdocio, sino de “cuestionar la actual estructura de Gobierno de la Iglesia". En su opinión, los obstáculos a que las mujeres puedan ser cardenala, obispa, nuncia o sacerdotisa “no son teológicos ni espirituales, sino políticos y culturales".

Una de ellas, Hélene Pichon, se postula para representante del Papa. "Nuestra reivindicación está de lleno en el Evangelio de Jesús. Él envió a la primera mujer, María Magdalena, ella es 'el apóstol de los apóstoles'", declaró ante los medios. Esta mujer, coronel en la Reserva, tiene una dilatada carrera diplomática con Francia y Suiza, que le ha llevado a Líbano, Ginebra, Core, Bahrein, la Unesco, la OCDE, el Banco Mundial o la Comisión Europea. “Como creyente, me pregunto por qué no puedo ejercer también mi labor para la Iglesia", proclama.

Una española que ejerce como cura

La única española del grupo es Christina Moreira, que reivindica poder ejercer el ministerio sacerdotal en libertad. Porque Christina ejerce como sacerdote en Galicia, pues fue ordenada como tal. “Formo parte de la Asociación Internacional de Presbíteras Católicas ARCWP cuyo fin es ordenar diaconisas, presbíteras y obispas católicas dentro del rito y la tradición romana. Esto conlleva un quehacer práctico y teológico por renovar los ministerios y la eclesiología; adelantamos evoluciones que nuestra querida pero anciana y lenta Iglesia irá haciendo tal vez, pero que a nosotras se nos antojan urgentes…", declara.

Estas son las siete 'apóstolas'


Por su parte, Laurence de Bourbon-Parme quiere que se le permita poder predicar. Esta mujer, divorciada, madre de tres hijos y nieta de cuatro pequeños, ejerce como terapeuta de almas desde hace más de dos décadas, y querría “ofrecer mis dones de predicación a aquellos que quieran recibirlo".
Como Anne Soupa, Sylvaine Landrivon también se postula como candidata a obispa. Nacida en 1956, “estoy casada, soy madre y abuela", y experta en Teología en Lyon. Autora de varios libros, en los que profundiza por el papel de la mujer en las Escrituras y en la Iglesia, “hoy doy un paso adelanto, y me postula como candidata a un cargo episcopal en la Iglesia católica". Una posibilidad que, hoy por hoy, prohíbe tajantemente la jerarquía eclesiástica. Masculina por los cuatro costados. Aunque Jesús llamara a María Magdalena y otras mujeres discípulas. Igual que a Pedro, Juan o Santiago.

Toda la información en www.religiondigital.org
Y si sabes francés Bfmtv.com

Estas son las características de la Medalla Milagrosa



El 27 de noviembre de 1830, a las 5 y media de la tarde, estando las novicias en oración, la Virgen Santísima se le aparece de nuevo a Catalina debajo del cuadro de San José (sitio donde está actualmente la Virgen del globo). Primero ve Catalina como dos cuadros vivientes que pasan en fundido encadenado y en los cuales la Virgen está de pie sobre medio globo terráqueo, aplastando sus pies una serpiente.

En el primer cuadro, lleva la Virgen en sus manos un pequeño globo dorado rematado por una cruz que levanta hacia el cielo. Oye Catalina:

“Esta bola representa al mundo entero, a Francia y a cada persona en particular.”

En el segundo, salen de sus manos abiertas, cuyos dedos llevan anillos de piedras preciosas, unos rayos de un brillo bellísimo. Al mismo tiempo Catalina oye una voz que dice:

“Estos rayos son el símbolo de las gracias que María consigue para los hombres.”

Después se forma un óvalo en torno a la aparición y Catalina ve como se inscribe en semicírculo una invocación, hasta entonces desconocida, escrita en letras de oro:

« Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti».


Se oye entonces una voz:

« Haz, haz acuñar una medalla según este modelo. Las personas que la lleven con confianza recibirán grandes gracias ».

Después, se vuelve el cuadro y Catalina ve el reverso de la medalla: arriba, una cruz sobre la letra inicial de María, abajo, dos corazones, uno coronado de espinas, otro atravesado por una espada.

La Virgen María, inmaculada desde su concepción. Pura e Inmaculada, toma parte en el combate espiritual, el combate contra el mal, cuyo campo de batalla es nuestro mundo. Nos invita a entrar nosotros también en la lógica de Dios que no es la lógica del mundo. La gracia auténtica de conversión es lo que ha de pedir el cristiano a María para transmitirla al mundo.

Estas son las características de la Medalla Milagrosa

Anverso y reverso de la Medalla Milagrosa.


Anverso de la Medalla Milagrosa

La Virgen María toma parte en el combate espiritual, el combate contra el mal, cuyo campo de batalla es nuestro mundo. Nos invita a entrar nosotros también en la lógica de Dios que no es la lógica del mundo. La gracia auténtica de conversión es lo que ha de pedir el cristiano a María para transmitirla al mundo.

1.- La Santísima Virgen María es la figura central del anverso de la Medalla Milagrosa.

2.- La Virgen se encuentra sobre el globo que representa al mundo, pisando la cabeza de la serpiente,


3.- Sus manos están abiertas y sus dedos adornados con anillos que llevan piedras preciosas. De ambas manos de la Santísima Virgen María, salen unos rayos que representan las gracias que por su medio nos son dispensadas.

4.- Se puede leer en francés la siguiente jaculatoria: «Oh María sin pecado concebida, ruego por nosotros que recurrimos a Ti».

Reverso de la Medalla Milagrosa


a.- La letra M que representa el Santo nombre de María, se haya coronada por la Cruz de Cristo y es la figura central del anverso de la Medalla Milagrosa.

b.- El Sagrado Corazón de Jesús

c.- El Inmaculado Corazón de María

d.- Son 12 estrellas representan los 12 apóstoles y estos a su vez a la Santa Iglesia.

Un dato curioso


La medalla que popularmente ha venido a conocerse como «La Medalla Milagrosa», se llamaba originalmente, según indicaciones especificas de la Santísima Virgen maría, «La Medalla de la Inmaculada Concepción«. Pero no es de extrañar, pues ha obtenido tantas y extraordinarias gracias y conversiones para aquellos que la llevan puesta y rezan por la intercesión y el socorro de María, que ha venido a llamarse así.

Un caso admirable de conversión, es el conseguido por medio de esta medalla al Judío Alfonso de Ratisbona.