Cuando se convive y se comparte con personas de diferentes nacionalidades, culturas y religiones resulta más fácil comprender que Dios... es el Dios de Todos... no sólo de unos cuantos... y el nombre de Dios no puede ser de uso exclusivo de un pueblo, una cultura o una religión. Esta hermosa canción de Brotes de Olivo nos anima a comprender esa realidad.
Padre nuestro, Padre de todos (Brotes de olivo)
Padre nuestro, Padre de todos,
no eres nuestro sino eres de todos.
Padre de la vida, Padre del amor,
por eso, los niños, contigo son Dios.
Padre nuestro que estás en la tierra.
Todos te vemos y creemos en ti
cuando juntos somos como un solo niño.
Santificamos tu nombre porque así somos tú
y así vivimos tu Reino en nosotros.
¿Cómo vamos a hablar de tu Reino en la tierra
si no lo sentimos dentro de nosotros?
Tu voluntad la hacemos cuando todas las niñas y todos los niños,
los chinos, los indios, los chiapanecos,
los esquimales, los ucranianos, los pigmeos...
los sentimos a todos en nuestro corazón.
El pan que cada día nos regalas,
te lo agradecemos de verdad
cuando nosotros vivimos
para que lo tengan todos los niños,
porque igual que tú nos lo das a nosotros,
nosotros se lo damos a ellos.
Así todos entienden eso de que tú eres un Dios bueno,
que nos perdonas todas las cosas
que no hacemos como tú quieres...
No permitas que olvidemos estas cosas,
y recuérdanos que las tenemos que vivir siempre aquí en la tierra,
igual que cuando estemos contigo en el cielo. Amén.
Padre nuestro, Padre de todos,
no eres nuestro sino eres de todos.
Padre de la vida, Padre del amor,
por eso, los niños, contigo son Dios.
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