miércoles, 30 de noviembre de 2022

🔥🕊️LOS CINCO MINUTOS DEL ESPÍRITU SANTO🕊️🔥

Autor: Monseñor Victor Manuel Fernández.

Editorial Claretiana

Miércoles 30 de Noviembre, 2022

El Espíritu Santo es vida y derrama vida. A veces creemos que él sólo nos lleva a entrar en nuestro interior y a apartarnos del mundo. Pero es al revés, porque el Espíritu Santo llena todo el universo, y él espera que sepamos unirnos a todas las creaturas y a disfrutar del mundo.

En el universo hay mucha alegría, porque la alegría existe cuando uno es lo que debe ser, lo que Dios quiere que sea. Las estrellas, que ocupan su lugar en el cielo y brillan bellamente, cumplen la voluntad divina, y por eso en ellas hay alegría; una planta que crece cumple la voluntad de Dios, y en ella hay alegría; un pájaro que fabrica su nido sigue su instinto, y en él hay mucha alegría.

Todo el universo es como una canción de gozo. Pidamos al Espíritu Santo, que está en todas las cosas, que nos ayude a descubrirlo así, y encontremos nuestra propia alegría.

 

                             Amén

                          💫🕊️💫

I Domingo de Adviento

Mateo 24, 37-44

En aquél tiempo Jesús dijo a sus discípulos:

Cuando venga el Hijo del hombre, sucederá como en tiempos de Noé. En los días que precedieron al diluvio, la gente comía, bebía y se casaba, hasta que Noé entró en el arca; y no sospechaban nada, hasta que llegó el diluvio y los arrastró a todos. Lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre. De dos hombres que estén en el campo, uno será llevado y el otro dejado. De dos mujeres que estén moliendo, una será llevada y la otra dejada.

Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor.

Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, velaría y no dejaría perforar las paredes de su casa. Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada.

Palabra del Señor


Comentario

Comenzamos a partir de hoy, en este domingo, un nuevo año litúrgico, un nuevo año de la Iglesia. Quiero aclarar algunas cuestiones que creo que nos pueden ayudar a caminar “de la mano” de la Iglesia, de manera especial, en estas semanas. El año de la Iglesia, el año litúrgico, empieza con el tiempo de Adviento, uno de los tiempos llamados “fuertes”, en los que especialmente nos concentramos, por decir así, en “temas” fundamentales de nuestra fe. Básicamente en cada año, la Iglesia Madre busca que cada creyente pueda celebrar, revivir y llevar a su vida, la misma vida de nuestro Jesús. El año litúrgico no pretende ser un especie de “repaso histórico” de la vida del Salvador, sino más bien, un introducirnos en su misma Vida, conociendo, asimilando y amando todo lo que hizo y ser consientes de su obrar constante en el mundo. No es simple recuerdo, sino pasado que afirma la fe, presente que alegra y anima, y futuro que da esperanza.

Intentaremos seguir paso a paso lo que la Palabra de Dios nos va proponiendo. En este adviento y durante los domingos de este año, corresponde que nos dejemos acompañar por el Evangelio de San Mateo. Algo importante para empezar: el adviento, es que, no es únicamente, como se dice a veces, preparación para la Navidad, para celebrar la primera venida del Señor a la tierra,  sino también preparación para la definitiva y última venida de Jesús, al final de los tiempos y conciencia de su presencia constante entre nosotros. Por eso es necesario respetar con paciencia las lecturas de estos domingos. A modo de resumen y para que comprendas lo que se vendrá, te muestro lo central de cada domingo hasta la navidad, con una palabra que resume el mensaje esencial: En este domingo el mensaje central es… “Estén prevenidos y preparados”. El llamado es a despertarse. En el 2° domingo la frase sería… “Preparen el camino del Señor”. Se muestra la necesidad de convertirse. En el 3° domingo…“Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro” y la invitación es a sorprenderse y finalmente en el 4° domingo todo se concentra en el nacimiento…“Jesús nacerá de María, comprometida con José, hijo de David. Y la palabra sería, recibir.

Quería que hoy nos centremos en esta imagen, tan humana, tan nuestra, y tan del adviento. Despertarse. Venimos de alguna manera en estos últimos días hablando de esto. La Palabra no quiere darnos miedo, pero si quiere despertarnos. ¿Despertarnos de qué? ¿Estamos dormidos o somnolientos? Traté de graficarlo ayer cuando hablamos de la “anestesia mundana”, “epidemia consumista”. El adviento es tiempo de “salir” del sueño en el que a veces andamos. Esa actitud tan humana de andar metidos en lo cotidiano, en el tener poco tiempo para el Señor, incluso poco tiempo para nosotros, para nuestra familia. Tenemos tiempo, pero ocupado, en miles de cosas que nos terminan “absorbiendo” y sumergiendo solo en el “hacer”. ¿No es verdad esto? ¿No es verdad que casi no tenemos tiempo para reflexionar? ¿No es verdad que tenemos muchas veces tiempo para divertirnos y no hacer “nada” pero no tenemos tiempo real para frenar y pensar o rezar?

Para empezar este tiempo  la Palabra de Dios nos pega el grito: Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor.

Despiértense, dense cuenta que Jesús está y que además algún día vendrá. Ya está pero todavía tiene que venir, aunque parezca contradictorio. En realidad se podría decir que vendrá porque una vez ya vino y está con nosotros. Estamos en un tiempo para que también descubramos que cada acontecimiento de la vida es como un gesto o una caricia que Dios nos da para llamarnos la atención y que no nos olvidemos de Él, para hacernos acordar que llegará un día en el que nos dará un abrazo para siempre. ¡Qué lindo tiempo para frenar un poco, despertarse e ir escribiendo día a día en qué cosas percibimos el amor de Dios! ¿Te animás? ¿Te imaginás llegar a la celebración de la Navidad habiendo escrito cada día la certeza de que Jesús está con nosotros y que no podemos olvidarnos de que además lo esperamos con ansias? ¿No nos ayudaría eso a mirar la realidad con otros ojos, a cambiarnos los anteojos?

Vamos a despertarnos, hagamos el esfuerzo. Vamos a despertarnos juntos, escuchando siempre la Palabra, esa palabra que nos saca de nuestras comodidades y preocupaciones innecesarias. Vamos a despertarnos y pedir salir de una vez por todas de esos pecados y vicios que nos atan. Vamos a despertarnos en este adviento y darnos cuenta que no vale la pena correr tanto a fin de año, no tiene sentido. Vamos a pedirle a Jesús que nos ayude a estar prevenidos, a no estar como tantos únicamente comiendo y bebiendo, aunque sea necesario.

Dejémonos conducir por su Palabra, dejémonos llevar con docilidad y obediencia por los caminos que Él quiera, serán mucho mejores que los nuestros. Él está siempre con nosotros.

Hebreos 4.12

 


Evangelio del miércoles 30 de noviembre: Mateo 4,18-22

 FIESTA DEL APÓSTOL SAN ANDRÉS

Mientras caminaba a orillas del mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores.

Entonces les dijo: "Síganme, y yo los haré pescadores de hombres".

Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron.

Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca con Zebedeo, su padre, arreglando las redes; y Jesús los llamó.

Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y lo siguieron.

PALABRA DEL SEÑOR.


Basilio de Seleucia (¿-c. 468) obispo

Sermón en alabanza a San Andrés, 2-3; PG 18, 1103; atribuido a san Atanasio

El primer discípulo del Señor

    Andrés fue el primero en reconocer al Señor como su Maestro...; dejó atrás las enseñanzas de Juan Bautista para entrar en el seguimiento de Cristo... a la luz de la lámpara (Jn 5,35), buscaba la verdadera luz; bajo su leve resplandor, se ocultaba el esplendor de Cristo... De maestro que era, Juan Bautista se convirtió en servidor y heraldo de Cristo presente ante él: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” (Jn 1,29) Este es el que salva de la muerte; éste es el que destruye el pecado. Yo soy el enviado, no el esposo, pero soy el que acompaña al esposo. (Jn 3,29) Yo he venido como servidor, no como maestro.

    Empujado por estas palabras, Andrés abandona su antiguo maestro y corre hacia aquel que éste anunciaba... su deseo se manifiesta en su diligencia... llevando consigo a Juan, el evangelista. Los dos abandonan la antorcha (cf Jn 5,35) para seguir al sol... Andrés es la primera planta del jardín de los apóstoles, es él quien abre la puerta a la enseñanza de Cristo, él es el primero en recoger los frutos del campo cultivado por los profetas... Fue el primero en reconocer al profeta del cual Moisés había dicho: “El Señor, tu Dios, te suscitará de entre los tuyos, de entre tus hermanos, un profeta como yo. A él lo escucharéis.” (Dt 18,15)... Reconoció a aquel que anunciaron los profetas y condujo a su hermano Pedro hacia él. Le muestra a Pedro su tesoro: “Hemos encontrado al Mesías, (Jn 1,14) a aquel que anhelábamos. Esperábamos su venida: ven ahora a gustar de su presencia”... Andrés conduce a su hermano a Cristo... Era su primer milagro.


Abrazo y bendición!

martes, 29 de noviembre de 2022

Comisión de Memoria Siervo de Dios P. O. Jorge Novak Diócesis de Quilmes

 




Evangelio del martes 29 de noviembre: Lucas 10,21-24.

En aquel momento Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo:

"Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido.

Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar".

Después, volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos: "¡Felices los ojos que ven lo que ustedes ven!

¡Les aseguro que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron!". 

PALABRA DEL SEÑOR. 


En este adviento que hemos comenzado, Jesús nos invita a dar gracias al Padre que muestra su rostro y su corazón a quienes saben ser y hacerse pequeños. Es clave en nuestra espiritualidad encarnar el Padrenuestro que sintetiza todo lo que Dios espera de nosotr@s. Ser felices abandonándonos humildemente en sus manos. El adviento nos invita a soltar toda sofisticación que nos hace vivir superficialmente y poner toda la fuerza en la ESPERANZA, esperando y ayudando con nuestros gestos, el regreso de Jesús. En el silencio y la quietud, invocamos el Nombre de Jesús.


Abrazo y bendición!

lunes, 28 de noviembre de 2022

Los Institutos Superiores del Obispado de Quilmes abrieron su inscripción para el Ciclo Lectivo 2023

Los Instituto Superiores del Obispado de Quilmes abrieron sus inscripciones para el Ciclo Lectivo 2023. Con bonificación del 100% de la matrícula y 50% de la cuota para ingresantes a 1er año 2023, que sean egresados de los colegios secundarios pertenecientes al Obispado de Quilmes.

A continuación compartimos las carreras y el contacto de Whatsapp de cada Instituto para que las personas interesadas puedan contactarse, hacer averiguaciones e inscribirse.

Institutos superiores:


Instituto Superior Monseñor Jorge Novak

(Av. Calchaquí 4949, Quilmes Oeste)

11 2866-5133

▪️ Prof. Biología

▪️ Prof. Inglés 

▪️ Prof. Química

▪️ Téc. Higiene y seguridad 


Instituto Superior del Prof. Verbo Divino

(Av. Calchaquí 4949, Quilmes Oeste)

11 5624-3987

▪️ Prof. Lengua y Literatura

▪️ Prof. Historia

▪️ Prof. Geografía


Instituto Nuestra Señora del Perpetuo Socorro

(Av. Calchaquí 4949, Quilmes Oeste)

11 4437-1762

▪️ Prof. Educación Inicial

▪️ Prof. Educación Primaria


Instituto del Profesorado Espíritu Santo

(Av. Calchaquí 4949, Quilmes Oeste)

11 3872-1988

▪️ Prof. Matemática

▪️ Prof. Educación física

▪️ Prof. Economía y gestión

▪️ Téc. Psicopedagogía 


Instituto Superior Manuel Belgrano

(Calle 151 Nº 1057, Berazategui)

11 4974-4915

▪️ Prof. Inglés 


Instituto Superior Santa Lucía

(Quintana 72, Florencio Varela)

11 2378-9533

▪️ Prof. Educación inicial 

▪️ Prof. Matemática




DISCURSO DEL SANTO PADRE FRANCISCO

A LA COMUNIDAD DEL PONTIFICIO COLEGIO PÍO LATINOAMERICANO 

Sala Clementina

Lunes, 28 de noviembre de 2022



Me siento contento, queridos hermanos y hermanas, de estar hoy con todos ustedes, miembros de la familia del Colegio Pío Latinoamericano. Me gustó que me recibieran cantando. Yo no les pude contestar cantando porque canto para el carnero, así que hubiera sido un desastre. Estos años en los que ustedes están en Roma son un tiempo de gracia que el Señor les concede para ahondar la formación, no solo a nivel intelectual, académico, y para experimentar la riqueza y la diversidad de la Iglesia universal. Quizá es lo más rico; esa riqueza y diversidad. Esta riqueza y diversidad también caracteriza a nuestros pueblos de Latinoamérica, donde volverán para seguir siendo pastores del rebaño que la Iglesia les confía. Pastores del pueblo, y no clérigos de estado. Eso es un poco a lo que la vocación los lleva.

También los primeros cristianos provenían de diversos pueblos y culturas. Y fue el Espíritu Santo, que descendió sobre ellos, quien hizo que tuvieran «un solo corazón y una sola alma» (Hch 4,32), que hablaran un mismo lenguaje —el lenguaje del amor— y que fueran discípulos y misioneros de Jesús hasta los confines de la tierra (cf. Mt 28,19). Pensando en Andrés apóstol, cuya fiesta celebramos este miércoles, quisiera detenerme sobre estos dos términos: discípulos y misioneros.

En el evangelio de Juan vemos que Andrés fue uno de los primeros discípulos de Jesús. Ante su inquietud por conocer quién era el Maestro, y su invitación: «Vengan y lo verán» (Jn 1,39), fue, vio dónde vivía y se quedó con Él ese día. Y fue allí donde cambió radicalmente su vida. Por eso, queridos hermanos, renovemos siempre, nos hará bien, renovemos ese encuentro con el Señor, cotidianamente, compartamos su Palabra, permanezcamos en silencio ante Él para ver qué nos dice, qué hace, cómo siente, cómo calla, cómo ama. Dejemos que sea el “Verbo” en nuestras vidas y, si me permiten la imagen, dejémoslo “conjugarse” en nosotros y a través nuestro, que sea el Señor. No le impidamos que actúe en nuestro ministerio en primera Persona. ¡Que Jesús tenga voz activa en cada una de nuestras decisiones! Somos ministros suyos, pertenecemos a Él y nos llamó para “estar con Él”. Esto es lo que significa ser discípulos.

El encuentro de Andrés con Jesús no lo dejó tranquilo y de brazos cruzados, sino que lo transformó, y ya no era el mismo de antes, y no podía más que ir a anunciar lo que había vivido. Y al primero que encontró para decírselo fue a su propio hermano Pedro Simón: «Hemos encontrado al Mesías» (Jn 1,41), y lo llevó donde estaba Jesús. De este modo, Andrés se “estrenó” como misionero. Y también a nosotros nos esperan nuestros hermanos y hermanas, especialmente los que aún no han experimentado el amor y la misericordia del Señor, para que les anunciemos la Buena Noticia de Jesús y los conduzcamos hacia Él. Salir, movernos, llevar la alegría del Evangelio, eso es ser misioneros.  

Marcos, en su Evangelio, resume la llamada de Jesús a ser discípulos y misioneros. En el capítulo tercero leemos que llamó a los apóstoles «para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar» (v. 14). Estar con Jesús y salir a anunciarlo. Dos verbos: “estar” y “salir”. Ese es el sentido de nuestra vida. Se trata de un camino “de ida y vuelta”, que tiene a Jesús como punto de partida y de llegada. No olvidemos que “estar” con Jesús y “salir” a anunciarlo es también estar con los pobres, con los migrantes, con los enfermos, con los presos, con los más pequeños, con los más olvidados de la sociedad, y compartir con ellos la vida y anunciarles el amor incondicional de Dios. Porque Jesús está presente en esos hermanos y hermanas más vulnerables, ahí Él nos espera de un modo especial (cf. Mt 25,34-40).

Y no se olviden de volver a Él, cada noche, después de una larga jornada —pero ojo, a Él, no a la pantalla de un celular—. Me duele mucho cuando veo que un sacerdote bueno, trabajador, se cansa y se olvida de pasar por el sagrario, y se va a dormir porque está cansado. Él tiene razón, tiene que dormir, pero primero saluda. No seas maleducado… ¿O cuántas veces se escapan en la pantalla de un celular? La pantalla del celular nos atiborra de cosas. Por favor, no sean adictos a ese mundo de escape. No sean adictos. Son diversos pasos que te van quitando la fuerza. Sean adictos al encuentro con Jesús, y Él sabe lo que nos hace falta y tiene una palabra que decirnos en cada ocasión.

Una cosa que ahí dije de paso, es que ustedes vuelven para ser pastores del Pueblo de Dios. Por favor, no negocien nunca la pastoralidad. Pastores del Pueblo de Dios, no clérigos de estado. No caigan en el clericalismo, que es una de las peores perversiones. Estén muy atentos, el clericalismo es una forma de mundanidad espiritual. El clericalismo es deformante, es corrupto, y te lleva a una corrupción, una corrupción almidonada, con la nariz parada, que te aparta del pueblo, te hace olvidar el pueblo de donde saliste. Pablo le decía a Timoteo: “Acuérdate de tu madre y de tu abuela” (cf. 2 Tm,5-7), o sea, vuelve a las raíces, no te olvides de tu madre y de tu abuela. Yo se lo digo a cada uno de ustedes. Volver al rebaño de donde fuimos sacados… “Te saqué de detrás del rebaño” (cf. 2 S,8).



Por favor, cada vez que se hacen más “exquisitos” en el sentido verdadero de la palabra, o sea, más alejados del pueblo, cada vez que hacen eso, se apartan de la gracia de Dios y caen en la peste del clericalismo. Pastores del pueblo, no clérigos de estado. Pidan la gracia de saber estar siempre delante, en medio y detrás del pueblo, metidos con el pueblo del cual Jesús los sacó.

Y pidámosle a Nuestra Señora de Guadalupe que nos ayude en el camino de “discipulado-apostolado” que nos va configurando con su Hijo, que nos acompañe en ese itinerario vital de “ida y vuelta” que parte de Jesús hacia los hermanos, para volver con los hermanos al encuentro de Jesús. Supliquemos al apóstol san Andrés que interceda por nosotros.

Y, de nuevo, gracias por esta visita. Les deseo buen camino romano, tomen todas las cosas buenas que puedan encontrar en Roma, las otras no, déjenlas en Roma, que acá se van a encargar de llevarlas adelante, y por favor, no se olviden de rezar por mí.
Gracias.

Evangelio del domingo 27 de noviembre: Mateo 24,37-44

Primer domingo de Adviento y Fiesta de la Virgen Medalla Milagrosa


En aquél tiempo Jesús dijo a sus discípulos:

Cuando venga el Hijo del hombre, sucederá como en tiempos de Noé.

En los días que precedieron al diluvio, la gente comía, bebía y se casaba, hasta que Noé entró en el arca;

y no sospechaban nada, hasta que llegó el diluvio y los arrastró a todos. Lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre.

De dos hombres que estén en el campo, uno será llevado y el otro dejado.

De dos mujeres que estén moliendo, una será llevada y la otra dejada.

Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor.

Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, velaría y no dejaría perforar las paredes de su casa.

Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada .

PALABRA DEL SEÑOR



REACCIONAR

Los ensayos que conozco sobre el momento actual insisten mucho en las contradicciones de la sociedad contemporánea, en la gravedad de la crisis sociocultural y económica, y en el carácter decadente de estos tiempos.

Sin duda, también hablan de fragmentos de bondad y de belleza, y de gestos de nobleza y generosidad, pero todo ello parece quedar como ocultado por la fuerza del mal, el deterioro de la vida y la injusticia. Al final todo son «profecías de desventuras».

Se olvida, por lo general, un dato enormemente esperanzador. Está creciendo en la conciencia de muchas personas un sentimiento de indignación ante tanta injusticia, degradación y sufrimiento. Son muchos los hombres y mujeres que no se resignan ya a aceptar una sociedad tan poco humana. De su corazón brota un «no» firme a lo inhumano.

Esta resistencia al mal es común a cristianos y agnósticos. Como decía el teólogo holandés E. Schillebeeckx, puede hablarse dentro de la sociedad moderna de «un frente común, de creyentes y no creyentes, de cara a un mundo mejor, de aspecto más humano».

En el fondo de esta reacción hay una búsqueda de algo diferente, un reducto de esperanza, un anhelo de algo que en esta sociedad no se ve cumplido. Es el sentimiento de que podríamos ser más humanos, más felices y más buenos en una sociedad más justa, aunque siempre limitada y precaria.

En este contexto cobra una actualidad particular la llamada de Jesús: «Estad en vela». Son palabras que invitan a despertar y a vivir con más lucidez, sin dejarnos arrastrar y modelar pasivamente por cuanto se impone en esta sociedad.

Tal vez esto es lo primero. Reaccionar y mantener despierta la resistencia y la rebeldía. Atrevernos a ser diferentes. No actuar como todo el mundo. No identificarnos con lo inhumano de esta sociedad. Vivir en contradicción con tanta mediocridad y falta de sensatez. Iniciar la reacción.

Nos han de animar dos convicciones. El hombre no ha perdido su capacidad de ser más humano y de organizar una sociedad más digna. Por otra parte, el Espíritu de Dios sigue actuando en la historia y en el corazón de cada persona.

Es posible cambiar el rumbo equivocado que lleva esta sociedad. Lo que se necesita es que cada vez haya más personas lúcidas que se atrevan a introducir sensatez en medio de tanta locura, sentido moral en medio de tanto vacío ético, calor humano y solidaridad en el interior de tanto pragmatismo sin corazón.


1 Adviento – A

José Antonio Pagola.


Abrazo y bendición!

viernes, 25 de noviembre de 2022

Movimiento Ecuménico Por Los Derechos Humanos- MEDH

 25 de noviembre

Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres

Las diferentes violencias hacia las mujeres jóvenes y adultas en todas sus formas: emocional, económica, psíquica, sexual, física, ambiental, social, ejercida por parejas, ex parejas - novios, maridos, jefes, compañeros, religiosos, funcionarios, etc. - constituyen un flagelo que el siglo XXI no ha podido desterrar. Más allá de los discursos y las leyes, el derecho de las mujeres a vivir una vida digna, se sigue violando.

Las iglesias no debemos alimentar el imaginario social que lleva a las mujeres al aguante, la entrega, el sacrificio y la sumisión. En definitiva, a la muerte.

Reconocemos nuestras falencias, silencios y complicidades. No alcanza con consolar a las víctimas.

Pero, consideramos que, con nuestro compromiso, podemos ser un factor relevante para cambiar de raíz el problema: educando a las niñas y niños en igualdad real, con teologías y lecturas bíblicas que sustenten prácticas libres de violencia.

Junta Pastoral MEDH




Primera Semana de Adviento en Camino Sinodal

 📌 Primera Semana de Adviento en Camino Sinodal

🗣️ Compartimos el material con las propuestas para celebrar la primera semana de Adviento de manera comunitaria, preparado por el Consejo Diocesano para el Camino Sinodal. En esta oportunidad se invita a trabajar sobre "la Espera".


🎦 Video de presentación de esta semana:




🖥️👉🏼 El material de esta semana se puede ver y descargar en www.obisquil.org.ar


Evangelio del viernes 25 de noviembre: Lucas 21,29-33.

Jesús hizo a sus discípulos esta comparación:

"Miren lo que sucede con la higuera o con cualquier otro árbol.

Cuando comienza a echar brotes, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano.

Así también, cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el Reino de Dios está cerca.

Les aseguro que no pasará esta generación hasta que se cumpla todo esto.

El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán."

 
PALABRA DEL SEÑOR.




(San Gregorio Magno (c. 540-604) papa y doctor de la Iglesia

Homilías sobre los Evangelios (Homélies sur les évangiles I, Le Barroux, Sainte-Madeleine, Téqui, 2000), trad.sc©evangelizo.org

“Sepan que el Reino de Dios está cerca”

“Miren la higuera y otros árboles: cuando aparecen sus frutos, saben que el verano está cerca. Igualmente ustedes, cuando vean que aquello llega, sepan que el Reino de Dios está cerca”. Es como si nuestro Redentor dijera claramente: “Si conocemos la cercanía del verano por los frutos de los árboles, podemos reconocer por la ruina del mundo que el Reino de Dios está cerca”. Estas palabras señalan la ruina del mundo como su fruto. Sólo crece para caer, sólo florece para que lo que floreció en él muera por las calamidades. Por eso el Reino de Dios es comparado con el verano. Entonces las nubes de nuestra tristeza pasarán y los días de la vida brillarán con la luminosidad del Sol eterno. (…)

“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. Nada en la naturaleza de las cosas materiales dura más que el cielo o la tierra. Nada es más rápido que pronunciar una palabra. (…) Por eso el Señor declara: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. Es como dijese claramente: “Todo lo durable alrededor de ustedes, no dura en la eternidad. Todo lo que en mí parece pasar, es fijo y no pasa, ya que mi palabra que pasa expresa pensamientos que permanecen sin cambiar”.

Así, mis hermanos, no amen este mundo que, cómo ven, no podrá subsistir largo tiempo. Fijen en su espíritu este mandamiento que el apóstol Juan nos da para ponernos en guardia: “No amen al mundo ni las cosas mundanas. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él” (1Jn2,15).)

Abrazo y bendición!

jueves, 24 de noviembre de 2022

Evangelio del jueves 24 de noviembre: Lucas 21,20-28

Jesús dijo a sus discípulos:

"Cuando vean a Jerusalén sitiada por los ejércitos, sepan que su ruina está próxima.

Los que estén en Judea, que se refugien en las montañas; los que estén dentro de la ciudad, que se alejen; y los que estén en los campos, que no vuelvan a ella.

Porque serán días de escarmiento, en que todo lo que está escrito deberá cumplirse.

¡Ay de las que estén embarazadas o tengan niños de pecho en aquellos días! Será grande la desgracia de este país y la ira de Dios pesará sobre este pueblo.

Caerán al filo de la espada, serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que el tiempo de los paganos llegue a su cumplimiento.

Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, los pueblos serán presa de la angustia ante el rugido del mar y la violencia de las olas.

Los hombres desfallecerán de miedo por lo que sobrevendrá al mundo, porque los astros se conmoverán.

Entonces se verá al Hijo del hombre venir sobre una nube, lleno de poder y de gloria.

Cuando comience a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación".

PALABRA DEL SEÑOR.

 


Este Evangelio nos muestra q la historia humana siempre ha sido conflictiva. Ayer, hoy y siempre. Por lo tanto no estamos en un mundo diferente a lo que ha sido siempre. No hay q ser tremendista, pero tampoco idealista. Los pies sobre la Tierra y nosotr@s desde el Evangelio. Hay q estar en el mundo sin ser del mundo nos dice el Maestro. Con ánimo y la cabeza levantada porque se acerca la liberación. En el silencio y la quietud invocamos el Nombre de Jesús.


Abrazo y bendición!

miércoles, 23 de noviembre de 2022

Miguel Agustín Pro II

 














Miguel Agustín Pro

 



Miguel Agustín Pro Juárez (1891-1927) recibió la muerte por ser sacerdote católico durante la persecución contra la Iglesia del presidente Plutarco Elías Calles, rabioso anticatólico. Pro era natural de Zacatecas, México, y era hijo de un ingeniero de minas. Casi toda su primera educación la recibió de tutores, de forma que, al entrar en la Compañía de Jesús no había aún terminado la educación secundaria y encontró dificultades en el estudio. Compensó lo que le faltaba de preparación académica con entrega a la oración y a la búsqueda de la santidad.

Hizo los votos en agosto de 1913, en un momento de creciente conflicto dentro de la historia mexicana. El general Venustiano Carranza y el bandido Pancho Villa atacaban a la Iglesia y sus ministros, saqueando iglesias y torturando a sacerdotes y religiosos. El 5 de agosto de 1914 un grupo de hombres de Carranza asolaron la casa principal del noviciado y dieron fuego a su biblioteca. El rector advirtió que la situación no haría sino empeorar, de modo que dijo a la comunidad que cada uno se sintiese responsable de abrirse camino a través de la frontera con Estados Unidos y de seguir luego hasta California, donde los jesuitas ponían a disposición de seminaristas exiliados de México una casa en Los Gatos. Pro llegó hasta allí el 9 de octubre y allí permaneció un año entero antes de partir hacia España para estudiar la filosofía. En 1920 fue destinado a enseñar en Nicaragua, y luego volvió a España para la teología. En 1924 pasó a Enghien, en Bélgica, para acabar la teología y estudiar sociología, ya que estaba interesado en los movimientos obreros, y quería prepararse para su vuelta a México. Se ordenó en 1925 cuando se recrudecía la persecución en México bajo Elías Calles.

No encontró Pro dificultades para entrar en su país en junio de 1926, pero a fines de julio el gobierno suprimió todo culto público y cerró las iglesias. Todo sacerdote se convirtió en un criminal acosado. Los mexicanos creyentes, sin embargo, deseaban aún los sacramentos, así que Pro siguió adelante y en secreto con su ministerio. Organizó puntos de encuentro en diversas partes de la ciudad de México que visitaba con regularidad para predicar y administrar los sacramentos. Normalmente vivía con su familia, que se había trasladado a la ciudad de México, pero tenía también otros lugares donde encontrar alojamiento. Dos de sus hermanos, Humberto y Roberto, lo ayudaban en su trabajo imprimiendo y distribuyendo literatura de la Liga de Defensa Católica. El joven jesuita vivía sin miedo y cumplió con su ministerio hasta noviembre de 1927.

El domingo 13 de noviembre, alguien intentó asesinar al general Álvaro Obregón con una bomba que explotó sin hacerle daño. Ni el P. Pro ni sus hermanos estaban implicados en el complot, pero uno de ellos había vendido, pocos días antes, un coche que alguien había usado en el atentado. Los hermanos Pro decidieron que sería más seguro dejar México y marchar a los Estados Unidos, pero antes de su partida la policía rodeó la casa en que se encontraban y les arrestó a los tres. El verdadero cerebro de la conspiración, Luis Segura, se entregó a la policía al oír que el P. Pro había sido arrestado acusado del intento de atentado. Pero el presidente Calles quería dar un escarmiento a través del jesuita, aunque el verdadero responsable del crimen estuviese bajo custodia. El día 22 de noviembre invitó a sus amigos a una ejecución especial, que tendría lugar al día siguiente.

El 23 de noviembre los soldados escoltaron a Pro hasta el interior del patio de la prisión. Al ver a los circunstantes y al pelotón de fusilamiento, pidió unos momentos para orar, y, al ofrecérselo, rehusó que le vendaran los ojos. Con el rosario en sus manos se mantuvo de pie frente al paredón y extendió sus brazos en forma de cruz. Cuando se dio la orden de fuego, gritó en alta voz, “¡Viva Cristo Rey!”. A su hermano Humberto lo ejecutaron esa misma mañana, pero Roberto se libró en el último momento. Esa mañana fue fusilado también Luis Segura. El padre de Pro reclamó el cadáver, que fue velado en casa de la familia; miles de trabajadores y de soldados se acercaron a dar al cuerpo de aquel mártir un último saludo.

Originalmente compilado y editado por: Tom Rochford, SJ

Traducción: Luis López-Yarto, SJ



La Vida No Vale Nada (En Vivo)


La vida no vale nada si no es para perecer
Porque otros puedan tener lo que uno disfruta y ama
La vida no vale nada si yo me quedo sentado
Después que he visto y soñado que en todas partes me llaman
La vida no vale nada cuando otros se están matando
Y yo sigo aquí cantando, cual si no pasara nada
La vida no vale nada si escucho un grito mortal
Y no es capaz de tocar mi corazón que se apaga
La vida no vale nada si ignoro que el asesino
Cogió por otro camino y prepara otra celada
La vida no vale nada si se sorprende otro hermano
Cuando supe de antemano lo que se le preparaba
La vida no vale nada si cuatro caen por minuto
Y, al final, por el abuso se decide la jornada
La vida no vale nada si tengo que posponer
Otro minuto de ser y morirme en una cama
La vida no vale nada si en fin lo que me rodea
No puedo cambiar cual fuera lo que tengo y que me ampara
Y por eso para mí
La vida no vale nada si ignoro que el asesino
Cogió por otro camino y prepara otra celada
La vida no vale nada si se sorprende otro hermano
Cuando supe de antemano lo que se le preparaba
La vida no vale nada si cuatro caen por minuto
Y, al final, por el abuso se decide la jornada
La vida no vale nada si tengo que posponer
Otro minuto de ser y morirme en una cama
La vida no vale nada si en fin lo que me rodea
No puedo cambiar cual fuera lo que tengo y que me ampara
Y por eso para mí
La vida no vale nada

Pablo Milanés

Evangelio del miércoles 23 de noviembre: Lucas 21,12-19.

Jesús dijo a sus discípulos:

«Los detendrán, los perseguirán, los entregarán a las sinagogas y serán encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi Nombre,

y esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí.

Tengan bien presente que no deberán preparar su defensa,

porque yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir.

Serán entregados hasta por sus propios padres y hermanos, por sus parientes y amigos; y a muchos de ustedes los matarán.

Serán odiados por todos a causa de mi Nombre.

Pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza.

Gracias a la constancia salvarán sus vidas.» 

PALABRA DEL SEÑOR.



Jesús nos llama a ser testimonio de fidelidad. El Evangelio no se negocia. Tenemos que ser coherentes con Jesús. Vivir de acuerdo a la vida que Él nos mostró como CAMINO. No quiere decir que seamos fanátc@s religios@s. Sino personas maduras a la altura de las circunstancias que se oponen el Reino. Ser mujeres y varones de esta época y comprometernos en la lucha contra todo lo que nos deshumaniza y nos aleja del compromiso con la realidad desde el Evangelio. No podemos actuar de acuerdo a criterios que se oponen al Reino de Dios y su Justicia. Tenemos que animarnos a poner el cuero para que mostremos una alternativa de vida en abundancia frente a una civilización que tanto apuesta a la muerte. En el silencio y la quietud, invocamos el Nombre de Jesús.

Abrazo y bendición!

martes, 22 de noviembre de 2022

Evangelio del domingo 20 de noviembre: Lucas 23,35-43.

El pueblo permanecía allí y miraba. Sus jefes, burlándose, decían: "Ha salvado a otros: ¡que se salve a sí mismo, si es el Mesías de Dios, el Elegido!".

También los soldados se burlaban de él y, acercándose para ofrecerle vinagre,

le decían: "Si eres el rey de los judíos, ¡sálvate a ti mismo!".

Sobre su cabeza había una inscripción: "Este es el rey de los judíos".

Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: "¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros".

Pero el otro lo increpaba, diciéndole: "¿No tienes temor de Dios, tú que sufres la misma pena que él?

Nosotros la sufrimos justamente, porque pagamos nuestras culpas, pero él no ha hecho nada malo".

Y decía: "Jesús, acuérdate de mí cuando vengas a establecer tu Reino".

El le respondió: "Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso".
PALABRA DEL SEÑOR.

 



MÁRTIR FIEL

Los cristianos hemos atribuido al Crucificado diversos nombres: «redentor», «salvador», «rey», «libertador». Podemos acercarnos a él agradecidos: él nos ha rescatado de la perdición. Podemos contemplarlo conmovidos: nadie nos ha amado así. Podemos abrazarnos a él para encontrar fuerzas en medio de nuestros sufrimientos y penas. Entre los primeros cristianos se le llamó también «mártir», es decir «testigo». Un escrito llamado Apocalipsis, redactado hacia el año 95, ve en el Crucificado al «mártir fiel», «testigo fiel». Desde la cruz, Jesús se nos presenta como testigo fiel del amor de Dios y también de una existencia identificada con los últimos. No hemos de olvidarlo.

Se identificó tanto con las víctimas inocentes que terminaron como ellas. Su palabra molestaba. Había ido demasiado lejos al hablar de Dios y su justicia. Ni el Imperio ni el templo lo podría consentir. Había que eliminarlo. Tal vez, antes de que Pablo comenzara a elaborar su teología de la cruz, entre los pobres de Galilea se vivía esta convicción: «Ha muerto por nosotros», «por defendernos hasta el final», «por atreverse a hablar de Dios como defensor de los últimos». Al mirar al Crucificado deberíamos recordar instintivamente el dolor y la humillación de tantas víctimas desconocidas que, a lo largo de la historia, han sufrido, sufren y sufrirán olvidadas por casi todos. Sería una burla besar al Crucificado, invocarlo o adorarlo mientras vivimos indiferentes a todo sufrimiento que no sea el nuestro.

El crucifijo está desapareciendo de nuestros hogares e instituciones, pero los crucificados siguen ahí. Los podemos ver todos los días en cualquier telediario. Hemos de aprender a venerar al Crucificado no en un pequeño crucifijo, sino en las víctimas inocentes del hambre y de las guerras, en las mujeres asesinadas por sus parejas, en los que se ahogan al hundirse sus pateras. Confesar al Crucificado no es solo hacer grandes profesiones de fe. La mejor manera de aceptarlo como Señor y Redentor es imitarle viviendo identificados con quienes sufren injustamente.

Jesucristo, Rey del universo – C 

José Antonio Pagola.

Abrazo y bendición!

viernes, 18 de noviembre de 2022

Somos templos VIVOS???

 


Evangelio del viernes 18 de noviembre: Lucas 19,45-48.

Jesús al entrar al Templo, se puso a echar a los vendedores,

diciéndoles: "Está escrito: Mi casa será una casa de oración, pero ustedes la han convertido en una cueva de ladrones".

Y diariamente enseñaba en el Templo. Los sumos sacerdotes, los escribas y los más importantes del pueblo, buscaban la forma de matarlo.

Pero no sabían cómo hacerlo, porque todo el pueblo lo escuchaba y estaba pendiente de sus palabras. 

PALABRA DEL SEÑOR.



El Templo es un negocio, como sucede muchas veces con espacios religiosos. La situación es confusa siempre entre la devoción de l@s creyentes y quienes quieren hacer sus negocios con la fe de la gente. Esta es la perversión que Jesús denuncia. A la casta sacerdotal y a los mercaderes que son socios de alguna manera, para incrementar su riqueza. Se ha pervertido el espacio de lo sagrado donde habita Dios. Si lo aplicamos a la humanidad de hoy, todos los días se profanan miles de templos humanos, avasallando la presencia de Dios en cada un@ de sus hij@s. Se comercia la vida humana de tantas maneras como sea posible hacer dinero. Tenemos que comprometernos con el Evangelio maduramente y tener devoción por la dignidad humana comprometiéndonos de verdad en la liberación de tantas personas hechas mercancía. En el silencio y la quietud, invocamos el Nombre de Jesús.


Abrazo y bendición!

Zatti no es importante

 ¿Qué pasa después de la canonización?


Hay muchas cosas que se preparan con antelación y dedicación durante meses: un cumpleaños, el acto de egreso de la escuela, el último examen de una carrera. Los sacramentos también tienen mucho de eso. Un bautismo, la primera comunión, el matrimonio… eventos tan significativos, esperados, preparados, y que tienen algo en común: son un punto de partida. Con ellos nada finaliza. Todo continúa, y mucho comienza.

Se puede pensar y disfrutar la canonización de Artémides Zatti también como un punto de partida. No es una celebración donde el momento más alto es el propio evento. El enorme caudal de información al que nos hemos acostumbrado, junto a la fugacidad con que la consumimos, nos juega en contra. No debería ser una noticia que bombardee las redes y los grupos de WhatsApp durante un tiempo, como tantas otras, para luego desaparecer.

Por eso, vale la pena insistir en que la celebración del 9 de octubre es un inicio. Como un despegue. Una oportunidad de reconocer y dar a conocer a esta figura que sólo era familiar para un pequeño número de personas… y que ahora tiene como familia al mundo. No nos juntamos a “idolatrar” a un hombre. En todo caso, es un modelo que la Iglesia pone delante nuestro para mostrarnos una manera concreta de vivir la fe y ayudarnos a que nosotros también nos sumemos en ese camino. Es la posibilidad de reconocer sus rasgos de espiritualidad y cómo Dios actuó en él para servir a los demás. Y ahí sí, con sana admiración, poder decir: “¡Zatti es un ídolo! ¡Cómo me gustaría ser como él!”

Si algo lo caracteriza es que, para Zatti, lo importante no era Zatti. Lo más importante eran los pacientes, los vecinos, el pueblo. El centro de su vida eran los demás. Este y otros elementos de su forma de ser hoy nos suenan hasta “contraculturales”. Zatti no busca el reconocimiento instantáneo. No busca el protagonismo. No apuesta al storytelling. Probablemente, Zatti nunca se hubiera hecho una selfie.

Quedarse con su figura, pero no con su acción, es dejar el mensaje incompleto. Hay un dato que lo ilustra bastante. El hospital San José, al que dedicó cincuenta años de su vida, ya existía cuando él llegó —había sido fundado en 1889—. Y, de alguna forma, continúa existiendo tras su partida: si bien deja de funcionar a comienzos de los cincuenta, la firma de Zatti es una de las muchas que acompaña el acta de fundación del hospital público de Viedma, fechada en 1945; establecimiento que desde hace décadas lleva su nombre. El San José no fue “su” hospital: fue el lugar donde Zatti vivió con plenitud el ser instrumento de Dios al servicio de sus hermanos.

Si Zatti no fue una “superfigura” estelar . Tampoco un gran fundador de obras, ni un emprendedor de grandes empresas. Si nada queda en pie de “su” obra —el hospital San José fue demolido en 1941; las instalaciones de la escuela agrícola San Isidro, segunda ubicación del hospital, terminadas de demoler en 1963—. Entonces, ¿qué nos deja Zatti? ¿Cuál es su novedad?

Quizás, justamente, llevar una vida de santidad común y corriente. Esa vida que dejó testimonio en cada uno de los vecinos de Viedma, que al día de hoy —superando muchos los ochenta años de edad— se acuerdan con nitidez del paso de Zatti por su historia: verlo caminar al frente de una peregrinación; recibir su atención en la enfermería del colegio; esperarlo pasar en su bicicleta para que atienda a un hermanito enfermo; ir a buscarlo con desesperación a la guardia del hospital… o cruzarlo jugando a las bochas en el Círculo de Obreros.

En el Archivo Histórico Salesiano están guardados algunos guardapolvos de Zatti, todos remendados. También un saco, de los pocos que tuvo. Y sus medias, con más zurcido que tela. La herencia de Zatti no está allí, sino en la comunidad de personas a las que dedicó su vida.

La canonización de Zatti no es algo “de una vez y para siempre”. Hay que dedicarle tiempo. Porque tampoco es así aquello a lo que él le dedicó la vida. Si hay algo frágil, a cuidar constantemente, es la salud. Cada día, en un servicio constante, que en el caso de Zatti —y de tantos cuidadores, trabajadores, profesionales— se hace espiritualidad cotidiana.

Quizás el llamado de su espiritualidad es a convencernos de que en lo cotidiano podemos buscar y encontrar el sentido profundo de nuestra vida en el servicio amoroso, sobre todo hacia aquél que más está sufriendo

Pero las cosas no suceden solas. Dos años de pandemia, sus consecuencias, y la agitada realidad que vivimos pueden habernos dejado sin saber bien para dónde ir. Zatti nos da una guía y nos invita a ponernos a trabajar. ¿Quiénes están solos? ¿Dónde hay personas que necesitan una mano? ¿Quiénes son aquellos que más están sufriendo? ¿Qué se necesita? ¿Cómo puedo sumarme? En cada persona, en cada familia, en cada comunidad y obra salesiana, la práctica concreta de la caridad puede ser una novedad para la vida de fe. Y sacando la mirada de nosotros mismos, ver junto a otros un futuro mejor y posible.

jueves, 17 de noviembre de 2022

EN MI DEBILIDAD

En mi miedo,

tu seguridad.

En mi duda,

tu aliento.

En mi egoísmo,

tu amor.

En mi rencor

tu misericordia.

En mi “yo”

tu “nosotros”.

En mi rendición

tu perseverancia.

En mi silencio,

tu voz.

En mi ansiedad,

tu pobreza.

En mi tempestad

tu calma.

En mi abandono

tu insistencia.

En mi dolor,

tu alivio.

En mi debilidad,

tu fuerza.


(José María R. Olaizola, sj)

Evangelio del jueves 17 de noviembre: Lucas 19,41-44.

Cuando estuvo cerca y vio la ciudad, se puso a llorar por ella,

diciendo: "¡Si tú también hubieras comprendido en este día el mensaje de paz! Pero ahora está oculto a tus ojos.

Vendrán días desastrosos para ti, en que tus enemigos te cercarán con empalizadas, te sitiarán y te atacarán por todas partes.

Te arrasarán junto con tus hijos, que están dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has sabido reconocer el tiempo en que fuiste visitada por Dios". 

PALABRA DEL SEÑOR.



Jerusalén no ha recibido la visita de Dios, no ha recibido a Jesús ´Esto amarga y angustia el corazón de Jesús, que lo lleva a llorar presintiendo el porvenir. ¿Cómo reacciono ante las innumerables visitas de Dios en mi vida? ¿Acrecentaré el llanto de Jesús? Viendo el colectivo de la humanidad, recibe la visita de Dios o es el gran olvidado? En el silencio y la quietud, invocamos el Nombre de Jesús.


Abrazo y bendición!

miércoles, 16 de noviembre de 2022

Evangelio del miércoles 16 de noviembre: Lucas 19,11-28.

Jesús dijo una parábola, porque estaba cerca de Jerusalén y la gente pensaba que el Reino de Dios iba a aparecer de un momento a otro.

El les dijo: "Un hombre de familia noble fue a un país lejano para recibir la investidura real y regresar en seguida.

Llamó a diez de sus servidores y les entregó cien monedas de plata a cada uno, diciéndoles: 'Háganlas producir hasta que yo vuelva'.

Pero sus conciudadanos lo odiaban y enviaron detrás de él una embajada encargada de decir: 'No queremos que este sea nuestro rey'.

Al regresar, investido de la dignidad real, hizo llamar a los servidores a quienes había dado el dinero, para saber lo que había ganado cada uno.

El primero se presentó y le dijo: 'Señor, tus cien monedas de plata han producido diez veces más'.

'Está bien, buen servidor, le respondió, ya que has sido fiel en tan poca cosa, recibe el gobierno de diez ciudades'.

Llegó el segundo y le dijo: 'Señor, tus cien monedas de plata han producido cinco veces más'.

A él también le dijo: 'Tú estarás al frente de cinco ciudades'.

Llegó el otro y le dijo: 'Señor, aquí tienes tus cien monedas de plata, que guardé envueltas en un pañuelo.

Porque tuve miedo de ti, que eres un hombre exigente, que quieres percibir lo que no has depositado y cosechar lo que no has sembrado'.

El le respondió: 'Yo te juzgo por tus propias palabras, mal servidor. Si sabías que soy un hombre exigente, que quiero percibir lo que no deposité y cosechar lo que no sembré,

¿por qué no entregaste mi dinero en préstamo? A mi regreso yo lo hubiera recuperado con intereses'.

Y dijo a los que estaban allí: 'Quítenle las cien monedas y dénselas al que tiene diez veces más'.

'¡Pero, señor, le respondieron, ya tiene mil!'.

Les aseguro que al que tiene, se le dará; pero al que no tiene, se le quitará aún lo que tiene.

En cuanto a mis enemigos, que no me han querido por rey, tráiganlos aquí y mátenlos en mi presencia".

Después de haber dicho esto, Jesús siguió adelante, subiendo a Jerusalén. 

PALABRA DEL SEÑOR.



Benedicto XVI (papa 2005-2013)

Encíclica “Caritas in veritate”, § 48.50 (trad. © copyright Libreria Editrice Vaticana)

«Háganlas producir»

    El ambiente natural es un don de Dios para todos, y su uso representa para nosotros una responsabilidad para con los pobres, las generaciones futuras y toda la humanidad. […] El creyente reconoce en la naturaleza el maravilloso resultado de la intervención creadora de Dios, que el hombre puede utilizar responsablemente para satisfacer sus legítimas necesidades —materiales e inmateriales— respetando el equilibrio inherente a la creación misma. Si se desvanece esta visión, se acaba por considerar la naturaleza como un tabú intocable o, al contrario, por abusar de ella. Ambas posturas no son conformes con la visión cristiana de la naturaleza, fruto de la creación de Dios.


    La naturaleza es expresión de un proyecto de amor y de verdad. Ella nos precede y nos ha sido dada por Dios como ámbito de vida. Nos habla del Creador (cf. Rm 1,20) y de su amor a la humanidad. Está destinada a encontrar la «plenitud» en Cristo al final de los tiempos (cf. Ef 1,9-10;Col 1,19-20). También ella, por tanto, es una «vocación». La naturaleza está a nuestra disposición no como un «montón de desechos esparcidos al azar», sino como un don del Creador que ha diseñado sus estructuras intrínsecas para que el hombre descubra las orientaciones que se deben seguir para «guardarla y cultivarla» (cf. Gn 2,15). […]


    Es lícito que el hombre gobierne responsablemente la naturaleza para custodiarla, hacerla productiva y cultivarla también con métodos nuevos y tecnologías avanzadas, de modo que pueda acoger y alimentar dignamente a la población que la habita. En nuestra tierra hay lugar para todos: en ella toda la familia humana debe encontrar los recursos necesarios para vivir dignamente […]. Pero debemos considerar un deber muy grave el dejar la tierra a las nuevas generaciones en un estado en el que puedan habitarla dignamente y seguir cultivándola.


Abrazo y bendición!

martes, 15 de noviembre de 2022

Dios salvador


 

Evangelio del martes 15 de noviembre: Lucas 19,1-10.

Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad.

Allí vivía un hombre muy rico llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos.

El quería ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura.

Entonces se adelantó y subió a un sicomoro para poder verlo, porque iba a pasar por allí.

Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: "Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa".

Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría.

Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: "Se ha ido a alojar en casa de un pecador".

Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: "Señor, voy a dar la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le daré cuatro veces más".

Y Jesús le dijo: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también este hombre es un hijo de Abraham,

porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido". 

PALABRA DEL SEÑOR.



Jesús entra a nuestras casas, a nuestras vidas y las transforma en luz. Saca a Zaqueo de una vida oscura y despreciable. Sus opciones de vida lo han llevado a una situación desesperante. Se sube a un árbol para ver pasar al Señor. Sin embargo es Jesús quien lo ve y toma la iniciativa de decirle "voy a comer a tu casa". La vida de Zaqueo ha sido transformada definitivamente. Dejemos que Jesús nos vea y entre a nuestra casa. La llene de luz y nos libere de todo lo que nos esclaviza y nos hace andar por la oscuridad. En el silencio y la quietud, invocamos el Nombre de Jesús.


Abrazo y bendición!

lunes, 14 de noviembre de 2022

León Gieco, Lila Downs - Soles Y Flores




Letra:
Las cosas que están muy mal, que hieren y lastiman
Se aprenden en un rato del día
Las cosas que están muy bien, que alegran y sanan
Les cuesta bajar del tren que pasa

Dos clases de personas hay, las que piden y las que dan
Las que hacen y las que nunca hacen nada

¿Cuánto dinero ganan los que viven de la muerte?
La tierra de paz es cara, como drogas, como armas
Voy a traer unos soles, aguaclara y también flores
Para quitarle a la vida sus dolores

Fantasmas de la niñez, los miedos regresan
La mano dura y cruel que pesa
Que Dios te bendiga si se mudan los vientos
Que se llevan los días violentos

Dos clases de tristezas hay, de canción y de llanto
Las clavadas al alma y las de lágrimas

¿Cuánto dinero ganan los que viven de la muerte?

La tierra de paz es cara, como drogas, como armas

Voy a traer unos soles, aguaclara y también flores

Para quitarle a la vida sus dolores

Soy dura como el roble, crecí de la nada
Madera y pájaros, guitarra
El lucero del cielo dio su brillo a mis pies
Lo oscuro se fue ayer, yo creo

Dos clases de caminos hay, confusos y sencillos
Los que llegan a destino y los perdidos

¿Cuánto dinero ganan los que viven de la muerte?

La tierra de paz es cara, como drogas, como armas

Voy a traer unos soles, aguaclara y también flores

Para quitarle a la vida sus dolores

EN MI DEBILIDAD

En mi miedo,

tu seguridad.

En mi duda,

tu aliento.

En mi egoísmo,

tu amor.

En mi rencor

tu misericordia.

En mi “yo”

tu “nosotros”.

En mi rendición

tu perseverancia.

En mi silencio,

tu voz.

En mi ansiedad,

tu pobreza.

En mi tempestad

tu calma.

En mi abandono

tu insistencia.

En mi dolor,

tu alivio.

En mi debilidad,

tu fuerza.


(José María R. Olaizola, sj)