Estaba Juan Bautista otra vez allí con dos de sus discípulos y, mirando a Jesús que pasaba, dijo: "Este es el Cordero de Dios".
Los dos discípulos, al oírlo hablar así, siguieron a Jesús.
El se dio vuelta y, viendo que lo seguían, les preguntó: "¿Qué quieren?". Ellos le respondieron: "Rabbí -que traducido significa Maestro- ¿dónde vives?".
"Vengan y lo verán", les dijo. Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Era alrededor de las cuatro de la tarde.
Uno de los dos que oyeron las palabras de Juan y siguieron a Jesús era Andrés, el hermano de Simón Pedro.
Al primero que encontró fue a su propio hermano Simón, y le dijo: "Hemos encontrado al Mesías", que traducido significa Cristo.
Entonces lo llevó a donde estaba Jesús. Jesús lo miró y le dijo: "Tú eres Simón, el hijo de Juan: tú te llamarás Cefas", que traducido significa Pedro.
PALABRA DEL SEÑOR.
Fueron a ver dónde vivía y se quedaron con Él. ¡Cuánta ventaja tenemos nosotr@s que tenemos claro que Jesús es el Mesías! No tenemos que andar indagando, basta estar bien despiert@s para reconocerlo en el cada día. Él se quedó a vivir con nosotr@s. Mira nuestros corazones y se manifiesta como el Emanuel, el Dios con nosotr@s. En cada ser humano que transformamos en herman@ nuestr@ es donde vive Jesús. Sigamos los pasos del Mesías para transparentar una nueva humanidad que rompe con el individualismo materialista que nos desangra. Crezcamos en la fe y el compromiso con el Evangelio! En el silencio y la quietud, invocamos el Nombre de Jesús.
Abrazo y bendición!
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