Si algunos tienen que morir, ¿por qué tienen? ¿Quién dice o en razón de qué tienen? ¿ese tener es indefectible o se podría hacer algo para que no tengan (y en cuyo caso, ¿qué significaría “tienen” con precisión?)?
Pero el verbo tener es polisémico, y me permite otros juegos: porque pareciera que los que morirían son los que “no tienen” (no tienen trabajo, no tienen pan, no tienen salud, no tienen una vivienda digna). Mientras que, por el contrario, los que “tienen” son mucho menos propensos a la muerte. Además, que algunos “tienen” que ir a trabajar (para llevar el pan a sus mesas), con el riesgo de contagio, mientras otros “no tienen” que hacerlo y manejan todo (o hacen que otros lo hagan) desde sus reposeras. En ese caso, los primeros tienen la posibilidad inminente del contagio, mientras los segundos no la tienen.
Y, puesto que algunos (como el ex presidente, por cierto) fueron responsables directos en conseguir que muchos “no tengan”, pero además él hizo que “no tengamos” ministerios de salud, o de ciencia y tecnología, que no tengamos hospitales, ni trabajo, ni pan ni alegría, la frase “que mueran los que tengan que morir” además de propia del cinismo, de la empatía cero, de la humanidad congelada, de la sensibilidad inexistente y la verdad negada que caracterizó y caracteriza a la Alianza Cambiemos (recuerdo cuando había Radicales “del Pueblo”; ¡hasta a Balbín le daría vergüenza!) la frase además de revulsiva me resulta indignante. Él ya decidió durante 4 años quiénes “tenían que morir”, y no me refiero solamente a los del ARA San Juan, a los muertos por las enfermedades de la pobreza que volvieron “gracias” a su gestión (indigesta), los que murieron de hambre o de tristeza, y millones más.
Pero ya nos acostumbró a decidir él lo que otros “tienen” que “tener”, desde su mirada de los que “tienen”, y su angurria de “toma todo” mientras “todos (menos los que tienen) ponen”. Por eso parece que los que “tienen” demasiado no “tienen” que hacer el aporte para los que “no tienen” … simplemente “se tienen que morir” para que lo que ha decidido la mano invisible del destino ocurra. No queda más remedio, parece (que no quedaron remedios lo supimos en su gestión, además de las miles y miles de vacunas que dejaron vencer y ambulancias arrumbar).
Y, me remito, para concluir, a otra desafortunada frase de otro ex presidente (por lo que sé, con letra que le dio un fallecido obispo amigo y cómplice): dijo Jesús “pobres habrá siempre”. La frase la usaba para destacar que había como un sino, un destino inamovible contra el cual no se podía luchar. el destino maneja todo. como estos que “tienen que morir”. No hay políticas, no hay militancia ni ideas, no hay gestión. Hay cosas que “tienen que” pasar, ¡qué se le va a hacer! Por lo tanto, que las cosas sucedan. El destino así lo quiso y frente al destino, nada se puede, ¿para qué salir, entonces, de mi reposera?
Eduardo de la Serna
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