Después Jesús partió de allí y fue a la región de Tiro. Entró en una casa y no quiso que nadie lo supiera, pero no pudo permanecer oculto.
En seguida una mujer cuya hija estaba poseída por un espíritu impuro, oyó hablar de él y fue a postrarse a sus pies.
Esta mujer, que era pagana y de origen sirofenicio, le pidió que expulsara de su hija al demonio.
El le respondió: "Deja que antes se sacien los hijos; no está bien tomar el pan de los hijos para tirárselo a los cachorros".
Pero ella le respondió: "Es verdad, Señor, pero los cachorros, debajo de la mesa, comen las migajas que dejan caer los hijos".
Entonces él le dijo: "A causa de lo que has dicho, puedes irte: el demonio ha salido de tu hija".
Ella regresó a su casa y encontró a la niña acostada en la cama y liberada del demonio.
PALABRA DEL SEÑOR.
Jesús sigue mostrando que su Dios va más allá de los límites de las leyes de su religión, basada en la pureza. Se acerca una mujer extranjera desesperada. Le pide la salud para su hija. Si bien Jesús le contesta desafiante, sin embargo actúa en consecuencia de lo que la mujer le pide. Rompe las reglas de no atender a l@s extranjer@s. Sana a la niña de la posesión demoníaca. Por eso Jesús dirá que pecador@s y prostitutas llegarán antes al Reino de los Cielos. Nunca la Iglesia-secta de l@s pur@s. Siempre la Iglesia samaritana y cordial, hospital de campaña, pobre para los pobres. La Iglesia de la comunión de hermanos y hermanas sin distinción. En el silencio y la quietud, invocamos el Nombre de Jesús.
Abrazo y bendición!
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