Ruega por nosotros
Patrón del trabajo
La otra devoción que invoca a san Cayetano como patrón del trabajo surge un poco después, en la gran crisis de la década de los años 30 del siglo XX comenzó a extenderse su culto. Propagaron el fervor ante el creciente desempleo las marchas del movimiento obrero en Liniers, también en Argentina, en las décadas de los años 50 y 60.
Cada año fue mayor la cantidad de fieles que se acercaban a la parroquia de aquel barrio con una fe tan grande en que el santo les conseguiría trabajo, que efectivamente lo conseguían, se lo agradecían y le rogaban que intercediese para que lo conservasen.
Movimiento obrero, empleo digno, trabajo son las coordenadas que hicieron posible el que la fila de peregrinos mida hasta dos kilómetros cada 7 de agosto a las puertas del santuario de Liniers, para cumplir el gesto tradicional de profunda devoción: depositar una espiga de trigo a los pies de la imagen y besarla con el corazón. Pan y trabajo, lo que dignifica al ser humano, recibidos por intercesión del santo teatino porque éstos están presentes en su vida y santidad.
Respecto a los atributos que pueden acompañar: báculo patriarcal de fundador y padre de la clericatura regular o un libro que representa sus cartas o un lirio de la pureza o los lirios del campo y las aves del cielo del pasaje evangélico que siempre lo inspiró (Mt 6) o espigas y panes o un cuerno de la abundancia (providencia) o con un collar condal al cuello.
Oración a san Cayetano en tiempos de pandemia
Son muchas la oraciones y novenas para pedir su intercesión, pero es muy conveniente conocer la oración que el mismo san Cayetano compuso y recitaba al momento de comulgar:
“Mirad, oh Señor y Padre Santo, desde vuestro Santuario y lugar excelso donde habitáis en el cielo y fijad vuestra mirada en esta Hostia Santa que os ofrece nuestro gran Pontífice, vuestro Hijo Santísimo y Señor nuestro Jesús, por los pecados de sus hermanos, y perdonadnos nuestras muchas culpas. He aquí la voz de la sangre de nuestro Hermano Jesús que clama a Vos desde la Cruz. Escuchad, ¡oh Señor!, aplacaos, atended y enviad vuestro socorro; no lo retardéis, Dios mío, por vuestra gran bondad ya que vuestro nombre ha sido invocado sobre nosotros, sobre esta ciudad y sobre todo este pueblo y obrad con nosotros según vuestra misericordia”.
Con base en esta tradición, todo cristiano puede estar seguro al venerar a san Cayetano de Thiene como Padre de Providencia y, al exaltarlo como patrono del pan y del trabajo en medio de la pandemia y de la crisis, todo cristiano puede encomendarse a su intercesión en estos tiempos de escasez, e incluso ausencia, de los elementos vitales para vivir. El santo nunca se ha dejado ganar en generosidad.
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