Jesús, llamando a la multitud, junto con sus discípulos, les dijo: "El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga.
Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí y por la Buena Noticia, la salvará.
¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde su vida?
¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida?
Porque si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con sus santos ángeles".
Y les decía: "Les aseguro que algunos de los que están aquí presentes no morirán antes de haber visto que el Reino de Dios ha llegado con poder".
PALABRA DEL SEÑOR.
¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde su vida?
¿Y qué podrá dar el hombre a cambio de su vida? grandes y profundas preguntas que se deben hacer aquell@s que viven una "orgía" materialista, a quienes nunca les es suficiente la acumulación de lo pasajero, lo efímero. Muchas veces las conversaciones, las discusiones giran alrededor de lo que tenemos, lo que no tenemos y quisiéramos tener y buscar quién tiene la culpa. Y de repente llega la "parca" (muerte) y se acabó el problema que era tan trascendente. Para seguir coherentemente lo que Jesús enseña en el Evangelio, nunca hemos de olvidar que estamos de paso, que la vida es un suspiro y hacerse herman@ de tod@s es fundamental. En el silencio y la quietud, invocamos el Nombre de Jesús.
Abrazo y bendición!
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