Novena en memoria agradecida del Padre Obispo Jorge Novak (1928-2001)
30 de junio: «He sufrido en mi propio cuerpo»
«Con esta original homilía, grabada desde mi lecho de enfermo en que me encuentro ... los saludo con todo mi afecto de padre y amigo. (...) La experiencia del amor misericordioso del Padre ... en un momento de gran angustia ... me dio seguridad ... haciéndome caricia ... y proveyéndome de todo lo que iba a necesitar para mi recuperación».
Padre Obispo Jorge Novak (Homilía desde el Hospital Francés, Carta circ. 79/85, 22.09.1985)
Dios de vida, te pedimos por quienes hoy sufren en su propio cuerpo, por las personas enfermas y sus seres queridos.
(Padre nuestro - Ave Ma
ría - Gloria)
Encontrá más en
ArchivoJorgeNovak.org.ar/textos-seleccionados/
www.obisquil.org.ar
martes, 30 de junio de 2020
Evangelio del martes 30 de junio: Mateo 8,23-27.
Jesús subió a la barca y sus discípulos lo siguieron.
De pronto se desató en el mar una tormenta tan grande, que las olas cubrían la barca. Mientras tanto, Jesús dormía.
Acercándose a él, sus discípulos lo despertaron, diciéndole: "¡Sálvanos, Señor, nos hundimos!".
El les respondió: "¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?". Y levantándose, increpó al viento y al mar, y sobrevino una gran calma.
Los hombres se decían entonces, llenos de admiración: "¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?".
PALABRA DEL SEÑOR.
En este tiempo que estamos viviendo habitad@s por el miedo pandémico que despierta otros miedos y angustias con los que cada cual convive habitualmente, Jesús nos sale al cruce y nos pregunta por qué tenemos miedo si está Él en nuestras vidas, en la historia, en el devenir del mundo. La confianza y nada más que la confianza ahuyenta el temor. No podemos paralizarnos, nos humaniza el salir al encuentro del prójim@ solidaria y amorosamente y decirle, no tengas miedo, contá conmigo, estoy al lado tuyo. En el silencio y la quietud, invocamos el Nombre de Jesús.
Abrazo y bendición!
De pronto se desató en el mar una tormenta tan grande, que las olas cubrían la barca. Mientras tanto, Jesús dormía.
Acercándose a él, sus discípulos lo despertaron, diciéndole: "¡Sálvanos, Señor, nos hundimos!".
El les respondió: "¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?". Y levantándose, increpó al viento y al mar, y sobrevino una gran calma.
Los hombres se decían entonces, llenos de admiración: "¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen?".
PALABRA DEL SEÑOR.
En este tiempo que estamos viviendo habitad@s por el miedo pandémico que despierta otros miedos y angustias con los que cada cual convive habitualmente, Jesús nos sale al cruce y nos pregunta por qué tenemos miedo si está Él en nuestras vidas, en la historia, en el devenir del mundo. La confianza y nada más que la confianza ahuyenta el temor. No podemos paralizarnos, nos humaniza el salir al encuentro del prójim@ solidaria y amorosamente y decirle, no tengas miedo, contá conmigo, estoy al lado tuyo. En el silencio y la quietud, invocamos el Nombre de Jesús.
Abrazo y bendición!
Tres nuevas invocaciones de la Virgen María
Tres nuevas invocaciones de la Virgen María
se agregan a las Letanías
MADRE de la MISERICORDIA, MADRE de la ESPERANZA, CONSUELO de los MIGRANTES
A toda la comunidad diocesana:
Desde el momento en que Jesús, agonizando en la cruz, nos entregó a su Madre como Madre nuestra, el pueblo cristiano no dudó en confiar a María la vida entera en oración.
Además del Rosario, una de las oraciones características son las Letanías Lauretanas. Son invocaciones seculares a la Virgen, con las que tradicionalmente concluye el rezo del Rosario. Así se llaman, porque fueron muy difundidas desde el Santuario de Loreto (Italia). Tienen una fuerte conexión con los momentos de la vida de la Iglesia y la humanidad. En particular, en épocas de incertidumbre y desconcierto, el pueblo de Dios recurre a la Virgen con profundo afecto y confianza.
Varios Papas han decidido incluir invocaciones en las Letanías, respondiendo a circunstancias históricas, que se presentaban como un desafío para el pueblo. El Papa Francisco ha decidido incorporar tres nuevas invocaciones: "Madre de la Misericordia", "Madre de la Esperanza" y "Consuelo (ayuda) de los Migrantes”.
La primera invocación se colocará después de “Madre de la Iglesia”, la segunda después de “Madre de la divina gracia”, la tercera después de “Refugio de los pecadores".
En este Año Mariano, agradecemos este regalo de Francisco. Nos abrazamos a nuestra Madre, confiando en que nos anima a ir “caminando juntos” y, en estos tiempos difíciles, desde Luján nos sigue diciendo: “¡Argentina, canta y camina!”
Saludos cordiales.
Desde el momento en que Jesús, agonizando en la cruz, nos entregó a su Madre como Madre nuestra, el pueblo cristiano no dudó en confiar a María la vida entera en oración.
Además del Rosario, una de las oraciones características son las Letanías Lauretanas. Son invocaciones seculares a la Virgen, con las que tradicionalmente concluye el rezo del Rosario. Así se llaman, porque fueron muy difundidas desde el Santuario de Loreto (Italia). Tienen una fuerte conexión con los momentos de la vida de la Iglesia y la humanidad. En particular, en épocas de incertidumbre y desconcierto, el pueblo de Dios recurre a la Virgen con profundo afecto y confianza.
Varios Papas han decidido incluir invocaciones en las Letanías, respondiendo a circunstancias históricas, que se presentaban como un desafío para el pueblo. El Papa Francisco ha decidido incorporar tres nuevas invocaciones: "Madre de la Misericordia", "Madre de la Esperanza" y "Consuelo (ayuda) de los Migrantes”.
La primera invocación se colocará después de “Madre de la Iglesia”, la segunda después de “Madre de la divina gracia”, la tercera después de “Refugio de los pecadores".
En este Año Mariano, agradecemos este regalo de Francisco. Nos abrazamos a nuestra Madre, confiando en que nos anima a ir “caminando juntos” y, en estos tiempos difíciles, desde Luján nos sigue diciendo: “¡Argentina, canta y camina!”
Saludos cordiales.
Pbro. Carlos Alberto Abad
Vicario General
Diócesis de Quilmes
lunes, 29 de junio de 2020
Novak, salud y esperanza
Novena en memoria agradecida del Padre Obispo Jorge Novak (1928-2001)
30 de junio - 8 de julio
El 9 de julio recordaremos a nuestro Padre Obispo Jorge Novak, a 19 años de su regreso a la casa del Padre.
Tenemos la tradición de orar durante nueve días previos para preparar el corazón: la novena de este año es una invitación a unirnos en el recuerdo y en la oración para pedir por la salud y por la esperanza. Comenzaremos mañana, con un envío diario de propuestas para reflexionar, rezar y compartir libremente.
Para cada día hemos seleccionado un texto corto del Padre Obispo Jorge Novak, pero incluimos el enlace a las páginas en las que se podrá leer el documento completo:
ArchivoJorgeNovak.org.ar/textos-seleccionados/
_(sitio oficial del Archivo Padre Obispo Jorge Novak)_
ObisQuil.org.ar
_(sitio oficial de la Diócesis de Quilmes)_
Cada día te proponemos también una breve intención, para rezar con un sencillo Padre nuestro, Ave María y Gloria.
El miércoles 8 de julio, a las 19 h., te invitamos a unirte a la celebración de la eucaristía en memoria y acción de gracias, transmitida en vivo a través de
facebook.com/DiocesisQuilmes
Aprender de los sencillos
Jesús no tuvo problemas con las gentes sencillas del pueblo. Sabía que le entendían. Lo que le preocupaba era si algún día llegarían a captar su mensaje los líderes religiosos, los especialistas de la ley, los grandes maestros de Israel. Cada día era más evidente: lo que al pueblo sencillo le llenaba de alegría, a ellos los dejaba indiferentes.
Aquellos campesinos que vivían defendiéndose del hambre y de los grandes terratenientes le entendían muy bien: Dios los quería ver felices, sin hambre ni opresores. Los enfermos se fiaban de él y, animados por su fe, volvían a creer en el Dios de la vida. Las mujeres que se atrevían a salir de su casa para escucharle intuían que Dios tenía que amar como decía Jesús: con entrañas de madre. La gente sencilla del pueblo sintonizaba con él. El Dios que les anunciaba era el que anhelaban y necesitaban.
La actitud de los «entendidos» era diferente. Caifás y los sacerdotes de Jerusalén lo veían como un peligro. Los maestros de la ley no entendían que se preocupara tanto del sufrimiento de la gente y se olvidara de las exigencias de la religión. Por eso, entre los seguidores más cercanos de Jesús no hubo sacerdotes, escribas o maestros de la ley.
Un día, Jesús descubrió a todos lo que sentía en su corazón. Lleno de alegría le rezó así a Dios: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a sabios y entendidos y las has revelado a la gente sencilla».
Siempre es igual. La mirada de la gente sencilla es, de ordinario, más limpia. No hay en su corazón tanto interés torcido. Van a lo esencial. Saben lo que es sufrir, sentirse mal y vivir sin seguridad. Son los primeros que entienden el evangelio.
Esta gente sencilla es lo mejor que tenemos en la Iglesia. De ellos tenemos que aprender obispos, teólogos, moralistas y entendidos en religión. A ellos les descubre Dios algo que a nosotros se nos escapa. Los eclesiásticos tenemos el riesgo de racionalizar, teorizar y «complicar» demasiado la fe. Solo dos preguntas: ¿por qué hay tanta distancia entre nuestra palabra y la vida de la gente? ¿Por qué nuestro mensaje resulta casi siempre más oscuro y complicado que el de Jesús?
José Antonio Pagola
Evangelio del Lunes 29 de Junio; Mateo 16,13-19
SAN PEDRO Y SAN PABLO
Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?".
Ellos le respondieron: "Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas".
"Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?".
Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".
Y Jesús le dijo: "Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo.
Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella.
Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo".
PALABRA DEL SEÑOR.
San Bernardo (1091-1153)
monje cisterciense y doctor de la Iglesia
Primer sermón para la fiesta de los santos Pedro y Pablo, 1,3,5
«Yo he pedido por ti, para que tu fe no se apague. Y tú, cuando te recobres, da firmeza a tus hermanos» (Lc 22,32)
Cristo Mediador «no cometió pecado ni encontraron daño en su boca» (1P 2,22). ¿Cómo me atreveré a acercarme a él, yo pecador, grandísimo pecador, cuyos pecados son más numerosos que la arena del mar? Él es el más puro de todo lo que existe, y yo el más impuro... Por eso Dios me ha dado estos apóstoles, que son hombres y pecadores, y pecadores muy grandes, que han aprendido de ellos mismos y de su propia experiencia hasta que punto deben ser compasivos para con los demás. Culpables de grandes faltas, concederán fácilmente un pronto perdón a las grandes faltas y usarán la misma medida que ha servido para ellos (cf Lc 6,38).
El apóstol Pedro cometió un gran pecado, incluso es posible que no haya otro mayor. Recibió pronto y con facilidad el perdón de su pecado, hasta el punto que no perdió nada del privilegio de su primado. Y Pablo que había desencadenado sin límites, todo su furor contra la Iglesia naciente, es llevado a la fe al ser llamado por el mismo Hijo de Dios. Para pagar tanto mal se le llenó de tan grandes bienes y llega a ser «el instrumento elegido para dar a conocer el nombre del Señor a pueblos y reyes, y a los hijos de Israel» (Hch 9,15)...
Pedro y Pablo son nuestros maestros: han aprendido completamente del único Maestro de todos los hombres los caminos de la vida, y todavía hoy nos siguen enseñando.
Abrazo y bendición!
Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: "¿Qué dice la gente sobre el Hijo del hombre? ¿Quién dicen que es?".
Ellos le respondieron: "Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías o alguno de los profetas".
"Y ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy?".
Tomando la palabra, Simón Pedro respondió: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".
Y Jesús le dijo: "Feliz de ti, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo ha revelado ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en el cielo.
Y yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder de la Muerte no prevalecerá contra ella.
Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo".
PALABRA DEL SEÑOR.
San Bernardo (1091-1153)
monje cisterciense y doctor de la Iglesia
Primer sermón para la fiesta de los santos Pedro y Pablo, 1,3,5
«Yo he pedido por ti, para que tu fe no se apague. Y tú, cuando te recobres, da firmeza a tus hermanos» (Lc 22,32)
Cristo Mediador «no cometió pecado ni encontraron daño en su boca» (1P 2,22). ¿Cómo me atreveré a acercarme a él, yo pecador, grandísimo pecador, cuyos pecados son más numerosos que la arena del mar? Él es el más puro de todo lo que existe, y yo el más impuro... Por eso Dios me ha dado estos apóstoles, que son hombres y pecadores, y pecadores muy grandes, que han aprendido de ellos mismos y de su propia experiencia hasta que punto deben ser compasivos para con los demás. Culpables de grandes faltas, concederán fácilmente un pronto perdón a las grandes faltas y usarán la misma medida que ha servido para ellos (cf Lc 6,38).
El apóstol Pedro cometió un gran pecado, incluso es posible que no haya otro mayor. Recibió pronto y con facilidad el perdón de su pecado, hasta el punto que no perdió nada del privilegio de su primado. Y Pablo que había desencadenado sin límites, todo su furor contra la Iglesia naciente, es llevado a la fe al ser llamado por el mismo Hijo de Dios. Para pagar tanto mal se le llenó de tan grandes bienes y llega a ser «el instrumento elegido para dar a conocer el nombre del Señor a pueblos y reyes, y a los hijos de Israel» (Hch 9,15)...
Pedro y Pablo son nuestros maestros: han aprendido completamente del único Maestro de todos los hombres los caminos de la vida, y todavía hoy nos siguen enseñando.
Abrazo y bendición!
sábado, 27 de junio de 2020
Evangelio del sábado 27 de junio: Mateo 8,5-17.
San Cirilo de Alejandría
"Señor, mi sirviente está en casa enfermo de parálisis y sufre terriblemente".
Jesús le dijo: "Yo mismo iré a curarlo".
Pero el centurión respondió: "Señor, no soy digno de que entres en mi casa; basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará.
Porque cuando yo, que no soy más que un oficial subalterno, digo a uno de los soldados que están a mis órdenes: 'Ve', él va, y a otro: 'Ven', él viene; y cuando digo a mi sirviente: 'Tienes que hacer esto', él lo hace".
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que lo seguían: "Les aseguro que no he encontrado a nadie en Israel que tenga tanta fe.
Por eso les digo que muchos vendrán de Oriente y de Occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob, en el Reino de los Cielos".
en cambio, los herederos del Reino serán arrojados afuera, a las tinieblas, donde habrá llantos y rechinar de dientes".
Y Jesús dijo al centurión: "Ve, y que suceda como has creído". Y el sirviente se curó en ese mismo momento.
Cuando Jesús llegó a la casa de Pedro, encontró a la suegra de este en cama con fiebre.
Le tocó la mano y se le pasó la fiebre. Ella se levantó y se puso a servirlo.
Al atardecer, le llevaron muchos endemoniados, y él, con su palabra, expulsó a los espíritus y curó a todos los que estaban enfermos,
para que se cumpliera lo que había sido anunciado por el profeta Isaías: El tomó nuestras debilidades y cargó sobre sí nuestras enfermedades.
PALABRA DEL SEÑOR.
San Cirilo de Alejandría, obispo y doctor de la Iglesia
San Cirilo, obispo y doctor de la Iglesia, que, elegido para ocupar la sede de Alejandría de Egipto, mostró singular solicitud por la integridad de la fe católica, y en el Concilio de Éfeso defendió el dogma de la unidad y unicidad de las personas en Cristo y de la divina maternidad de la Virgen María.
Su autoridad sirvió santamente los designios de Dios. San Cirilo es famoso por su defensa de la ortodoxia contra la herejía, particularmente contra el nestorianismo.
Arzobispo de Alejandría (Egipto). Defensor de la doctrina que proclama a María la Theotokos: Madre de Dios. Esta doctrina fue proclamada como dogma en el Concilio de Efeso (431) que San Cirilo presidió bajo la autoridad el Papa Celestino. Su gran oponente era Nestóreo, patriarca de Constantinopla.
Al ponerse en duda que María es madre de Dios se ponía en duda la identidad de Jesucristo quien es una persona divina. Por eso San Cirilo no solo aportó a la Mariología sino también a la Cristología.
El argumento de San Cirilo: María es la Theotokos, no porque ella existiese antes de Dios o hubiese creado a Dios. Dios es eterno y María Santísima es una criatura de Dios. Pero Dios quiso nacer de mujer. La persona que nace de María es divina por lo tanto ella es madre de Dios.
Su santa defensa de la verdad le ganó la cárcel y muchas luchas pero salió victorioso.
Abrazo y bendición!
viernes, 26 de junio de 2020
Día Internacional de la Lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas
En el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas -26 de junio- el Obispo de Quilmes Carlos José Tissera y el Obispo Auxiliar Marcelo (Maxi) Margni saludan a toda la gente que trabaja en el espacio de la Pastoral de Drogadependencia y a todas las personas incluidas en estos proyectos: “¡Dios los bendiga y la Virgen Santa los cuide!”.
Desde la Comisión Nacional de la Pastoral de Adicciones y drogadependencia afirman, que “durante este tiempo de aislamiento social obligatorio aumentó significativamente el consumo de sustancias… En este lapso de desconexión de los otros, como seres humanos afrontamos la dificultad de estar bien con nosotros mismos”.
Sin embargo, “los que le están poniendo el hombro al Covid-19 en los barrios más vulnerables son las mismas personas que acompañamos: ellos cuidan a los abuelos, llevan adelante las campañas de salud, cocinan las viandas y sirven comida caliente a sus hermanos… Son tiempos en los que el diálogo es imprescindible con todos los niveles de Gobierno —Municipios, Provincia y Nación— para tomar estos temas y seguir construyendo puentes efectivos con la Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia.”
En la Diócesis de Quilmes, Darío Ojeda, miembro de la Pastoral diocesana de Adicciones y Drogadependencia, invita a sumarse a colaborar, contactándose al teléfono celular 11-4028-7888, y agradece a todos los que trabajan en esta pastoral, entre los que se encuentran la “Fundación Sendero de Vida” de Ranelagh, “Yo pude” de Florencio Varela, “Fazenda San Lorenzo Mártir”, del barrio Santa Rosa de Florencio Varela, “La Casita” de Bosques, la ONG “Jesús me guía”, el “grupo Esperanza viva” del barrio Santa Rosa de Florencio Varela, el “grupo de autoayuda” de la Parroquia Nuestra Señora de Luján de Florencio Varela, el “grupo San José Obrero” de la Parroquia San Martín de Porres de Florencio Varela, la “Pastoral de la Escucha” de la Parroquia San Francisco Solano, de la misma ciudad, y el “Seminario Ceferino Namuncura”, que acompañan a los que sufren una adicción y a sus familias.
Para ver el video con testimonios preparado por esta pastoral para recordar esta fecha se puede acceder a www.facebook.com/ diocesisquilmes/videos/ 2883987205034001/
Se agradece la difusión de esta información.
Desde la Comisión Nacional de la Pastoral de Adicciones y drogadependencia afirman, que “durante este tiempo de aislamiento social obligatorio aumentó significativamente el consumo de sustancias… En este lapso de desconexión de los otros, como seres humanos afrontamos la dificultad de estar bien con nosotros mismos”.
Sin embargo, “los que le están poniendo el hombro al Covid-19 en los barrios más vulnerables son las mismas personas que acompañamos: ellos cuidan a los abuelos, llevan adelante las campañas de salud, cocinan las viandas y sirven comida caliente a sus hermanos… Son tiempos en los que el diálogo es imprescindible con todos los niveles de Gobierno —Municipios, Provincia y Nación— para tomar estos temas y seguir construyendo puentes efectivos con la Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogadependencia.”
En la Diócesis de Quilmes, Darío Ojeda, miembro de la Pastoral diocesana de Adicciones y Drogadependencia, invita a sumarse a colaborar, contactándose al teléfono celular 11-4028-7888, y agradece a todos los que trabajan en esta pastoral, entre los que se encuentran la “Fundación Sendero de Vida” de Ranelagh, “Yo pude” de Florencio Varela, “Fazenda San Lorenzo Mártir”, del barrio Santa Rosa de Florencio Varela, “La Casita” de Bosques, la ONG “Jesús me guía”, el “grupo Esperanza viva” del barrio Santa Rosa de Florencio Varela, el “grupo de autoayuda” de la Parroquia Nuestra Señora de Luján de Florencio Varela, el “grupo San José Obrero” de la Parroquia San Martín de Porres de Florencio Varela, la “Pastoral de la Escucha” de la Parroquia San Francisco Solano, de la misma ciudad, y el “Seminario Ceferino Namuncura”, que acompañan a los que sufren una adicción y a sus familias.
Para ver el video con testimonios preparado por esta pastoral para recordar esta fecha se puede acceder a www.facebook.com/
Se agradece la difusión de esta información.
Pandemia
Homenaje a los que se quedaron en el camino por salvar a los demás..
El cuadro está dedicado a todos los profesionales sanitarios que se quedaron en el camino.
Agradecidos
Eternamente.
El cuadro está dedicado a todos los profesionales sanitarios que se quedaron en el camino.
Agradecidos
Eternamente.
Evangelio del viernes 26 de junio: Mateo 8,1-4.
Cuando Jesús bajó de la montaña, lo siguió una gran multitud.
Entonces un leproso fue a postrarse ante él y le dijo: "Señor, si quieres, puedes purificarme".
Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: "Lo quiero, queda purificado". Y al instante quedó purificado de su lepra.
Jesús le dijo: "No se lo digas a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que ordenó Moisés para que les sirva de testimonio".
PALABRA DEL SEÑOR.
La gran multitud de la humanidad que sufrimos esta pandemia nos postramos ante Jesús y le pedimos que nos purifique de esta peste y cumplir con nuestros deberes de la justicia y el amor.
Benedicto XVI
papa 2005-2013
Encíclica «Spe salvi», 36
«¡Quiero, queda limpio!»
De la misma manera que el obrar, también el sufrimiento [bajo todas sus formas] forma parte de la existencia humana. Éste deriva, por una parte, de nuestra finitud y, por otra, de la gran cantidad de culpas acumuladas al largo de la historia, y que sigue creciendo sin cesar hasta el momento presente.
Ciertamente que conviene hacer todo lo posible para atenuar el sufrimiento; impedir, en la medida de lo posible, el sufrimiento de los inocentes; calmar los dolores, ayudar a superar los sufrimientos psíquicos. Todo esto son deberes tanto de la justicia como del amor y forman parte de las exigencias fundamentales de la existencia cristiana y de toda vida verdaderamente humana. En la lucha contra el dolor físico se ha llegado a grandes progresos, pero en el curso de los últimos decenios ha aumentado el sufrimiento de los inocentes y también los sufrimientos psíquicos." En el silencio y la quietud, invocamos el Nombre de Jesús.
Abrazo y bendición!
Entonces un leproso fue a postrarse ante él y le dijo: "Señor, si quieres, puedes purificarme".
Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: "Lo quiero, queda purificado". Y al instante quedó purificado de su lepra.
Jesús le dijo: "No se lo digas a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que ordenó Moisés para que les sirva de testimonio".
PALABRA DEL SEÑOR.
La gran multitud de la humanidad que sufrimos esta pandemia nos postramos ante Jesús y le pedimos que nos purifique de esta peste y cumplir con nuestros deberes de la justicia y el amor.
Benedicto XVI
papa 2005-2013
Encíclica «Spe salvi», 36
«¡Quiero, queda limpio!»
De la misma manera que el obrar, también el sufrimiento [bajo todas sus formas] forma parte de la existencia humana. Éste deriva, por una parte, de nuestra finitud y, por otra, de la gran cantidad de culpas acumuladas al largo de la historia, y que sigue creciendo sin cesar hasta el momento presente.
Ciertamente que conviene hacer todo lo posible para atenuar el sufrimiento; impedir, en la medida de lo posible, el sufrimiento de los inocentes; calmar los dolores, ayudar a superar los sufrimientos psíquicos. Todo esto son deberes tanto de la justicia como del amor y forman parte de las exigencias fundamentales de la existencia cristiana y de toda vida verdaderamente humana. En la lucha contra el dolor físico se ha llegado a grandes progresos, pero en el curso de los últimos decenios ha aumentado el sufrimiento de los inocentes y también los sufrimientos psíquicos." En el silencio y la quietud, invocamos el Nombre de Jesús.
Abrazo y bendición!
El fin del trabajo
Apenas pasados los cincuenta años, lo echan de su trabajo por considerarlo una persona mayor. Está dispuesto a hacer cualquier cosa. Pero, ¿qué estuvo haciendo hasta ahora?
Recursos inhumanos Francia, 2020 Director: Ziad Doueiri Disponible en Netflix
Por Ezequiel Herrero // boletin@donbosco.org.ar
Recursos inhumanos es una serie francesa cuyo protagonista principal es Eric Cantona. Y la elección de este ex futbolista —que se retiró cuando tan sólo tenía 31 años— devenido en actor, no parece casual.
La historia, a lo largo de sus ocho capítulos, se centra en la vida Alain Delambre, un padre de familia que fue despedido de su empleo a causa de su edad “avanzada”: había pasado los 50 años. Delambre, quien por seis años sólo consigue empleos mal pagos donde es constantemente maltratado, está dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de volver a conseguir un trabajo que le permita recuperar su calidad de vida.
Los hechos y circunstancias pueden llevar al espectador a preguntarse y reflexionar si este fin justifica la utilización de cualquier recurso. Y la primer y sencilla reflexión vendrá asociada a las acciones que desarrolla el personaje: traicionar, robar, ser violento. ¿Todo vale para recuperar un empleo? ¿Todo será perdonado después? ¿Por qué?
Por otra parte, ¿quién puede comprender realmente la angustia, la depresión y el enojo de alguien, que aunque haya hecho todo bien, se queda sin trabajo? ¿Cómo es vivir en esa incertidumbre constante? ¿Alguien que trabajó toda su vida puede mirar de frente a su familia y encontrarle una explicación a lo que le pasa?
La serie ofrece también la posibilidad de reflexionar sobre el fin. Por un lado, el que persigue Delambre. Por el otro, el que busca la empresa que estaría interesado en contratarlo. Incluso puede ayudar a reflexionar sobre la finalidad de cualquier trabajo. Sin embargo, más interesante es preguntarse por el “fin”, así de sencillo y simple: ¿no habrá sido el “fin” de la vida de Delambre cuando lo despidieron por considerarlo una persona “mayor”?
Además de buena y entretenida, Recursos inhumanos nos plantea algunas preguntas que respondemos todos los días, pero que no necesariamente pensamos: ¿Por qué hacemos lo que hacemos? ¿Para qué? ¿Qué lugar le damos a los demás?
Las respuestas van a depender de cada lector, pero estas líneas que salieron publicadas hace unos años en el Boletín Salesiano pueden ayudar a pensar:
“Vivimos de prisa. Caminamos con apuro. Nuestro andar es el de personas productivas. Las veinticuatro horas del día parecen insuficientes. (…) ‘Las cosas son importantes, pero la gente lo es más’. En teoría, decimos que es así. En la práctica, pasamos ante los otros y sobre todo si son adultos mayores, a alta velocidad, solo ponemos atención en lo que nosotros ‘queremos-necesitamos-buscamos’. Se impone la necesidad de barajar y dar de nuevo. Revisar las prioridades. Poner primero lo primero” (Noviembre 2017).
Después de todo el tiempo de aislamiento, puede ser un buen punto de partida.
jueves, 25 de junio de 2020
Evangelio del jueves 25 de junio: Mateo 7,21-29.
Jesús dijo a sus discípulos:
"No son los que me dicen: 'Señor, Señor', los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Muchos me dirán en aquel día: 'Señor, Señor, ¿acaso no profetizamos en tu Nombre? ¿No expulsamos a los demonios e hicimos muchos milagros en tu Nombre?'.
Entonces yo les manifestaré: 'Jamás los conocí; apártense de mí, ustedes, los que hacen el mal'.
Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca.
Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca.
Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena.
Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: esta se derrumbó, y su ruina fue grande".
Cuando Jesús terminó de decir estas palabras, la multitud estaba asombrada de su enseñanza,
porque él les enseñaba como quien tiene autoridad y no como sus escribas.
PALABRA DEL SEÑOR.
Jesús nos garantiza roca para construir nuestra vida bien cimentada. Nosotr@s, sólo podemos juntar arena. Poniendo nuestras vidas en las manos de quien nos la regala y sostiene cada día sin duda que tendremos nuestra casa sobre roca y no habrá viento ni tormenta que nos tumbe para siempre. Confiemosle la vida a Jesús Salvador y pongamos la sal del Evangelio en una humanidad que clama por ser feliz. En el silencio y la quietud, invocamos el Nombre de Jesús.
Abrazo y bendición!
"No son los que me dicen: 'Señor, Señor', los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Muchos me dirán en aquel día: 'Señor, Señor, ¿acaso no profetizamos en tu Nombre? ¿No expulsamos a los demonios e hicimos muchos milagros en tu Nombre?'.
Entonces yo les manifestaré: 'Jamás los conocí; apártense de mí, ustedes, los que hacen el mal'.
Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca.
Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca.
Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena.
Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: esta se derrumbó, y su ruina fue grande".
Cuando Jesús terminó de decir estas palabras, la multitud estaba asombrada de su enseñanza,
porque él les enseñaba como quien tiene autoridad y no como sus escribas.
PALABRA DEL SEÑOR.
Jesús nos garantiza roca para construir nuestra vida bien cimentada. Nosotr@s, sólo podemos juntar arena. Poniendo nuestras vidas en las manos de quien nos la regala y sostiene cada día sin duda que tendremos nuestra casa sobre roca y no habrá viento ni tormenta que nos tumbe para siempre. Confiemosle la vida a Jesús Salvador y pongamos la sal del Evangelio en una humanidad que clama por ser feliz. En el silencio y la quietud, invocamos el Nombre de Jesús.
Abrazo y bendición!
Intervención Eduardo Rodríguez “Chingolo”
Los Padre Obispos de Quilmes Carlos Tissera y Marcelo (Maxi) Margni invitan a rezar por el Presbítero Eduardo Rodríguez, conocido como “Chingolo”, que el jueves 25 de junio será intervenido de la cadera en la Clínica San Camilo de la Ciudad de Buenos Aires.
El Padre Chingolo reside en el Hogar Sacerdotal de la Ciudad de Buenos Aires, y la operación a la que se someterá está programada para las 8 de la mañana.
Se agradece la difusión de esta información.
El Padre Chingolo reside en el Hogar Sacerdotal de la Ciudad de Buenos Aires, y la operación a la que se someterá está programada para las 8 de la mañana.
Se agradece la difusión de esta información.
miércoles, 24 de junio de 2020
Evangelio del miércoles 24 de junio: Lucas 1,57-66.80.
Nacimiento de San Juan Bautista
Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo.
Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella.
A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre dijo: "No, debe llamarse Juan".
Ellos le decían: "No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre".
Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran.
Este pidió una pizarra y escribió: "Su nombre es Juan". Todos quedaron admirados.
Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios.
Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea.
Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: "¿Qué llegará a ser este niño?". Porque la mano del Señor estaba con él.
El niño iba creciendo y se fortalecía en su espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que se manifestó a Israel.
PALABRA DEL SEÑOR.
San Beda el Venerable (c. 673-735)
monje benedictino, doctor de la Iglesia
Homilía II, 20; CCL 122, 328-330
«Juan no era la luz, pero estaba allí para rendirle testimonio» (Jn 1,8)
El hecho de que el nacimiento de Juan se conmemore cuando los días comienzan a disminuir, y el del Señor cuando comienzan a aumentar, forma parte de un símbolo. En efecto, el mismo Juan ha revelado el secreto de esta diferencia. La multitud pensaba que era el Mesías a causa de sus eminentes virtudes, mientras que algunos no consideraban que el Señor fuera el Mesías, sino un profeta a causa de la debilidad de su condición corporal. Y Juan dijo: «Es preciso que él crezca y yo disminuya» (Jn 3,30). El Señor creció verdaderamente porque, cuando pensaban que era un profeta, dio a conocer a los creyentes del mundo entero que él era el Mesías. Juan decreció y disminuyó porque él, a quien tomaban por el Mesías apareció no como el Mesías sino como el anunciador del Mesías.
Es, pues, normal que la claridad del día comience a disminuir a partir del nacimiento de Juan puesto que la reputación de su divinidad iba a desvanecerse y pronto iba a desaparecer su bautismo.De la misma manera es normal que la claridad de los días más cortos vuelva de nuevo a crecer a partir del nacimiento del Señor: en verdad él vino sobre la tierra para revelar a todos los paganos la luz de su conocimiento, de la cual, los judíos anteriormente, sólo poseían una parte, y para extender por todas las partes del mundo el fuego de su amor.
Abrazo y bendición!
Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo.
Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella.
A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre dijo: "No, debe llamarse Juan".
Ellos le decían: "No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre".
Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran.
Este pidió una pizarra y escribió: "Su nombre es Juan". Todos quedaron admirados.
Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios.
Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea.
Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: "¿Qué llegará a ser este niño?". Porque la mano del Señor estaba con él.
El niño iba creciendo y se fortalecía en su espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que se manifestó a Israel.
PALABRA DEL SEÑOR.
San Beda el Venerable (c. 673-735)
monje benedictino, doctor de la Iglesia
Homilía II, 20; CCL 122, 328-330
«Juan no era la luz, pero estaba allí para rendirle testimonio» (Jn 1,8)
El hecho de que el nacimiento de Juan se conmemore cuando los días comienzan a disminuir, y el del Señor cuando comienzan a aumentar, forma parte de un símbolo. En efecto, el mismo Juan ha revelado el secreto de esta diferencia. La multitud pensaba que era el Mesías a causa de sus eminentes virtudes, mientras que algunos no consideraban que el Señor fuera el Mesías, sino un profeta a causa de la debilidad de su condición corporal. Y Juan dijo: «Es preciso que él crezca y yo disminuya» (Jn 3,30). El Señor creció verdaderamente porque, cuando pensaban que era un profeta, dio a conocer a los creyentes del mundo entero que él era el Mesías. Juan decreció y disminuyó porque él, a quien tomaban por el Mesías apareció no como el Mesías sino como el anunciador del Mesías.
Es, pues, normal que la claridad del día comience a disminuir a partir del nacimiento de Juan puesto que la reputación de su divinidad iba a desvanecerse y pronto iba a desaparecer su bautismo.De la misma manera es normal que la claridad de los días más cortos vuelva de nuevo a crecer a partir del nacimiento del Señor: en verdad él vino sobre la tierra para revelar a todos los paganos la luz de su conocimiento, de la cual, los judíos anteriormente, sólo poseían una parte, y para extender por todas las partes del mundo el fuego de su amor.
Abrazo y bendición!
martes, 23 de junio de 2020
Venerable Fray Mamerto de la Ascensión Esquiú y Medina
«Un salterio celeste de vírgenes y santos,
un cáliz de virtudes y una copa de cantos,
tal era Fray Mamerto Esquiú».
Rubén Darío
un cáliz de virtudes y una copa de cantos,
tal era Fray Mamerto Esquiú».
Rubén Darío
La Iglesia que peregrina en la Argentina recibe con inmensa alegría la noticia: el Papa Francisco decretó la beatificación de Fray Mamerto de la Ascensión Esquiú y Medina.
Precisamente el día en que la liturgia católica celebra la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús –fuente inacabable de donde dimana toda gracia y santidad–, nos llega el consuelo de saber que un hijo de esta tierra será elevado a los altares, confirmando así la aspiración de un pueblo creyente, el que guiado por su sentido de la fe, nunca dudó de las virtudes espirituales, apostólicas y misioneras que coronaron la vida y obra del humilde, sabio y austero franciscano.
El pueblo de Catamarca lo vio nacer en una familia criolla, donde recibió la fe de sus mayores, y celebró su vocación al consagrarse de por vida a Dios en la Orden de los franciscanos menores. La comunidad franciscana de Tarija (Bolivia) fue testigo durante más de trece años de su vida ascética y virtuosa: docente, catequista, apasionado por la misión. Lo recordarán también por sus gestos nobles y fraternos en la convivencia cotidiana.
Luego, la feligresía de la diócesis de Córdoba lo recibió como su pastor, y por su entrega generosa en los intensos dos años de su ministerio episcopal, lo guarda en su memoria como a uno de sus obispos sabios y misioneros, muy cercano al pueblo más probado.
La Patria además lo reconoce como a uno de sus ciudadanos más eminentes, por su protagonismo desinteresado en horas oscuras de nuestra historia nacional, cuando enconadas fracciones políticas y partidarias solo resolvían sus diferencias por la vía de las armas, con sus secuelas de muerte, dolor y odios.
Fue entonces que surgió la voz autorizada de Fray Mamerto, el hombre prudente, quien convencido de los valores supremos de la paz que alimentaba la espiritualidad del carisma de su Orden, deseaba ardientemente infundir en el corazón de sus compatriotas sentimientos de unidad y justicia.
Aun cuando bregaba para que la cultura, la fe y la historia del pueblo postergado en la Argentina Federal estuviesen más reflejadas en la Carta Magna, –sobrevolando a sus convicciones personales, pero sin renunciar a ellas–, su actuación pública mantuvo una mirada amplia ante la crítica y compleja encrucijada que vivía el país: «Se trata, Señores, de edificar la República Argentina, y la Religión os envía el don de sus verdades»1. De ese modo, con lúcida elocuencia convocó a la unidad nacional exhortando a la obediencia y respeto de la ley, y a un incondicional sometimiento a la Constitución de la Confederación Argentina de 1853, sancionada por el Congreso General Constituyente reunido en Santa Fe.
«Nos alegramos de Vuestra Gloria»2, fue la frase que vibró en los oyentes de sus memorables sermones patrios, los que fueron divulgados en todo el país y constituyeron un faro de referencia por su contenido pacificador, promoviendo el encuentro fraterno para deponer actitudes contrarias y acercar las partes a un ideal común: la prosperidad del pueblo de la nación, largamente esperada. Al mismo tiempo, deseoso de lograr el bien deseado y la paz social, compelido a actuar públicamente como exigencia del Evangelio de Jesús, con carácter profético afirmó: «¡Basta de palabras que no han salvado a la Patria! Aplaudo, felicito, me postro ante los héroes de la Independencia; cantaré vuestras glorias, tributo mi adoración a la nobleza de los Argentinos; pero también señalaré sus llagas, apartando sus ricos envoltorios que encubren vuestra degradación»3.
Los obispos argentinos sentimos una gran alegría porque nuestro hermano es agregado por la Iglesia a los bienaventurados del Cielo. Con la vida y obra de Fray Mamerto, Dios nos habla: ya sea para iluminar el camino de laicos, consagrados, sacerdotes y ciudadanos de buena voluntad, así como también a quienes compartimos el ministerio episcopal. A todos nos recuerda nuestra bella vocación bautismal y la invitación del Señor a seguirlo por el camino de las Bienaventuranzas (Mt 5), a ser solidarios y generosos para construir una sociedad más justa y fraterna. Por este ideal evangélico palpitó el corazón incorrupto de Fray Mamerto Esquiú.
Precisamente el día en que la liturgia católica celebra la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús –fuente inacabable de donde dimana toda gracia y santidad–, nos llega el consuelo de saber que un hijo de esta tierra será elevado a los altares, confirmando así la aspiración de un pueblo creyente, el que guiado por su sentido de la fe, nunca dudó de las virtudes espirituales, apostólicas y misioneras que coronaron la vida y obra del humilde, sabio y austero franciscano.
El pueblo de Catamarca lo vio nacer en una familia criolla, donde recibió la fe de sus mayores, y celebró su vocación al consagrarse de por vida a Dios en la Orden de los franciscanos menores. La comunidad franciscana de Tarija (Bolivia) fue testigo durante más de trece años de su vida ascética y virtuosa: docente, catequista, apasionado por la misión. Lo recordarán también por sus gestos nobles y fraternos en la convivencia cotidiana.
Luego, la feligresía de la diócesis de Córdoba lo recibió como su pastor, y por su entrega generosa en los intensos dos años de su ministerio episcopal, lo guarda en su memoria como a uno de sus obispos sabios y misioneros, muy cercano al pueblo más probado.
La Patria además lo reconoce como a uno de sus ciudadanos más eminentes, por su protagonismo desinteresado en horas oscuras de nuestra historia nacional, cuando enconadas fracciones políticas y partidarias solo resolvían sus diferencias por la vía de las armas, con sus secuelas de muerte, dolor y odios.
Fue entonces que surgió la voz autorizada de Fray Mamerto, el hombre prudente, quien convencido de los valores supremos de la paz que alimentaba la espiritualidad del carisma de su Orden, deseaba ardientemente infundir en el corazón de sus compatriotas sentimientos de unidad y justicia.
Aun cuando bregaba para que la cultura, la fe y la historia del pueblo postergado en la Argentina Federal estuviesen más reflejadas en la Carta Magna, –sobrevolando a sus convicciones personales, pero sin renunciar a ellas–, su actuación pública mantuvo una mirada amplia ante la crítica y compleja encrucijada que vivía el país: «Se trata, Señores, de edificar la República Argentina, y la Religión os envía el don de sus verdades»1. De ese modo, con lúcida elocuencia convocó a la unidad nacional exhortando a la obediencia y respeto de la ley, y a un incondicional sometimiento a la Constitución de la Confederación Argentina de 1853, sancionada por el Congreso General Constituyente reunido en Santa Fe.
«Nos alegramos de Vuestra Gloria»2, fue la frase que vibró en los oyentes de sus memorables sermones patrios, los que fueron divulgados en todo el país y constituyeron un faro de referencia por su contenido pacificador, promoviendo el encuentro fraterno para deponer actitudes contrarias y acercar las partes a un ideal común: la prosperidad del pueblo de la nación, largamente esperada. Al mismo tiempo, deseoso de lograr el bien deseado y la paz social, compelido a actuar públicamente como exigencia del Evangelio de Jesús, con carácter profético afirmó: «¡Basta de palabras que no han salvado a la Patria! Aplaudo, felicito, me postro ante los héroes de la Independencia; cantaré vuestras glorias, tributo mi adoración a la nobleza de los Argentinos; pero también señalaré sus llagas, apartando sus ricos envoltorios que encubren vuestra degradación»3.
Los obispos argentinos sentimos una gran alegría porque nuestro hermano es agregado por la Iglesia a los bienaventurados del Cielo. Con la vida y obra de Fray Mamerto, Dios nos habla: ya sea para iluminar el camino de laicos, consagrados, sacerdotes y ciudadanos de buena voluntad, así como también a quienes compartimos el ministerio episcopal. A todos nos recuerda nuestra bella vocación bautismal y la invitación del Señor a seguirlo por el camino de las Bienaventuranzas (Mt 5), a ser solidarios y generosos para construir una sociedad más justa y fraterna. Por este ideal evangélico palpitó el corazón incorrupto de Fray Mamerto Esquiú.
Buenos Aires, 22 de junio de 2020
Comisión Ejecutiva
Conferencia Episcopal Argentina
Comisión Ejecutiva
Conferencia Episcopal Argentina
______________________________ ______________________________ __________
1. Sermón en la Iglesia matriz de Catamarca, el 9 de julio de 1853, con motivo de la jura de la reciente Constitución. Nacional.
2. Esta frase fue dicha en latín: «Laetamur de Gloria Vestra».
3. Ibídem, nota 1.
1. Sermón en la Iglesia matriz de Catamarca, el 9 de julio de 1853, con motivo de la jura de la reciente Constitución. Nacional.
2. Esta frase fue dicha en latín: «Laetamur de Gloria Vestra».
3. Ibídem, nota 1.
lunes, 22 de junio de 2020
Transición ecológica hacia una sociedad biocentrada
Para comprender el significado del coronavirus, tenemos que encuadrarlo en su debido contexto, no verlo aisladamente bajo la perspectiva de la ciencia y de la técnica siempre necesarias. El coronavirus viene da la naturaleza, contra la cual los seres humanos, particularmente a través del capitalismo global desde hace siglos, lleva a cabo una guerra sistemática contra esta naturaleza y contra la Tierra.
El capitalismo neoliberal gravemente herido
Concentrémonos en la causa principal que es el orden capitalista. Conocemos la lógica del capitalismo. Él se caracteriza por explotar hasta el límite la fuerza de trabajo, por el pillaje de los bienes y servicios de la naturaleza, en fin, por la mercantilización de todas las cosas. De una economía de mercado hemos pasado a una sociedad de mercado. En ella las cosas inalienables se transforman en mercancía: Karl Marx en su Miseria de la Filosofía de 1847, lo ha descrito bien: «Cosas intercambiadas, dadas pero jamás vendidas… todo se ha vuelto venal como la virtud, el amor, la opinión, la ciencia y la conciencia… todo se ha vuelto vendible y llevado al mercado». Él llamó a esto el “tiempo de la corrupción general y de la venalidad universal” (ed. Vozes 2019, p. 54-55). Es lo que se implantó desde el fin de la segunda guerra mundial.
Nosotros seres humanos, bajo el modo de producción capitalista hemos roto todos los lazos con la naturaleza, convirtiéndola en un baúl de recursos, considerados ilusamente ilimitados, en función de un crecimiento considerado también ilusamente ilimitado. Resulta que un viejo y limitado planeta no puede soportar un crecimiento ilimitado.
La Tierra viva, Gaia, un superorganismo que articula todos los factores para continuar viva y producir y reproducir siempre todo tipo de vida, ha empezado a reaccionar y a contraatacar mediante el calentamiento global, los eventos extremos en la naturaleza, y el envío de sus armas letales, que son los virus y las bacterias (gripe porcina, aviar, H1N1, zika, chikungunya, SARS, ébola y otros), y ahora el de la COVID-19, invisible, global y letal.
Este virus ha puesto a todos de rodillas, especialmente a las potencias militaristas cuyas armas de destrucción masiva (que podrían destruir toda la vida varias veces) resultan totalmente superfluas y ridículas.
A propósito de la COVID-19 ha quedado claro que cayó como un meteoro rasante sobre el capitalismo neoliberal desmantelando su ideario: el beneficio, la acumulación privada, la competencia, el individualismo, el consumismo, el estado mínimo y la privatización de la cosa pública y los bienes comunes. Ha sido gravemente herido. Ha producido demasiada iniquidad humana, social y ecológica, hasta el punto de poner en peligro el futuro del sistema-vida y del sistema-Tierra.
Mientras, planteó inequívocamente la disyuntiva: ¿vale más el lucro o la vida? ¿Debemos salvar la economía o salvar vidas humanas?
Según el ideario del capitalismo, la elección sería salvar la economía en primer lugar y luego las vidas humanas. Pero hasta hoy nadie ha encontrado la fórmula mágica para articular las dos cosas: producir riqueza y evitar la contaminación de los trabajadores. Si hubiéramos seguido la lógica del capital, todos estaríamos en peligro.
Lo que nos está salvando es lo que le falta a él: la solidaridad, la cooperación, la interdependencia entre todos, la generosidad y el cuidado mutuo de la vida de unos y otros y de todo lo que vive y existe.
Alternativas posibles para el poscoronavirus
El gran desafío que se nos plantea a cada uno de nosotros, la gran pregunta, especialmente a los dueños de las grandes corporaciones multinacionales es: ¿Cómo continuar? ¿Volver a lo que era antes? ¿Recuperar el tiempo y los beneficios perdidos?
Muchos dicen: volver simplemente a lo que era antes sería un suicidio, porque la Tierra podría volver a contraatacar con virus más violentos y mortales. Los científicos ya han advertido que dentro de poco podemos sufrir un ataque aún más feroz si no aprendemos la lección de cuidar la naturaleza y desarrollamos una relación más amistosa con la Madre Tierra.
Enumero aquí algunas alternativas, pues los señores del capital y las finanzas están en una furiosa pugna entre ellos para salvaguardar sus intereses y sus fortunas.
La primera alternativa sería volver al sistema capitalista neoliberal pero ahora de forma extremadamente radical. El 0,1% de la humanidad, los multimillonarios, serían quienes utilizarían la inteligencia artificial con capacidad para controlar a cada persona del planeta, desde su vida íntima a la privada y la pública. Sería un despotismo de otro orden, cibernético, bajo la égida del control/dominación total de la vida de las poblaciones.
Esta alternativa no ha aprendido nada de la COVID-19, ni ha incorporado el factor ecológico. Bajo la presión general puede asumir una responsabilidad socioecológica para no perder beneficios ni seguidores.
Pero siempre que hay un poder dominador surge un antipoder incluso con rebeliones causadas por el hambre y la desesperación.
La segunda alternativa sería el capitalismo verde, que ha sacado lecciones del coronavirus y ha incorporado el hecho ecológico: reforestar lo devastado, conservar la naturaleza existente al máximo. Pero no cambiaría el modo de producción ni la búsqueda de beneficio.
Lo verde no discute la desigualdad social perversa y haría de todos los bienes naturales una ocasión de ganancia. Ejemplo: no sólo ganar con la miel de abejas, sino también con su capacidad de polinizar otras plantas. La relación con la naturaleza y la Tierra es utilitaria y no se le reconocen derechos, como declara la ONU, ni su valor intrínseco, independiente del ser humano. Sigue todavía antropocéntrico.
La tercera sería el comunismo de tercera generación, que no tendría nada que ver con las anteriores, poniendo los bienes y servicios del planeta bajo una administración colectiva y central. Podría ser posible, pero supone una nueva conciencia, además de no dar centralidad a la vida en todas sus formas. Seguiría siendo antropocéntrico. Está en parte representado por los filósofos Zizek y Badiou. Debido a los perjuicios existentes y al recuerdo de lo que fue el comunismo de Estado del imperio soviético, controlador y represor, tiene pocos seguidores.
La cuarta sería el eco-socialismo, con mayores posibilidades. Supone un contrato social global con un centro plural de gobierno para resolver los problemas globales de la humanidad. Los bienes y servicios naturales limitados y muchos no renovables se distribuirían equitativamente entre todos, con un consumo decente y sobrio que incluiría también a toda la comunidad de la vida, que también necesita medios de vida y de reproducción.
Esta alternativa estaría dentro de las posibilidades humanas, a condición de desarrollar una sólida conciencia ecológica, volverse un dato de toda la sociedad con responsabilidad por la Tierra y la naturaleza. A mi juicio es todavía sociocéntrico. Le falta incorporar la nueva cosmología y los datos de las ciencias de la vida, de la complejidad, viendo a la Tierra como un momento del gran proceso cosmogénico, biogénico y antropogénico: Tierra como Gaia, un superorganismo que se autorregula y garantiza la vida de todos los vivientes.
La quinta alternativa sería el buen vivir y convivir, ensayada durante siglos por los pueblos andinos. Es profundamente ecológica, porque considera a todos los seres como portadores de derechos. El eje articulador es la armonía que comienza con la familia, con la comunidad, con la naturaleza, con todo el universo, con los antepasados y con la Divinidad. Esta alternativa tiene un alto grado de utopía pero quizás la humanidad, cuando se descubra a sí misma como una especie viviendo en una única Casa Común, sea capaz de lograr el buen vivir y convivir.
Conclusión de esta parte: Está claro que la vida, la salud y los medios de vida están en el centro de todo, no el beneficio y el desarrollo (in)sostenible. Se exigirá más Estado con más seguridad sanitaria para todos, un Estado que satisfaga las demandas colectivas y promueva un desarrollo que obedezca a los límites y al alcance de la naturaleza.
Como el problema del coronavirus es global se hace necesario un contrato social global, con un cuerpo plural de dirección y coordinación, para implementar una solución global.
O salvamos a la naturaleza y a la Tierra o engrosaremos la procesión de los que se dirigen al abismo.
¿Cómo buscar una transición ecológica, exigida por la acción mortífera de la COVID-19? ¿Por dónde empezar?
No podemos subestimar el poder del “genio” del capitalismo neoliberal: él es capaz de incorporar los datos nuevos, transformarlos en su beneficio privado y usar para ello todos los medios modernos de robotización, la inteligencia artificial con sus miles de millones de algoritmos y eventualmente las guerras híbridas. Puede convivir sin piedad, indiferente, con los millones y millones de hambrientos y arrojados a la miseria.
Por otra parte, los que buscan una transición paradigmática, dentro de la cual me sitúo yo, deben proponer otra forma de habitar la Casa Común, con una convivencia respetuosa de la naturaleza y cuidado con todos los ecosistemas, deben generar en la base social otro nivel de conciencia y nuevos sujetos portadores de esta alternativa.
Para esa inmensa tarea tenemos que descolonizarnos de las visiones del mundo y de falsos valores como el consumismo inculcados por la cultura del capital. Tenemos que ser antisistema y alternativos.
Presupuestos para una transición bien sucedida
El primero es la vulnerabilidad de la condición humana, expuesta a ser atacada por enfermedades, bacterias y virus.
Dos factores están en el origen de la invasión de microorganismos letales: la excesiva urbanización humana que ha avanzado sobre los espacios de la naturaleza destruyendo los hábitats naturales de los virus y las bacterias, que saltan a otro ser vivo o al cuerpo humano. El 83% de la humanidad vive en ciudades.
El segundo factor es la deforestación sistemática debida a la voracidad del capital, que busca la riqueza con el monocultivo de soja, de caña de azúcar, de girasol o con la producción de proteínas animales (ganado), devastando bosques y selvas, y desequilibrando el régimen de humedad y de lluvias en extensas regiones como la Amazonia.
Segundo presupuesto: la inter-retro-relación de todos con todos. Somos, por naturaleza, un nudo de relaciones orientado hacia todas las direcciones. La bioantropología y la psicología evolutiva han dejado claro que la esencia específica del ser humano es cooperar y relacionarse con todos. No hay ningún gen egoísta, formulado por Dawkins a finales de los 60 del siglo pasado sin ninguna base empírica. Todos los genes están interrelacionados entre sí y dentro de las células. Nadie está fuera de la relación. En este sentido, el individualismo, valor supremo de la cultura del capital, es antinatural y no tiene ninguna sustentación biológica.
Tercer presupuesto es el cuidado esencial: Pertenece a la esencia de lo humano el cuidado sin el cual no subsistiríamos. El cuidado es además una constante cosmológica: las cuatro fuerzas que sostienen el universo (la gravitatoria, la electromagnética, la nuclear débil y la nuclear fuerte) actúan sinérgicamente con extremo cuidado sin el cual no estaríamos aquí reflexionando sobre estas cosas.
El cuidado supone una relación amiga de la vida, protectora de todos los seres porque los ve como un valor en sí mismos, independiente del uso humano. Fue la falta de cuidado de la naturaleza, devastándola, lo que hizo que los virus perdieran su hábitat, conservado durante miles de años y pasaran a otro animal o al ser humano. El ecofeminismo ha aportado una contribución significativa a la preservación de la vida y de la naturaleza con la ética del cuidado desarrollada por ellas, porque el cuidado es del ser humano, pero adquiere una especial densidad en las mujeres.
Cuarto presupuesto: la solidaridad como opción consciente. La solidaridad está en el corazón de nuestra humanidad. Los bioantropólogos nos han revelado que este dato es esencial al ser humano. Cuando nuestros antepasados buscaban sus alimentos, no los comían aisladamente. Los llevaban al grupo y servían a todos empezando por los más jóvenes, después a los mayores y luego a todos los demás. De esto surgió la comensalidad y el sentido de cooperación y solidaridad. Fue la solidaridad la que nos permitió dar el salto de la animalidad a la humanidad. Lo que fue válido ayer también vale para hoy.
Esta solidaridad no existe sólo entre los humanos. Es otra constante cosmológica: todos los seres conviven, están involucrados en redes de relaciones de reciprocidad y solidaridad de forma que todos puedan ayudarse mutuamente a vivir y co-evolucionar. Incluso el más débil, con la colaboración de otros subsiste, tiene su lugar en el conjunto de los seres y coevoluciona.
El sistema del capital no conoce la solidaridad, solo la competición que produce tensiones, rivalidades y verdaderas destrucciones de otros competidores en función de una mayor acumulación.
Hoy en día el mayor problema de la humanidad no es ni el económico, ni el político, ni el cultural, ni el religioso, sino la falta de solidaridad con otros seres humanos que están a nuestro lado. El capitalismo ve a cada uno como un consumidor eventual, no como una persona humana con sus preocupaciones, alegrías y sufrimientos.
Es la solidaridad la que nos está salvando ante el ataque del coronavirus, empezando por el personal sanitario que arriesga desinteresadamente su vida para salvar otras vidas. Vemos actitudes de solidaridad en toda la sociedad, pero especialmente en las periferias, donde la gente no puede aislarse socialmente y no tiene reservas de alimentos. Muchas familias que recibieron canastas de alimentos las repartían con otros más necesitados.
Pero no basta con que la solidaridad sea un gesto puntual. Debe ser una actitud básica, porque está en la esencia de nuestra naturaleza. Tenemos que hacer la opción consciente de ser solidarios a partir de los últimos e invisibles, de aquellos que no cuentan para el sistema imperante y son considerados como ceros económicos, prescindibles. Sólo así deja de ser selectiva y engloba a todos, porque todos somos coiguales y nos unen lazos objetivos de fraternidad.
Transición hacia una civilización biocentrada
Toda crisis hace pensar y proyectar nuevas ventanas de posibilidades. El coronavirus nos ha dado esta lección: la Tierra, la naturaleza, la vida en toda su diversidad, la interdependencia, la cooperación y la solidaridad deben ser centrales en la nueva civilización si queremos sobrevivir.
Parto de la interpretación siguiente: que nosotros fuimos los primeros que atacamos a la naturaleza y a la Madre Tierra durante siglos, pero ahora la reacción de la Tierra herida y la naturaleza devastada se está volviendo en contra nuestra.
Tierra-Gaia y naturaleza están vivas y en tanto que vivas sienten y reaccionan a las agresiones. La multiplicación de señales que la Tierra nos ha enviado, empezando por el calentamiento global, la erosión de la biodiversidad del orden de 70-100 mil especies por año (estamos dentro de la sexta extinción masiva en la era del antropoceno y del necroceno) y otros eventos extremos, deben ser captados e interpretados.
O cambiamos nuestra relación con la Tierra y la naturaleza en el sentido de sinergia, cuidado y respeto, o la Tierra puede no querernos más sobre su superficie. Y esta vez no hay un arca de Noé que salve a algunos y deje perecer a los demás. O todos nos salvamos o todos pereceremos.
Casi todos los análisis de la COVID-19 se centraron en la técnica, la medicina, la vacuna para salvar vidas, el aislamiento social y el uso de mascarillas para protegernos y no contaminar a los demás. Todo eso hay que hacerlo y es indispensable.
Rara vez se habla de la naturaleza, aunque el virus vino de la naturaleza. Eso lo hemos olvidado.
La transición de una sociedad capitalista de superproducción de bienes materiales a una sociedad que sustente toda la vida con valores humano-espirituales como el amor, la solidaridad, la compasión, la interdependencia, la justa medida, el respeto y el cuidado no se producirá de la noche a la mañana.
Será un proceso difícil que requiere, en palabras del Papa Francisco en su encíclica “Sobre el cuidado de la Casa Común”, una “conversión ecológica radical”, que nos llevará a incorporar relaciones de cuidado, protección y cooperación: un desarrollo hecho con la naturaleza y no contra la naturaleza.
El sistema imperante puede conocer una larga agonía, pero no tendrá futuro. En mi opinión, no seremos nosotros los que lo derrotaremos para siempre, sino la propia Tierra, negándole las condiciones para su reproducción al haber excedido los límites de los bienes y servicios de la Tierra superpoblada. Este colapso se verá reforzado por la acumulación de críticas y de prácticas humanas que siempre se han resistido a la explotación capitalista.
La incorporación del nuevo paradigma cosmológico, biológico y antropológico
Para una nueva sociedad posCOVID-19 hay que asumir los datos del nuevo paradigma, que ya tiene un siglo de existencia pero que hasta ahora no ha logrado conquistar la conciencia colectiva ni la inteligencia académica, ni mucho menos la cabeza de los “decision makers” políticos.
Este paradigma es cosmológico. Parte del hecho de que todo se originó a partir del big bang ocurrido hace 13.7 mil millones de años. De su explosión salieron las estrellas rojas gigantes y con su explosión, las galaxias, las estrellas, los planetas, la Tierra y nosotros mismos. Todos estamos hechos de polvo cósmico.
La Tierra que tiene ya 4.3 mil millones de años y la vida unos 3.8 mil millones de años están vivas. La Tierra, y esto es un dato de ciencia ya aceptado por la comunidad científica, no sólo tiene vida en ella sino que está viva y produce todo tipo de vidas.
El ser humano que apareció hace unos 10 millones de años es la porción de la Tierra que en un momento de alta complejidad comenzó a sentir, a pensar, a amar y a cuidar. Por eso hombre viene de humus, de tierra buena.
Inicialmente mantenía una relación de coexistencia con la naturaleza, luego pasó a intervención en ella a través de la agricultura y en los últimos siglos ha llegado a la agresión sistemática mediante la tecnociencia. Esta agresión se ha llevado a cabo en todos los frentes hasta el punto de poner en peligro el equilibrio de la Tierra y ser incluso una amenaza de autodestrucción de la especie humana con armas nucleares, químicas y biológicas.
Esta relación de agresión está detrás de la actual crisis de salud. De seguir adelante, la agresión podría traernos crisis más fuertes hasta aquello que los biólogos temen: The Next Big One, aquel próximo gran virus inatacable y fatal que llevará a la desaparición de la especie humana de la faz de la Tierra.
Para evitar este posible armagedón ecológico, es urgente renovar con la Tierra viva el contrato natural violado: ella nos da todo lo que necesitamos y garantiza la sostenibilidad de los ecosistemas. Y nosotros, según el contrato, le devolvemos cuidado, respeto a sus ciclos y le damos tiempo para que regenere lo que le quitamos. Este contrato natural ha sido roto por ese estrato de la humanidad que explota los bienes y servicios, deforesta, contamina las aguas y los mares.
Es decisivo renovar el contrato natural y articularlo con el contrato social: una sociedad que se siente parte de la Tierra y de la naturaleza, que asume colectivamente la preservación de toda la vida, mantiene en pie sus bosques que garantizan el agua necesaria para todo tipo de vida, regenera lo que fue degradado y fortalece lo que ya está preservado.
La relevancia de la región: el biorregionalismo
Dado que la ONU ha reconocido a la Tierra como la Madre Tierra y los derechos de la naturaleza, la democracia tendrá que incorporar nuevos ciudadanos, como los bosques, las montañas, los ríos, los paisajes. La democracia sería socio-ecológica. Solamente Bolivia y Ecuador han inaugurado el constitucionalismo ecológico al reconocer los derechos de la Pacha Mama y de los demás seres de la naturaleza.
La vida será el faro orientador y la política y la economía estarán al servicio no de la acumulación sino de la vida. El consumo, para que sea universalizado, deberá ser sobrio, frugal, solidario. Y la sociedad estará suficiente y decentemente abastecida.
Para finalizar, una palabra sobre el biorregionalismo. La punta de lanza de la reflexión ecológica se está concentrando actualmente en torno a la región. Tomando la región, no como ha sido definida arbitrariamente por la administración, sino con la configuración que ha hecho la naturaleza, con sus ríos, montañas, bosques, llanuras, fauna y flora y especialmente con los habitantes que viven allí. En la biorregión se puede crear realmente un desarrollo sostenible que no sea meramente retórico sino real.
Las empresas serán preferentemente medianas y pequeñas, se dará preferencia a la agroecología, se evitará el transporte a regiones distantes, la cultura será un importante elemento de cohesión: las fiestas, las tradiciones, la memoria de personas notables, la presencia de iglesias o religiones, los diversos tipos de escuelas y otros medios modernos de difusión, de conocimiento y de encuentro con la gente.
Pensando en un futuro posible con la introducción del bioregionalismo, la Tierra seria como un mosaico hecho con distintas piezas de diferentes colores: son las diferentes regiones y ecosistemas, diversos y únicos, pero todos componiendo un único mosaico, la Tierra. La transición se hará mediante procesos que van creciendo y articulándose a nivel nacional, regional y mundial, haciendo crecer la conciencia de nuestra responsabilidad colectiva de salvar la Casa Común y todo lo que le pertenece.
La acumulación de nueva conciencia nos permitirá saltar a otro nivel donde seremos amigos de la vida, abrazaremos a cada ser porque todos, desde las bacterias originales, pasando por los grandes bosques, los dinosaurios, los caballos, los colibríes y nosotros, tenemos el mismo código genético, los mismos 20 aminoácidos y las 4 bases nitrogenadas o fosfatadas. Es decir, todos somos parientes unos de otros con una fraternidad terrenal real como afirman la Carta de la Tierra y la encíclica Laudato Si sobre el cuidado de la Casa Común del Papa Francisco.
Será la civilización de la “felicidad posible” y de la “alegre celebración de la vida”.
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