Comunicado del Grupo de Curas en la Opción por los Pobres
«Si quieres la paz trabaja por la justicia» (San Pablo VI, 1 de enero de 1972)
Como curas que queremos vivir nuestra vocación junto a quienes están en mayor situación de vulnerabilidad de nuestro pueblo, experimentamos con ellos y ellas las angustias que despierta la pandemia que atravesamos. En los últimos tiempos hemos tratado de ponerle voz a estas angustias y hemos tratado de despertar la solidaridad que debe unirnos.
A estas angustias lógicas provocadas por una enfermedad que parece fuera de nuestro control, en los últimos tiempos se suma la zozobra que provocan maniobras políticas y mediáticas que parecen querer desestabilizar a un gobierno elegido por el pueblo en un momento de excepción: Marchas que se constituyen en focos de contagio, campañas en las redes, noticias y comentarios en los medios que se develan como falsos o manipulados, crisis parlamentarias que desnudan sólo la pelea por un poder que fue negado en las urnas, todo en un momento en que la capacidad de respuesta sanitaria a la pandemia se acerca al colapso en muchos lugares del país.
Es difícil creer en casualidades. La crisis de varias policías provinciales que se ha gestado en los últimos días, y en particular la de la policía bonaerense que ha ocupado el centro de la noticias por su virulencia es, cuando menos, la eclosión del caldo de cultivo originado por los permanentes atentados a la convivencia democrática de los que venimos siendo atónitos testigos. Reconocemos la legitimidad de varios de los reclamos de las fuerzas de seguridad, pero los vuelve ilegítimos e inaceptable el modo extorsivo en que son realizados.
No puede ser extraño en un momento en que la extorsión parece haberse vuelto una expresión aceptable de lo que debería ser el diálogo democrático. Lo que está en juego es el ejercicio de la vida democrática de la que depende la vida de nuestro pueblo. Causa tremendo dolor la impresión de que se juega con los vivos y los muertos como números que puedan inclinar la balanza.
En estos tiempos tan difíciles queremos apelar a la sensatez y a la responsabilidad ética y política de todos aquéllos y aquéllas a quienes se les confió la misión de gobernar, de acompañar al gobierno desde la oposición, de informar y de cuidar la seguridad y la salud del pueblo. Y, en particular, a quienes entre ellos confiesan su fe en el Señor de la Vida, recordarles la obligación del amor al prójimo que toda religión profesa. Recuperen la capacidad de diálogo necesaria para buscar juntos la paz en la justicia. ¡No nos causen más sufrimientos!
Grupo de Curas en la Opción por los Pobres
9 de setiembre de 2020
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