Evangelio del lunes 14 de septiembre (Exaltación de la Cruz): Juan 3,13-17.
«Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo.
De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto,
para que todos los que creen en él tengan Vida eterna.
Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna.
Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.».
PALABRA DEL SEÑOR.
Hoy es el día de la CRUZ. ¿Qué sentido tiene celebrar la cruz? ¿No es un instrumento de tortura y muerte? Efectivamente la cruz en sí misma es repudiable, implica la muerte. Sin embargo, Jesús, el Maestro de Nazaret, quien siendo el Inocente y Santo, fue condenado y asesinado en la cruz. El Dios-Hombre murió mal ajusticiado en la Cruz y cobró sentido absoluto para sus discípul@s, que percibieron que tras su muerte inocente, resucitó lleno de VIDA PARA SIEMPRE y nos arrastró con Él al Reino de los Cielos, donde no habrá más llanto, ni dolor, ni muerte, será la PAZ en plenitud. Hoy nosotr@s, tenemos esa herencia que da sentido a nuestras propias cruces, a nuestro sufrimiento, sabemos que si "vivimos, vivimos para el Señor; si morimos para el Señor morimos" decía Pablo a los Romanos ayer domingo. Cada un@ carga con su cruz de cada día siguiendo a Jesús que nos alivia el Camino. Hoy la humanidad entera está crucificada con esta pandemia. No tenemos la solución, much@s han muerto en este proceso, otr@s la están peleando, otr@s en pánico, otr@s ignorando lo evidente por el miedo que causa la impotencia. Este día de la CRUZ le decimos a Jesús: "Te adoramos Cristo y te bendecimos porque por tu SANTA CRUZ redimiste al mundo". Rogamos a Jesús que nos libere de esta pesada cruz compartida por toda la humanidad y le pedimos la fuerza de vivir como resucitad@s marcando el inicio de una nueva historia de amor, paz y justicia. Por una humanidad libre de tantas cruces impuestas por el desamor, la injusticia, y la veneración al dios dinero. En el silencio y la quietud, invocamos el Nombre de Jesús.
Abrazo y bendición!
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