La comunidad de Villa Palito, en la diócesis de San Justo, rezó una novena por el presbítero Basilicio Brítez, "Padre Bachi", fallecido recientemente.
Organizado por la comunidad de Villa Palito, en la diócesis de San Justo, desde el lunes 31 de agosto hasta el martes 8 de septiembre, se rezó una novena en honor del presbítero Basilicio Brítez, “Padre Bachi”, fallecido recientemente luego de haber estado internado durante meses a causa del coronavirus.
Esta Novena, que constituye una tradición del pueblo paraguayo una vez que se entierra al difunto, se llevó a cabo todos los días en la parroquia San Roque González y Compañeros Mártires, salvo dos días en los que se realizó en El Buen Samaritano, ambos en Villa Palito, San Justo.
La participación de la familia del “padre Bachi” y de la feligresía fue vía Zoom. Cada día predicó un sacerdote distinto: el presbítero Daniel Echeverría, el presbítero Nicolás Angelotti , el presbítero Mauricio Cardea, de Las Antenas, el presbítero Gustavo Escapino, de Barrio San Alberto, Isidro Casanova; el presbítero Carlos Olivero, el presbítero Santiago Rostom; monseñor Gustavo Carrara, obispo auxiliar de Buenos Aires; y el presbítero Walter Posca, compañero del padre Bachi del Seminario.
El último día de la Novena estuvo guiado por el obispo de San Justo, monseñor Eduardo García, quien luego presidió la misa pidiendo por el eterno descanso del padre Bachi. “Hoy, como cada uno de estos nueve días, desde la Pascua del querido Bachi, nos reunimos a rezar. Novena hermosa y sanante que aquietó el corazón, lo puso en el verdadero lugar: junto a Dios. Porque ahí nos encontramos siempre con los que amamos”, expresó.
“Y no la cerramos, sino que la abrimos a un siempre en esta fiesta de la Virgen. Ella que durante tantos años los congregó, los acarició, los mantuvo unidos y firmes en la esperanza, como lo estuvo Ella al pie de la cruz. Y junto a Ella, que, a la espera del encuentro definitivo con su hijo, fue repasando en el corazón los recuerdos haciéndolos memoria buena, también nosotros caminamos con Bachi desde el cariño de aquellos que, a luz de la Palabra de Dios, le pusieron palabra a tantos sentimientos”.
“El denominador común: Hombre de Dios, y qué hermoso… Hombre de Dios, como escuchamos ayer… Que caminó la amistad con sencillez y poniéndole luz… Que sigue abriendo caminos hacia Dios… Que mostró que el amor siempre hace bien y se jugó por ese amor. Hombre de Dios… Que crea familia, familia de Dios y familia de hermanos… Con corazón de pastor que vive intensamente cada cosa… que supo decir esto es mi cuerpo y poner toda la carne al asador… Que abraza a su barrio con amor entrañable y le da vida, y vida buena de Dios… Que pide también morir y vivir para los más pobres”
“Hombre de Dios que, como decía Pironio a los sacerdotes: ‘Sean hombres de Dios que saben hacer milagros y que al pasar por las calles dejan perfume de santos’”, recordó.
“Hay milagros. Esos milagros cotidianos sencillos que para tantos pasan desapercibidos, milagros de tantos vecinos chicos y chicas que se descubrieron amados por Dios desde los brazos grandes y generosos de Bachi, y se abrieron a la esperanza”, afirmó el obispo.
“Dejó ese perfume: la comunidad que se organiza y que sigue queriendo ponerle el pecho a la vida, la de los pibes y pibas rotos que saben que en lo de Bachi hay lugar, hay comida, hay amor y, si lo quieren, hay futuro. El perfume de amor al estilo de Jesús que atrae y que nos llama a seguir en este rumbo. Bachi está porque hay camino marcado. Tomo una frase de anoche en la nota de la tele: ‘Apagó su corazón para que se encienda el nuestro’”, aseguró.
“Hombre de Dios porque creyó amando, y amó creyendo. No hay fe sin gestos de amor palpables. Y los hubo, y los hay. No estamos haciendo leyenda. Esos gestos de amor laten, viven, caminan, luchan, tienen nombre, apellido, desgarrón de vida y ganas de mirar adelante. No lo estamos canonizando por anticipado y, si llega a tener estampita con aureola, poco me cambia”, reconoció. “Me sirve saber que fue un hombre con olor a pueblo, con el amor de Dios clavado en su corazón, que después de haber sido primereado se animó amar primero para devolverle la dignidad de hijos de Dios a tantos hijos de este pueblo con comida, misa, ladrillo, adoración, cloaca, confesión, tierra, rosario y recuperación de la droga”, valoró.
“Escuchamos en la primera lectura que el signo del paso de Dios no es un rey ni la casa de los poderosos sino Belén, la más pequeña. De ahí surgirá la esperanza para su pueblo. Y… ¿por qué no Palito, por qué no las barriadas pueden acaso ser también el lugar que nos devuelva un modo de ser Iglesia, un modo de caminar real en el amor, el compromiso y la solidaridad que Cristo nos pide?”, planteó.
“Ciertamente la genealogía de Jesús (que hoy no leímos porque es muy larga), sus antepasados no sudaban agua bendita: fue una historia tejida de corrupción y valentía, de prostitución y profecía, de traición y fidelidad”, advirtió.
“Dios para escribir, para empezar una historia nueva, su historia, no nos pide carnet de buena conducta, toma nuestro barro y en el horno de amor nos hace vasijas nuevas”, aseguró monseñor García. “Si no lo creemos, la Biblia es un libro de historia y el Evangelio una mala biografía de Jesús. El signo que hoy nos pide para que sea creíble su paso es claro: una Iglesia pobre para los pobres, hospital de campaña, una iglesia que ampara a los descartados, una Iglesia que sana para los enfermos, una Iglesia que alimenta para los hambrientos, que abraza para los aniquilados y que cose para los deshilachados. Así lo entendió Bachi y estamos orgullosos de que así sea. Y eso nos llena el corazón de paz y de alegría”, sostuvo.
“El tercer día de la novena escuchábamos que Bachi recién va a descansar cuando vuelva a Palito, lo creo y me comprometo. Pero estoy convencido de que va a descansar cuando la Iglesia, esta Iglesia que le dio los sacramentos, la vocación, que pateó, a la que amó le pida perdón”, consideró.
Finalmente, “como Iglesia y en nombre de la Iglesia”, pidió perdón a Bachi: “por no alentarte en los sueños que muchas veces no nos animamos a soñar. Era más fácil ponerte palos en la rueda; por haberte dejado en la colectora, solo con el hambre, la enfermedad, la miseria de muchos de nuestro pueblo y después decir que te cortabas solo; por criticarte y, mediocremente, poner bajo sospecha lo que hacías, de dónde sacabas para dar de comer a tanta gente… Dios se hizo Providencia… para reconocerlo hay que tener fe; por habernos desentendido tantas veces de los pobres, de los sin tierra, de los sin techo, de los drogadependientes… total… para eso estabas vos; por haberte crucificado por tu opción política y encontrar ahí la razón para descalificarte. ¿Acaso los que te crucifican no tienen la propia opción?”.
Y añadió: “Perdón por censurarte a vos y a tu gente porque venías al son de murgas y con poncho. El envase no garantiza la calidad el producto. Se es cura desde adentro hacia afuera. Y vos lo eras desde las tripas; perdón porque tantas veces, celosamente, cuestionamos que la gente te siguiera. Las ovejas reconocen la voz del pastor bueno. Seguro encontraron en vos lo que nosotros no le dimos; perdón, Bachi, en definitiva, por no haber respetado al Dios que te llamó desde atrás del rebaño, desde las raíces de tu pueblo para ser sacerdote de tu pueblo, por haber pretendido meterte en un molde y cortar el don que Dios quería para nuestra Iglesia; perdón, Bachi, por esto y por aquellas cosas que vos guardás en tu corazón: en tu encuentro Dios él está sanando”.
“En este día de la Virgen, aquella quien Dios también llamó de en medio de su pueblo y las pasó fuleras y la hizo caminar con su pueblo muchas veces a contracorriente, pero con el corazón cargado de Dios, te esté abrazando muy fuerte”.
“Ojalá que Ella junto a vos, nos conceda el don de que muchos se animen no a ser Bachi, pero sí a servir y a dar vida a su pueblo con amor y desinterés. Y que tu vida sea un don desde el cielo de gracia para formar familias, comunidades liberadas por la palabra, para que haya también vocaciones dispuestas a servir a este pueblo que tanto lo necesita”, rezó.
“Bachi, te doy gracias porque metiste el barrio en tu corazón y desde tu corazón metiste al barrio en el corazón de la Iglesia”, concluyó.+
Agradecemos al Equipo de Prensa de la Pastoral de Villas de Emergencia de Buenos Aires y Gran Buenos Aires.
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