Si tu hermano peca, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano.
Si no te escucha, busca una o dos personas más, para que el asunto se decida por la declaración de dos o tres testigos.
Si se niega a hacerles caso, dilo a la comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, considéralo como pagano o publicano.
Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo.
También les aseguro que si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá.
Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos.
PALABRA DEL SEÑOR.
Maravilloso proceso de la corrección fraterna. Resguarda la intimidad, fomenta la fraternidad y cuida la convivencia del todo, que es mayor que la suma de las partes. ¿Quién de nosotr@s sigue todos los pasos que indica Jesús?. Y es el camino. Vivimos en una sociedad enloquecida por peleas y desprestigios mediáticos, familiares, entre amig@s. Es hora que l@s cristian@s apliquemos la sabiduría de la corrección evangélica, siguiendo escrupulosamente los pasos del Evangelio, sin saltarnos ninguno. Seguramente vamos a ser mejores humanos, respetuosos del otr@, cuidador@s de la honra de cada cual. En el silencio y la quietud, invocamos el Nombre de Jesús.
Abrazo y bendición!
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