San Agustín de Hipona
Por eso, el Reino de los Cielos será semejante a diez jóvenes que fueron con sus lámparas al encuentro del esposo.
Cinco de ellas eran necias y cinco, prudentes.
Las necias tomaron sus lámparas, pero sin proveerse de aceite,
mientras que las prudentes tomaron sus lámparas y también llenaron de aceite sus frascos.
Como el esposo se hacía esperar, les entró sueño a todas y se quedaron dormidas.
Pero a medianoche se oyó un grito: 'Ya viene el esposo, salgan a su encuentro'.
Entonces las jóvenes se despertaron y prepararon sus lámparas.
Las necias dijeron a las prudentes: '¿Podrían darnos un poco de aceite, porque nuestras lámparas se apagan?'.
Pero estas les respondieron: 'No va a alcanzar para todas. Es mejor que vayan a comprarlo al mercado'.
Mientras tanto, llegó el esposo: las que estaban preparadas entraron con él en la sala nupcial y se cerró la puerta.
Después llegaron las otras jóvenes y dijeron: 'Señor, señor, ábrenos',
pero él respondió: 'Les aseguro que no las conozco'.
Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora.
PALABRA DEL SEÑOR.
Podemos elegir vivir sensatamente o insensatamente. La persona sensata es la que vive desde la luz de la sabiduría ubicándose en su lugar en la vida y en el mundo, sin pretender abarcar el todo. Sabe vivir humildemente, de a pie, al ritmo vital natural. La persona insensata se sumerge en la vorágine de la vida sin vislumbrar nunca la satisfacción de haberse encontrado a sí mism@. Se deja llevar por el anhelo de la omnipotencia que se cree impune a todo lo que pueda provocar en los ámbitos de su vida. Como estas vírgenes necias, no estaban preparadas sabiamente, quedaron fuera del banquete. Agustìn de Hipona, vivió muchos años intensamente, buscador de la verdad por miles de caminos, sin poder aceptar la sencillez del Evangelio que le proponía su madre como libro de sabiduría. Para Él era demasiado simple, rústico. Hasta que en su conversión extraordinaria llega a la conclusión siguiente: "NOS HICISTE SEÑOR PARA TI Y NUESTRO CORAZÓN ESTARÁ INQUIETO HASTA QUE DESCANSE EN TI".
En su famoso libro de las CONFESIONES nos relata su proceso de la insensatez a la sensatez.Que nuestros corazones sean humildes y descansen en el Corazón de Dios. En el silencio y la quietud, invocamos el Nombre de Jesús.
Abrazo y bendición!
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