viernes, 14 de junio de 2024

Evangelio del viernes 14 de junio: Mateo 5,27-32.

 


Jesús dijo a sus discípulos:

Ustedes han oído que se dijo: No cometerás adulterio.

Pero yo les digo: El que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón.

Si tu ojo derecho es para ti una ocasión de pecado, arráncalo y arrójalo lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena.

Y si tu mano derecha es para ti una ocasión de pecado, córtala y arrójala lejos de ti: es preferible que se pierda uno solo de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea arrojado a la Gehena.

También se dijo: El que se divorcia de su mujer, debe darle una declaración de divorcio.

Pero yo les digo: El que se divorcia de su mujer, excepto en caso de unión ilegal, la expone a cometer adulterio; y el que se casa con una mujer abandonada por su marido, comete adulterio. 

PALABRA DEL SEÑOR. 


Siguiendo con la enseñanza de estos días de Jesús respecto a la Ley, hoy nos presenta la radicalidad que exige la Ley. Las ocasiones de pecado tienen que ver con el amor. No amar como Dios ama. Cada momento o actitud de desamor nos mutila el alma, la dignidad. Siempre Jesús en el centro de nuestra vida y el amor como patrón de conducta. Por otra parte aparece el tema del matrimonio, tan temido y devaluado hoy entre los cristianos y cristianas. Quienes prefieren vivir en concubinato, al que llaman noviazgo, antes que responder con confianza y adultez a su fe en Cristo. No se puede tener todo lo material asegurado para dar el paso de zambullirse en un amor más fuerte que la muerte, que en el caso de los cristianos es la bendición del Señor a nuestro proyecto de caminar por el camino de la santidad matrimonial. Tener confianza y vencer al miedo. En el silencio y la quietud, invocamos el Nombre de Jesús.


Abrazo y bendición!

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