En un encuentro con unos 200 sacerdotes de la diócesis de Roma, en la Universidad Salesiana, el Papa renovó su compromiso de "acoger y acompañar" a los homosexuales, tras la polémica.
El Papa Francisco visitó en la tarde del martes 11 de junio la Universidad Pontificia Salesiana y, en el Aula Magna dedicada a San Pablo VI, se reunió con unos 200 sacerdotes de la diócesis de Roma que se encuentran entre el undécimo y el trigésimo noveno año de ordenación. De los que no pudieron venir, muchos estaban involucrados en compromisos de verano con los jóvenes de las parroquias.
Después de un breve saludo de rector del Pontificio Seminario Mayor romano, monseñor Michele Di Tolve, y un momento de oración abrieron la conversación entre el Papa y los sacerdotes presentes, informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Entre los temas abordados, se encuentran los de la pastoral vinculada a la diócesis, el papel y la identidad del sacerdote y la belleza de ser sacerdotes.
En respuesta a las preguntas, el Papa citó el modelo de Don Milani, "una gran luz para el sacerdote italiano", el riesgo de caer en la mundanalidad, y habló de la necesidad de ampliar la acogida en las parroquias "a todos, ¡Todos, todos!", exclamó.
Surgió con fuerza la cuestión del sufrimiento de las personas, que debe ir acompañado de cercanía, compasión y ternura, tres cualidades de Dios, que deben ser vividas -dijo el Papa- especialmente hacia los ancianos. En este sentido hemos hablado de la importancia de la pastoral hospitalaria y de las dificultades de la ciudad de Roma, de la emergencia habitacional, de la generosidad de las congregaciones religiosas dotadas de estructuras, de la proliferación de drogas, de la tragedia de la soledad, de las muchas que viven su propio dolor en la invisibilidad.
"En la vida de un sacerdote lo invisible es más importante que lo visible, porque es más denso, más doloroso", dijo el Papa, y añadió "nuestro trabajo como sacerdotes es ir a buscar a estas personas" porque "la Iglesia o profético o clerical: a nosotros nos toca elegir."
El dolor por las guerras en curso
El diálogo se centró en la situación actual en Europa y en el mundo y el Papa mencionó dolorosamente las guerras en curso, en Tierra Santa, Ucrania, pero también en Myanmar, en el Congo, y las enormes inversiones en armas, anticonceptivos, en gastos veterinarios y cirugía cosmética. En este sentido, instó a trabajar en la enseñanza social de la Iglesia, a un mayor compromiso con el bien común, con la paz y, en tiempos de desconexión y abstencionismo, en la política, "la forma más alta de caridad".
La conversación fue una oportunidad para recordar y agradecer al cardenal De Donatis, a quien el Papa elogió por su gran "capacidad de comprender y perdonar", cualidades preciosas en su nuevo cargo, donde está llamado a ser "una expresión del rostro misericordioso de los Padre".
Para concluir, el Papa habló del peligro de las ideologías en la Iglesia y volvió al tema de la admisión en los seminarios de personas con tendencias homosexuales, reiterando la necesidad de acogerlas y acompañarlas en la Iglesia y la indicación prudencial del Dicasterio para la Clero sobre su ingreso al seminario.
Finalmente agradeció a los sacerdotes presentes por su trabajo, instándolos a continuar con su compromiso, con el discernimiento comunitario y con la escucha de cuantos se dirigen a ellos.+
No hay comentarios.:
Publicar un comentario