En la audiencia con los líderes de movimientos eclesiales y asociaciones de fieles, Francisco expresó su deseo de que, luego del Sínodo, "la sinodalidad siga existiendo como un estilo eclesial común".
El proceso sinodal no conducirá a resultados duraderos si no va acompañado de una "conversión espiritual", dijo el Papa Francisco, este jueves 13 de junio, a los participantes en el encuentro anual de moderadores de asociaciones de fieles, movimientos eclesiales y nuevas comunidades en el Aula del Sínodo, promovido por el Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida.
A los representantes de 95 realidades de todo el mundo -de las 117 reconocidas por la Santa Sede-, que se reunieron para reflexionar sobre la sinodalidad, el Santo Padre les recordó que el camino sinodal en la Iglesia Latina ha sido largo y que requiere una conversión espiritual, porque sin un cambio interior no se pueden lograr resultados duraderos.
"Espero que, después de este Sínodo, la sinodalidad siga existiendo como modo permanente de actuar en la Iglesia a todos los niveles, penetrando en el corazón de todos, pastores y creyentes, hasta convertirse en un estilo eclesial común", expresó el pontífice durante el encuentro.
"Sin embargo -advirtió-, todo esto requiere un cambio que debe producirse en cada uno de nosotros, una conversión real. Basta recordar que la primera persona que reconoció la necesidad de la sinodalidad en la Iglesia Latina fue san Pablo VI. La Iglesia Oriental había conservado la sinodalidad, mientras que la Iglesia Latina la había perdido".
Francisco ha comprometido a la Iglesia con un proceso sinodal, cuyo tema general es la sinodalidad misma. La segunda asamblea general de este proceso sinodal tendrá lugar en el Vaticano, en octubre de este año; según los planes actuales, en el otoño del 2025 el Papa publicará las conclusiones que haya extraído del proceso.
"Lo más importante de este sínodo sobre la sinodalidad, dijo el Santo Padre a los líderes de movimientos y asociaciones, no es que se trate tal o cual tema, no. Lo más importante es un camino de manera sinodal a nivel de parroquias, diócesis, en todo el mundo".
Tres virtudes sinodales para la conversión espiritual
Todo esto, sin embargo, afirmó el Santo Padre, requiere un cambio que debe producirse en cada uno de nosotros, una verdadera conversión y, para ello, les propuso algunas actitudes, algunas "virtudes sinodales": pensar según Dios, superar toda cerrazón y cultivar la humildad.
Al referirse a la primera virtud sinodal, pensar según Dios, el pontífice dijo que es necesario pasar de un "pensamiento sólo humano" al "pensamiento de Dios", es este el primer gran cambio interior que se nos pide.
El Obispo de Roma recordó que el protagonista del camino sinodal es el Espíritu Santo y que Dios es siempre más grande que nuestras ideas, que la mentalidad dominante, que las "modas eclesiásticas" del momento, incluso que el carisma particular de nuestro grupo o movimiento. "Por lo tanto, nunca demos por presupuesto que estamos 'en sintonía' con Dios: más bien, siempre tratemos de elevarnos por encima de nosotros mismos, para convertirnos a pensar según Dios y no según los hombres. Éste es el primer gran desafío".
Vencer la tentación del "círculo cerrado"
La segunda virtud sinodal que el Santo Padre indicó fue el de superar toda cerrazón. Francisco invitó a los participantes en el encuentro a ir más allá de lo que piensa nuestro "círculo", a no dejarse bloquear por el miedo a perder el sentido de pertenencia y la propia identidad, a reconocer la diversidad como una oportunidad, y no como una amenaza.
"La sinodalidad nos pide, en cambio, mirar más allá de las barreras, con grandeza de ánimo, para ver la presencia de Dios y su acción también en personas que no conocemos, en nuevos métodos pastorales, en ámbitos de misión en los que nunca antes habíamos participado; nos pide que nos dejemos golpear, incluso 'herir' por la voz, la experiencia y el sufrimiento de los demás: de nuestros hermanos en la fe y de todas las personas que están cerca de nosotros".
De manera espontánea, Francisco dijo que "los movimientos cerrados deben ser cancelados, no son eclesiales", y añadió también fuera del texto: "Me duele cuando encontramos cristianos 'yo, yo, conmigo y siempre para mí': estos cristianos en el centro. Es triste", prosiguió, centrándose en el papel de los movimientos eclesiales, que "están para el servicio, no para nosotros mismos": "Es triste cuando escuchas: 'Soy de éste, de otro', como si fuera algo superior. Los movimientos eclesiales están para servir a la Iglesia, no son en sí mismos un mensaje, una centralidad eclesial: están para servir". De ahí la necesidad de preguntarnos: "¿Pertenezco al movimiento eclesial, a la asociación o a la Iglesia?".
La conversión espiritual debe partir de la humildad
Finalmente, la tercera virtud que propuso el Santo Padre fue cultivar la humildad. Para el pontífice, la conversión espiritual debe partir de la humildad, ya que es la puerta de entrada a todas las virtudes. Y comentando la escena en la que Santiago y Juan piden lugares de honor junto a Jesús, el Papa recordó que la verdadera grandeza no es ser servido, sino servir, ser servidor de todos.
El deseo del Sucesor de Pedro, expresado a todas las realidades eclesiales, es que este encuentro ayude a valorizar sus carismas, pero en perspectiva eclesial, para lo cual se necesita una gran humildad. Y esto es fundamental para la construcción de una Iglesia sinodal.+
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