Jesús dijo a sus discípulos:
No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los consumen, y los ladrones perforan las paredes y los roban.
Acumulen, en cambio, tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que los consuma, ni ladrones que perforen y roben.
Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón.
La lámpara del cuerpo es el ojo. Si el ojo está sano, todo el cuerpo estará iluminado.
Pero si el ojo está enfermo, todo el cuerpo estará en tinieblas. Si la luz que hay en ti se oscurece, ¡cuánta oscuridad habrá!
PALABRA DEL SEÑOR.
¿Dónde acumula cada uno de nosotros? Vemos que la realdad del mundo es acumular minorías injustas que nos contagian el ansia de acumular sólo lo material: en bancos, en dólares, en bienes superfluos, en cosas. Cosas todas estas que nos quitan la paz, el sentido profundo de la vida. Otros siguiendo el Evangelio acumulan en el Cielo porque son solidarios, sencillos, generosos, justos. Porque saben que estamos de paso y no hay nada de este mundo a quien entregar nuestro corazón. La empatía y el cuidado de la vida en todas sus manifestaciones, son los tesoros que no se apolillan ni herrumbran.¿ Dónde está nuestro corazón? En el silencio y la quietud, invocamos el Nombre de Jesús.
Abrazo y bendición!
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