lunes, 29 de julio de 2024

Evangelio del lunes 29 de julio: Juan 11,19-27.

SANTA MARTA DE BETANIA


Muchos judíos habían ido a consolar a Marta y a María, por la muerte de su hermano.

Al enterarse de que Jesús llegaba, Marta salió a su encuentro, mientras María permanecía en la casa.

Marta dijo a Jesús: "Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.

Pero yo sé que aun ahora, Dios te concederá todo lo que le pidas".

Jesús le dijo: "Tu hermano resucitará".

Marta le respondió: "Sé que resucitará en la resurrección del último día".

Jesús le dijo: "Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá;

y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?".

Ella le respondió: "Sí, Señor, creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo". 

PALABRA DEL SEÑOR.


San Agustín (354-430)

obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia


Sermón 103, 1.5; PL 38, 613 (trad. cf breviario 29/07)

«Una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa» (Lc 10,38)

    Cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis. (Mt 25,40) Por lo demás, tú, Marta –dicho sea con tu venia, y bendita seas por tus buenos servicios–, buscas el descanso como recompensa de tu trabajo. Ahora estás ocupada en los mil detalles de tu servicio, quieres alimentar unos cuerpos que son mortales, aunque ciertamente son de santos; pero ¿por ventura, cuando llegues a la patria celestial, hallarás peregrinos a quienes hospedar, hambrientos con quienes partir tu pan, sedientos a quienes dar de beber, enfermos a quienes visitar, litigantes a quienes poner en paz, muertos a quienes enterrar?


    Todo esto allí ya no existirá; allí sólo habrá lo que María ha elegido: allí seremos nosotros alimentados, no tendremos que alimentar a los demás. Por esto, allí alcanzará su plenitud y perfección lo que aquí ha elegido María, la que recogía las migajas de la mesa opulenta de la palabra del Señor. ¿Quieres saber lo que allí ocurrirá? Dice el mismo Señor, refiriéndose a sus siervos: Os aseguro que los hará sentar a la mesa y los irá sirviendo (Lc 12,37).


Abrazo y bendición!

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