En un documento, la Comisión Justicia y Paz de Tierra Santa cuestiona y se opone al uso indebido de esa expresión, utilizada cada vez más "como arma para justificar la violencia en curso en Gaza".
La Comisión Justicia y Paz de Tierra Santa hizo público un documento, en el que cuestiona y se opone al uso indebido de la expresión "guerra justa", utilizada tradicionalmente en la doctrina católica, y que ahora, "causando alarma entre nosotros los cristianos, se utiliza cada vez más como arma para justificar la violencia en curso en Gaza".
"Como católicos de Tierra Santa -se lee en el documento-, que compartimos la visión del Papa Francisco por un mundo en paz, estamos indignados de que los actores políticos en Israel y en el extranjero estén utilizando la teoría de la 'guerra justa' para perpetuar y legitimar la guerra en curso en Gaza", se advierte en el texto, difundido por la Agencia Fides.
La Comisión Justicia y Paz de Tierra Santa recuerda las condiciones indispensables para definir una guerra como "justa" desde el punto de vista de la doctrina católica, condiciones que también se recogen en el párrafo 2309 del Catecismo de la Iglesia Católica.
Según la doctrina católica, el recurso a las armas sólo es legítimo en respuesta a una agresión que haya causado un daño y una injusticia graves y duraderos, y cuando todos los demás medios para prevenir el daño y ponerle fin se hayan revelado impracticables e ineficaces; la reacción armada debe tener también una perspectiva razonable de éxito, y no debe causar destrucción y sufrimientos a las personas inocentes que sean mayores que el mal que se quiere eliminar.
Tras "los horribles ataques del 7 de octubre contra instalaciones militares, zonas residenciales y un festival de música en el sur de Israel por parte de Hamás y otros militantes, y la catastrófica guerra emprendida en respuesta por Israel" -se lee en el documento de Justicia y Paz, fechado el domingo 30 de junio-, "altos cargos católicos, empezando por el Papa Francisco, han pedido continuamente un alto el fuego inmediato y la liberación de los rehenes. Los teólogos de la moral católica de todo el mundo también han subrayado que ni los ataques de Hamás del 7 de octubre ni la devastadora guerra de respuesta de Israel cumplen los criterios de una 'guerra justa' según la doctrina católica".
Como ya se ha señalado, en el nuevo estallido de violencia en Tierra Santa, "la falta de objetivos declarados por Israel hace imposible medir si existen 'serias perspectivas de éxito'. Por encima de todo, las guerras justas deben distinguir claramente entre civiles y combatientes, un principio que ha sido ignorado por ambos bandos en esta guerra, con resultados dramáticos. Las guerras justas también deben emplear un uso proporcionado de la fuerza, algo que no puede decirse fácilmente de una guerra en la que el número de muertos palestinos es, por decenas de miles, superior al de Israel, y en la que una clara mayoría de las bajas palestinas son mujeres y niños".
La dudosa aplicación de la teoría de la "guerra justa" a los conflictos modernos -recuerda el documento de Justicia y Paz de Tierra Santa- ha llevado a la idea de que "las guerras "justas" sólo pueden existir en casos muy raros. Esto es particularmente cierto en el contexto del desarrollo de la industria armamentística contemporánea, capaz de causar muerte y destrucción a una escala desconocida".
El documento cita también las palabras y los constantes recordatorios del Papa Francisco, que ya el 11 de octubre de 2023, cuatro días después de los ataques palestinos contra el sur de Israel, había "evocado el derecho israelí a la legítima defensa tras el ataque de Hamás", añadiendo que estaba preocupado "por el asedio total bajo el que viven los palestinos en Gaza, donde también ha habido muchas víctimas inocentes".
Hay quienes pretenden -insiste el Documento de Justicia y Paz en Tierra Santa- que "la guerra siga las reglas de la 'proporcionalidad', afirmando que una guerra que se prolongue hasta el final podría salvar las vidas de israelíes en el futuro, poniendo en el otro lado de la balanza las miles de vidas palestinas perdidas en el presente. De este modo, se prioriza la seguridad de hipotéticas personas en el futuro sobre las vidas de seres humanos vivos y que respiran, que son asesinados cada día. En resumen, la manipulación del lenguaje de la teoría de la guerra justa no se limita a las palabras: está teniendo resultados tangibles y fatales".
"Aunque somos una comunidad pequeña en Tierra Santa", subraya el Documente de la Comisión Justicia y Paz, "como católicos, somos parte integrante de la identidad de esta tierra. Queremos dejar claro que ni nosotros ni nuestra tradición teológica debemos ser utilizados para justificar esta violencia. El testimonio que damos no es de guerra, sino de amor transformador, de libertad e igualdad, de justicia y paz, de diálogo y reconciliación".+
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