"Es dar respuestas a los desafíos de la realidad", planteó el obispo de Goya en la misa por los 40 años de la muerte del primer diocesano. Hubo también un triduo de oración y otras misas en sufragio.
La comunidad diocesana de Goya recordó a su primer obispo, Alberto Devoto, al cumplirse 40 años de su fallecimiento. En los siete departamentos de esa jurisdicción eclesial se realizó además un triduo de oración y se ofrecieron otras misas en sufragio por su eterno descanso.
El actual diocesano, monseñor Adolfo Canecín, presidió una misa en la catedral local, a la que asistieron familiares del extinto obispo, autoridades municipales y la feligresía goyana. Previamente, se había celebrado la Eucaristía en el paraje El Carmen, sobre la ruta 12, lugar donde murió trágicamente el llamado "Apóstol de los Pobres".
Los párrocos y las comunidades de los departamentos de la diócesis de Goya, junto al obispo actual, lo recordaron, agradeciendo a Dios el legado y testimonio de su primer obispo.
Al inicio de la misa, monseñor Canecín pidió a Dios por Loan Danilo Peña, desaparecido el 13 de junio pasado en un campo muy cercano a la ciudad de Goya, y destacó también que esa misa in memoriam por monseñor Devoto coincidiera con la IV Jornada Mundial de Oración por los Abuelos y demás personas ancianas.
Durante la celebración, la catedral estuvo colmada de gente y participaron, entre otros, el intendente municipal de Goya, Mariano Hormaechea, y miembros del gabinete comunal; también, familiares y allegados del obispo fallecido, como Alberto Buchanan y su hija Roxana, y Sofía Devoto (sobrina del obispo).
Vocación digna y Concilio Vaticano II
Monseñor Canecín se inspiró en un pasaje de la carta de san Pablo a los Efesios, que expresa: "Los exhorto a comportarse de una manera digna de la vocación que han recibido". En esa línea, destacó: "Nuestro padre obispo Alberto supo descubrir esa vocación, porque en el Concilio Vaticano II, en el que fue elegido primero perito y luego padre conciliar, se nos habla de la vocación por la cual estamos llamados a la santidad".
"Esa vocación el padre Alberto lo tenía y era el conocimiento, la confianza y el amor a la Palabra" destacó.
Añadió que, desde el 14 de junio pasado, un día después de la desaparición de Loan, "estoy pidiendo que confíen en la Palabra de Dios, que dice: ´Si dos o más personas se ponen de acuerdo, y le piden algo a mi Padre, Él lo va a conceder'", y exhortó: "Pongámonos de acuerdo y pidámosle al Padre por la salud y la existencia de Loan. Nuestro padre nos lo va a conceder".
Por otra parte, expresó también: "El Señor multiplicó los panes, entonces, imagino la vida y el ministerio del padre Alberto Devoto como ese niño, que puso lo que él era y lo que tenía, los cinco panes y los dos peces de su ministerio, y el Señor multiplicó, para tratar de salir al encuentro de los enormes desafíos que había en ese momento y, junto con el presbiterio, la vida consagrada, los laicos, salieron al encuentro de la Palabra inspirada y del magisterio del Concilio, en el magisterio latinoamericano y argentino", expresó.
Tras afirmar que "ahora nos toca a nosotros", sostuvo: "La memoria agradecida, para ser autentica, no nos debe dejar con nostalgia en el pasado; eso sería alienación y evasión de la realidad. La auténtica memoria del padre Alberto nos tiene que meter en el hoy, aquí y ahora. Allí, surge un signo de pregunta muy grande, ¿Cómo podemos responder hoy a los enormes desafíos de la realidad?".
El obispo planteó que esos desafíos son "la trata de personas, la drogadependencia creciente e instalada en todas partes".
"También nosotros tenemos que confiar en la Palabra y confiar en el magisterio tan rico del Concilio Vaticano II y en el magisterio del Papa Francisco. Hoy, nosotros tenemos que intentar dar respuesta a los desafíos de hoy".
El obispo goyano concluyó la homilía diciendo: "La mejor memoria que podemos hacer del padre obispo Alberto es pedir su intercesión, y pedir como él en su momento supo discernir, intuir, tener el coraje, la parresía, el valor y la audacia; hoy nos toca a nosotros, el Pueblo de Dios que peregrina en Goya".
En todas las misas diocesanas, se leyeron además los mensajes enviados por monseñor Luis Stöckler y monseñor Ricardo Faifer, también sucesores de monseñor Devoto.+
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