Jesús dijo a la multitud: "El Reino de los Cielos se parece también a una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces.
Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve.
Así sucederá al fin del mundo: vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos,
para arrojarlos en el horno ardiente. Allí habrá llanto y rechinar de dientes.
¿Comprendieron todo esto?". "Sí", le respondieron.
Entonces agregó: "Todo escriba convertido en discípulo del Reino de los Cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo".
Cuando Jesús terminó estas parábolas se alejó de allí.
PALABRA DEL SEÑOR.
Hay quienes licuan la experiencia de Dios diciendo "es tan bueno que perdona todo". Con esta mentalidad Dios se desvanece, su propuesta de HOMBRE NUEVO queda en la nada. Contundentemente Dios nos convoca a amar sin descanso ni diferencias. Un amor concreto, real, no de proclamación, sino de poner el cuero. Saber que seremos juzgados por el amor.. Se separará como relata el Evangelio. En el silencio y la quietud, invocamos el Nombre de Jesús.
Abrazo y bendición!
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